Los consumidores se agolparon en las distribuidoras de resistencia para tratar de conseguir en la planta el preciado combustible, que hasta ayer se pagaba 4000 pesos.
Imagen similar a la que se presenta cada vez que se tiene la certeza de que al día siguiente aumentarán las naftas, que lleva a filas interminables de automóviles en las estaciones de servicio, se dio ayer en una de las principales distribuidoras de gas en garrafas en la capital chaqueña.
Es que se espera que el gobierno nacional autorice a las fraccionadoras un incremento del gas licuado a partir del «plan de sinceramiento» de los productos que integran la economía y con ello el gas en cilindros subirá considerable.
Ante esto, en aquellos puntos más alejados del micro y macrocentro, en barrios capitalinos y hasta en empresas de renombre decidieron avanzar con la suba con la seguridad que el valor que tendrá en el corto plazo será mayor a un ciento por ciento a lo que estaba hace días.
«Vine hasta aquí por que en los almacenes te están pidiendo hasta 12 mil pesos por una garrafa de 10 kilos», Marcelo uno de los vecinos que desafiaba al fuerte sol de verano en el mediodía de ayer mientras esperaba su turno para comprar una carga de 10 kilogramos, que en la planta se abonaba 4000 pesos, una tercera parte de lo que se pagaba en zonas periféricas de Resistencia.
Lo cierto es que ayer llegaban hasta de localidades lindantes de la capital chaqueña con tal de ahorrar ante la confirmación de la suba sería de un momento a otro.
Carlos se acercó desde Colonia Benítez con dos cilindros de 10 kilos para aprovechar el buen precio respecto de cualquier otro punto de venta.
«No se puede más, todo aumenta con esto al menos podemos gastar un poco menos de un producto que es esencial», señaló.
PRECIOS DESREGULADOS
En esta mirada del Ejecutivo nacional de que los precios «los ordena el mercado» a partir del libre juego de oferta y demanda, aun en sectores tan concentrados por los escasos actores que cuenta como el de producción de gas, los valores que pueden pagarse pueden ser tan diferentes como increíbles.
Como se dijo, en la planta en la que se acercó, los valores se mantenían en cuatro mil pesos la carga de diez kilos. La misma empresa que concentra una parte del mercado, cobraba el envío a domicilio de la garrafa unos 5800 pesos, la de quince kilos la vendían a $ 8.700 mientras que el cilindro de 45 kilos se comercializaba a 27.800.
«Estamos desbordados de pedidos», aseguraban desde el centro de contactos de esa firma para marcar que se daba una situación igual a la que se daba en la planta. Todo aquel que contaba con una garrafa vacía aprovechaba para comprar antes del aumento.
En el resto de las firmas la situación era dispar, aquellas que decidían comercializar vendían la garrafa de 10 kilos a 8000 pesos mientras que era difícil conseguir cilindros en estaciones de servicios u otros puntos de venta que pueden ser habituales como almacenes o mercados de barrios.