a visita sorpresa Volodímir Zelenski a Japón coronó la que fue quizás la Cumbre del G7 más impactante del último tiempo en términos simbólicos. El presidente ucraniano se reunió con sus aliados en Hiroshima, donde la guerra en Ucrania ocupó un protagonismo central, y estrechó lazos con potencias regionales que hasta el momento habían evitado pronunciarse sobre la guerra.
En la última semana se dieron una serie de encuentros que marcan el tempo de los movimientos del orden internacional que los líderes de las siete potencias democráticas buscaron defender en la Cumbre de G7 2023. Entre ellas la Cumbre de la Liga Árabe, en Arabia Saudita, el lugar que visitó Zelenski previo a hacer su aparición estelar en el oeste japonés en donde se esperaba su participación vía videollamada.
Con la llegada de Zelenski a Japón, invitado por el premier japonés, el debate sobre la guerra en Ucrania se posicionó como el principal asunto de la cumbre llevada a cabo la ciudad reconstruida tras el bombardeo atómico estadounidense de 1945. Al bajar del avión y con su tradicional look color caqui, Zelenski opinó acerca de la invitación al G7: «Traerá mayor cooperación para nuestra victoria» y «a partir de hoy, la paz estará más cerca».
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La visita de Zelenski a Hiroshima
Poco después se dirigió al Parque Memorial de la Paz en Hiroshima, cortejado por el primer ministro de Japón, Fumio Kishida. El anfitrión, en tanto, es oriundo de Hiroshima, la ciudad que se antepuso a Little Boy, la bomba atómica que exterminó a 140.000 personas casi al instante y en extrema agonía (y a más de 330.000 en total) y que redujo la ciudad a cenizas.
Al igual que con los otros mandatarios del G7 e invitados especiales, Kishida le ratificó a Zelenski el apoyo en la contraofensiva y también lo acompañó al museo donde constan rastros históricos que dan cuenta del horror y la destrucción masiva que suponen las armas nucleares, con un guiño a Rusia y las amenazas de utilización de este tipo de armamento en Bielorrusia.
Al salir del edificio, ambos mandatarios se dirigieron al cenotafio en honor a las víctimas del holocausto nuclear y pusieron flores blancas con cintas atadas de azul y amarillo, los colores de la bandera de Ucrania. A ellos se sumó el intendente de Hiroshima, Kazumi Matsui, quien explicó el significado del Memorial donde reza una placa que reza: «Que todas las almas aquí descansen en paz, porque no repetiremos el mal».
«Ahora es un momento crucial para el destino de la paz en Ucrania y para el futuro del orden mundial basado en reglas. Es extremadamente importante que el mundo tenga la oportunidad de escuchar la voz de Ucrania en Hiroshima», dijo Zelensky. Además, agradeció la asistencia financiera de 7.600 millones de dólares y otras medidas de cooperación militar.
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Por su parte, Kishida, un ferviente militante antinuclear de creciente liderazgo internacional, ratificó el «apoyo incondicional» a Ucrania en el conflicto con Rusia. También lo sostuvo en la conferencia de prensa de la que participó este medio en lo que fue un domingo caluroso y soleado, un clima muy distinto al que hubo al inicio del G7. «Tenemos dos mensajes claros, uno es el orden internacional basado en el imperio de la ley, y el otro es el acercamiento entre los socios internacionales, entre ellos el Sur Global», indicaron en la previa a PERFIL desde el Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón.
A nivel práctico, en el comunicado conjunto del foro detalla nuevas sanciones a empresas que exporten insumos relacionados a las telecomunicaciones a Rusia, en un nuevo intento de forzar al Kremlin a la retirada. A esto se suma la aprobación del gobierno de Estados Unidos de girar los aviones de combate caza F-16 a Ucrania. Si bien la condición es que los usen para defenderse (y no para atacar a ninguna ciudad rusa), se trata de un refuerzo más de la multimillonaria asistencia militar que le permitió a Kiev sostenerse desde el comienzo de la guerra.
Según el presidente francés Emmanuel Macron, la cumbre de las siete poderosas economías (Estados Unidos, Canadá, Japón, Francia, Reino Unido, Alemania e Italia) se trató de una «ocasión única» para que Zelenski converse con sus aliados, pero también con los dirigentes de otros países no alineados como aquellos invitados especialmente por Kishida.
Esto no pasó desapercibido para el mandatario ucraniano, quien sumó un nuevo poroto tras lograr la foto protocolar con el primer ministro de la India, Narendra Modi, quien hasta el momento no se ha pronunciado sobre la guerra. Por su parte, Modi aseguró que India hará «todo lo posible» para resolver el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Con respecto a Brasil, una fuente diplomática afirmó Lula da Silva tenía previsto hablar con Zelenski tras haber acusado a los occidentales de «alentar la guerra», algo que eventualmente no se dio. Otras de las reuniones bilaterales que mantuvo fue con Joe Biden, el canadiense Justin Trudeau, el coreano Yan Suk Yeol, y el indonesio Joko Widodo.