PRONÓSTICO EXTENDIDO

Preocupante: Más de 150 niños mueren por año en accidentes con motos y el 82% de ellos no usan casco

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Según un informe conjunto de la Agencia Nacional de Seguridad Vial y el Hospital Garrahan, entre 120 y 150 niños fallecen por año en accidentes en motocicleta.

Este domingo se celebra en Argentina el Día del Niño. La fecha es apropiada para aprovechar el protagonismo de los más chicos de una familia y analizar cuánto se los cuida al momento de transportarlos en la vía pública, tanto sea en un auto, en una bicicleta o en una moto.

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Cada año, entre 120 y 150 menores fallecen en siniestros viales viajando en motocicleta, y uno de cada cuatro sobrevivientes queda con secuelas permanentes.

Así lo señalan los datos recopilados por la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) en conjunto con el Hospital Garrahan durante el año 2024. La información surge de un estudio publicado por el Observatorio Vial Nacional en el sitio oficial del gobierno argentino.

La costumbre de trasladar menores en moto sin condiciones de seguridad mínima se repite en muchas provincias. Solo el 18,2% de los chicos transportados en dos ruedas utiliza casco, según detalla el último informe actualizado del Observatorio Vial de la ANSV. 

El resto viaja desprotegido, en brazos o parado, sin protección alguna. Este hábito, asegura el informe, está arraigado en la falta de controles, una baja percepción del peligro, desigualdad social y la normalización del riesgo.

Descuidados

Chaco, Formosa, Tucumán, Santiago del Estero y Misiones registran las cifras más altas en esta problemática.

En estas provincias, más del 40% de las motos circulan con al menos un menor a bordo, en muchos casos sin ningún tipo de casco o seguridad, de acuerdo a los relevamientos de la ANSV y campañas de control realizadas durante el primer semestre de 2025.

Las cifras del informe elaborado entre la ANSV y el Hospital Garrahan son elocuentes: entre 120 y 150 niños mueren en Argentina cada año por un accidente en una motocicleta que no conducían

La seguridad vial infantil está acompañada de múltiples barreras, muchas de ellas de índole económica. Un casco infantil homologado cuesta entre $20.000 y $35.000, un monto que para muchas familias resulta imposible de afrontar.

Ante esta realidad, algunos municipios implementaron la entrega de cascos gratuitos destinados a padres en situación de vulnerabilidad.

Ejemplos de estas políticas públicas se observan en ciudades como ResistenciaLa Banda y Posadas. No obstante, el alcance de estas iniciativas permanece acotado y la demanda supera a la oferta.

Frente a este contexto, distintas organizaciones no gubernamentales y reparticiones estatales impulsaron este año la campaña “Regalale un casco, no un susto”, orientada a instalar el uso del casco infantil como un acto de responsabilidad adulta y una necesidad colectiva.

El mensaje, dirigido especialmente a los padres y responsables, busca modificar hábitos y concientizar sobre la importancia de la prevención. La campaña se apoya en el concepto de que la seguridad infantil no abarca solo cuestiones emocionales o educativas, sino también aspectos físicos y cotidianos vinculados a la movilidad.

Casco y seguridad

El Hospital de Niños de Córdoba recuerda que “el casco reduce hasta en un 70% el riesgo de lesiones graves en la cabeza, pero todavía hay familias que creen que “en trayectos cortos no pasa nada”.

La severidad de las lesiones infantiles se agrava porque el cráneo de los menores aún se encuentra en desarrollo.

Los médicos advierten que muchas veces, ante un accidente, no existe una segunda oportunidad.

Llevar niños pequeños en unaLlevar niños pequeños en una moto sin casco es un acto de irresponsabilidad, especialmente si adulto sí utiliza protección para su cabeza

El sector asegurador participa también de este esfuerzo preventivo. ATM Seguros, empresa con trayectoria en motocicletas, motorizó campañas de concientización a través de agentes y sesiones informativas en la comunidad.

“El seguro puede ser parte activa de la prevención, no solo una respuesta ante el daño. Y en eso tenemos un compromiso”, dijo Fernando Rodríguez, gerente de Siniestros de la compañía, antes de detallar que la empresa apoya políticas de prevención y concientización que incluyen la entrega de cascos y charlas en escuelas.

Distancias cortas, siniestros graves

La realidad muestra que los siniestros más graves suelen suceder en distancias cortas, muchas veces a pocas cuadras del hogar. Sebastián Porto, múltiple campeón de motociclismo, señaló que “subirse a una moto sin casco, incluso por trayectos cortos, es un error que puede cambiar una vida en segundos”. Su testimonio busca instalar la idea de que las consecuencias pueden ser irreversibles y que la responsabilidad recae sobre los adultos.

Según la Ley Nacional de Tránsito 24.449, el uso del casco es obligatorio para todos los ocupantes de motocicletas, sin excepción para menores. No obstante, las estadísticas evidencian que las normas estrictas no bastan: la conciencia y la acción de los adultos resultan cruciales.

Sebastián Porto, múltiple campeón de motociclismo alerta a los padres, «no usar casco aunque sean tramos cortos es un error. Te puede cambiar la vida en un instante»

Los datos de la ANSV y del Hospital Garrahan subrayan que el 28% de los niños que sobreviven a siniestros viales en moto sufre secuelas permanentes, lo que implica un desafío de largo plazo para la atención sanitaria, la inclusión y la calidad de vida de los afectados.

Organismos públicos, gobiernos locales y el sector privado coinciden en que la prevención se funda en la educación, el acceso a elementos de protección adecuados y el robustecimiento de los controles. La combinación de campañas de concientización, políticas que aseguren el reparto equitativo de cascos y el fortalecimiento de la legislación es clave para revertir la tendencia.