El documento de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina, que se replicó en la provincia, establece una dura postura frente a las políticas que impactan en el empleo y la dignidad de los trabajadores.
La declaración, fechada el pasado 5 de agosto, no escatima en señalamientos sobre las consecuencias del actual contexto: “La falta de trabajo hiere profundamente la dignidad de las personas y puede conducir al desaliento, al aislamiento y a la pérdida de sentido”. Así, la Iglesia asocia la crisis laboral a un daño moral y social, definiendo al trabajo como el “cimiento fundamental” que sostiene el tejido social.
El documento, firmado por las principales autoridades del Episcopado, lanza una advertencia directa a la política económica del gobierno: “En todo plan económico, cuidar el empleo y las fuentes laborales debe ser una prioridad indeclinable”. En lo que se interpreta como una velada pero contundente crítica, se afirma que “ninguna medida puede considerarse exitosa si implica que los trabajadores pierdan su empleo o vivan con angustia e incertidumbre sobre su futuro”.
En el mismo sentido, la Curia amplía su visión del trabajo, dejando claro que su preocupación abarca a todos los sectores afectados. El mensaje valora explícitamente “todas las formas de trabajo: el empleo formal, los emprendimientos familiares, la economía popular, el reciclado, las changas”, pidiendo reconocimiento y protección para cada una de estas actividades.
Finalmente, el documento cierra con una petición a San Cayetano para que no falte el “trabajo digno” y para que los desocupados encuentren “nuevas oportunidades que les devuelvan la esperanza y mejoren su calidad de vida”.
De esta manera, el mensaje de la Iglesia en Chaco se alinea con la creciente tensión a nivel nacional, posicionándose como un actor social y moral que señala las injusticias y defiende a los sectores más vulnerables.