Con la epidemia de covid-19 virtualmente controlada, Uruguay comenzó este lunes (16 de agosto) a aplicar una dosis de refuerzo de Pfizer-BioNTech a los vacunados con Coronavac, en una combinación sobre la que no hay estudios pero que expertos consideran segura y necesaria frente a la amenaza de la variante delta.
Alrededor de un tercio de los 3,5 millones de habitantes de Uruguay ya se anotaron para inocularse con la vacuna estadounidense tras haber recibido dos inyecciones del inmunizante del laboratorio chino Sinovac.
Uruguay inoculó contra el Covid-19 al 73% de su población con al menos una dosis contra el covid-19, mientras que el 67% tiene el esquema completo. Pero del total de vacunados, el 65% recibió Coronavac, considerada menos efectiva para reducir contagios. En ese contexto, el objetivo de las autoridades al aprobar el refuerzo es aprovechar que todavía no hay circulación comunitaria de delta para construir un muro de protección inmunológica.
El gobierno uruguayo hace así caso omiso a la Organización Mundial de la Salud (OMS), que días atrás pidió posponer planes de administrar una tercera dosis hasta que los países más rezagados vacunen al menos al 10% de su población. «Los resultados están, las recomendaciones están, las vacunas están. No tenemos nada que esperar», dijo el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, consultado por el tema.
¿Qué riesgos existen al recibir la tercera dosis?
Uruguay es el tercer país de América Latina en reforzar una vacuna de virus inactivado (Sinovac) con una dosis de ARN mensajero (Pfizer). Tras su esquema inicial de Sinovac, Chile y República Dominicana administran refuerzos con Pfizer y AstraZeneca (adenovirus), pero no hay estudios sobre la mezcla de estas plataformas.
El gobierno de Luis Lacalle Pou tomó la decisión tras la recomendación de la Comisión Nacional Asesora de Vacunas y un grupo ad hoc, mientras la comunidad científica no se cansa de repetir que la combinación es segura: «La mezcla de plataformas robustece la inmunidad. Históricamente ha sido así», dice el virólogo Santiago Mirazo «Es claro desde el punto de vista teórico y experimental a lo largo de la historia de la inmunología», agrega.
¿Hay riesgos? Para Mirazo, no más que aquellos que cada vacuna tiene potencialmente por sí sola: «Los estudios que se han hecho sobre combinación de vacunas han mostrado muy leve aumento de efectos secundarios», afirma, aclarando además que en su mayoría son «leves y moderados».
De acuerdo a un estudio del ministerio de Salud Pública uruguayo, en más de cuatro millones de dosis administradas hasta el 15 de julio, los porcentajes de Efectos Adversos Supuestamente Atribuibles a la Inmunización fueron de 0,02% para Coronavac y 0,06% para Pfizer.
Los más frecuentes fueron dolor en el sitio de la inyección, dolor de cabeza, dolores musculares, malestar general, diarrea, temblores, cefalea, decaimiento y espasmo-bronquial, mientras para los efectos graves, en su mayoría trombosis venosa, la proporción fue de dos por millón de dosis.
Las autoridades uruguayas estiman que esta semana el país logrará la tan deseada ‘inmunidad de rebaño’, cuando alance el 70% de su población completamente vacunada, mientras los expertos dicen que los índices de inmunización tuvieron un efecto determinante en la situación sanitaria de Uruguay, que desde junio ha visto caer abruptamente los números de contagios, muertes e internaciones por covid-19.
Para el virólogo, el coronavirus pronto será endémico en el futuro cercano y por ende los refuerzos serán inevitables: «El mundo va a convivir con el coronavirus y seguramente sean necesarios refuerzos periódicos, con estos ‘boosters’ como va a implementar Uruguay».