El arzobispo Agustín Radrizzani afirmó que vivimos en una grieta “que genera hambre y miseria”. Además dijo que se transgiversa el mensaje del Papa Francisco. La multitudinaria misa fue convocada por Hugo Moyano. Fuerte presencia de la oposición.
Luján recibió este mediodía una multitudinaria convocatoria organizada por el Frente Sindical para un Nuevo Modelo Nacional, que conduce el camionero Hugo Moyano, en el marco de una misa organizada en la puerta de la tradicional Basílica. Allí el arzobispo de la diócesis Luján- Mereces, Agustín Radrizzani, emitió un duro comunicado contra el Gobierno Nacional.
El acto contó con una fuerte presencia de dirigentes de la oposición y gremialistas combativos.
“Que no falte la paz, el pan y el trabajo. Que nadie quede afuera de la mesa de todos. Agradezco de corazón la presencia de todos en la casa de la virgen, que viste de celeste y blanco los colores de nuestra querida patria”, comenzó Radrizzani, enunciando el lema de la convocatoria.
El eclesiástico sostuvo que “hace mucho que los obispos de américa latina venimos denunciando que la brecha entre ricos y pobres se hace cada día más grande y sabemos que las causas de esta grieta que genera hambre y miseria hay pecado.
Pecado personal y estructura de pecado, constatamos tal vez como nunca ha pasado en la historia que existe un sistema globalizado de avaricia cuya expresión más sofisticado son los mercados financieros”.
El obispo sostuvo que “lejos de poner los capitales al servicio de la producción, de la solidaridad y del bien común, son en verdad mercados especulativos que generan más plata para pocos y pobreza para muchos”.
“El magisterio social de nuestro Papa Francisco podría ser un aporte genuino y creativo al modelo de desarrollo que Argentina necesita. Lamento que el Papa no sea escuchado directamente, sino a través de mediaciones de todo tipo y frecuencia, que deforman su mensaje”, sostuvo.
“El dinero debe servir y nunca gobernar”, sostuvo con dureza, y continuó: “Sé que ustedes buscan un cambio, y no solo ustedes. Existe un anhelo de cambio en todos los pueblos. Decía el Papa Francisco: ustedes son sembradores de cambio, no concebido como algo que un día llegará. Sabemos que el cambio de estructuras que no viene acompañado de una sincera conversión de las actitudes del corazón termina a la larga o la corta por burocratizarse, romperse y desaparecer. Tenemos que cambiar el corazón”.