Estados Unidos anunció este miércoles que ofrecerá una tercera dosis contra el coronavirus a toda su población desde el mes próximo al afirmar que su protección disminuye «con el tiempo» y por el avance de la variante Delta, lo que significa el mayor revés para el pedido de la Organización Mundial de Salud (OMS) de donar esas vacunas a los países que tienen más dificultades en el acceso.
Concretamente, los estadounidenses que recibieron los fármacos de Pfizer y Moderna podrán recibir la llamada dosis de refuerzo ocho meses después de la segunda desde el 20 de septiembre, informaron autoridades sanitarias, al argumentar que la eficacia de la inyección disminuye «con el tiempo».
«Los datos disponibles muestran claramente que la protección contra la infección por SARS-CoV-2 comienza a declinar con el tiempo después de las primeras dosis de la vacuna», según un comunicado conjunto de altos funcionarios, entre ellos la directora de los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC), Rochelle Walensky, y Janet Woodcock, directora interina de la Agencia de Medicamentos de Estados Unidos (FDA).
«Según nuestra última evaluación, la protección actual contra enfermedades graves, hospitalización y muerte podría disminuir en los próximos meses, especialmente entre aquellos que están en mayor riesgo o fueron vacunados durante las primeras fases del lanzamiento de la vacuna», añadió el texto. Quienes hayan recibido el inmunizante monodosis de Johnson & Johnson podrían sumarse a esta medida, aunque las autoridades indicaron que necesitan evaluar más datos antes de hacer una recomendación formal.
El presidente Joe Biden y sus funcionarios del área de salud darán este miércoles una conferencia de prensa donde brindarán más detalles de este plan, informó la cadena de noticias NBC. Esta medida es el mayor revés que recibe la exhortación de la OMS que llamó a suspender la administración de terceras dosis, donar esas vacunas a las regiones más atrasadas en sus campañas y lograr la meta de que al menos el 10% de la población de cada país esté inmunizada para fin de este año.
«Necesitamos cambiar las cosas urgentemente: que la mayoría de vacunas dejen de ir a los países ricos para que vayan a los pobres», declaró el director general del organismo sanitario, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Francia y Alemania ya anunciaron también que darán una inyección de refuerzo, algo que ya empezó a administrarse en Israel, Chile y Uruguay, entre otros países.
Fuente: Télam