El presidente electo Javier Milei tiene muy avanzada la venta de la empresa estatal de satélites de la Argentina a Carlos Slim. Arsat es una empresa estatal exitosa en un segmento de tecnología de punta, que ha logrado colocar dos satélites en órbita, además de poseer una extensa red de fibra óptica y data center claves para la operación del magnate mexicano.
LPO ya había revelado que el dueño de Claro apoyó la campaña del libertario, en una cercanía que inquieta al otro gigante de las telecomunicacionbes de Argentina, el Grupo Clarín de Héctor Magnetto.
La operación de venta de Arsat está muy avanzada y este martes se concretó un zoom entre Dario Esptein, integrante del equipo de transición de Milei, y los ejecutivos de Claro en Argentina.
Epstein tiene una extensa carrera en el mundo financiero y en el pasado participó en varios procesos de privatizaciones.
En ese encuentro se discutió el precio de del Arsat y se habló de un valor en torno a los 930 millones de dólares, según confiaron fuentes al tanto de las negociaciones. Las fuentes explicaron que el equipo de Milei no cree que sea necesario enviar una ley al Congreso para avanzar con la privatización, sino que alcanzaría con que Slim compre las acciones.
Este martes se concretó un zoom entre Darío Epstein, integrante del equipo de transición de Milei y los ejecutivos de Claro, el gigante de telecomunicaciones de Slim, para hablar sobre la privatización de la empresa satelital Arsat.
El tema se discute en la CDMX. Para Slim no es una operación extraña porque parte de su despegue en Brasil fue comprar una empresa similar a Arsat llamada Embratel y que había sido fundada por militares brasileros.
Existen dos dudas. Una tiene que ver con si Milei tendrá el resto político como para vendere la empresa solo a Slim y dejar afuera a los jugadores locales como Clarín, Telefónica o Telecentro.
No se descarta que los otros competidores reclamen su participación en el proceso de privatización. No es menor porque a diferencia de Slim, estos tienen grandes medios de comunicación en Argentina que pesan sobre la opinión pública.
El otro tema a develar es si Slim podría controlar Arsat con total autonomía o si estaría obligado a cumplir metas impuestas desde el Gobierno y que tengan que ver con proveer servicios en latitudes poco rentables como el noroeste o la Patagonia.
En Grupo Carso recuerda cuando comenzó la tecnología satelital en Estados Unidos qude el gobierno de ese país dejó el negocio en manos privadas pero a las que impuso ambiciosas metas.
Si se concreta sería la primera privatización de Milei, un hito de gran impacto político porque hace décadas que la Argentina no privatiza activos estatales importantes.
En Argentina existen más de 30 empresas en las que el estado es el accionista mayoritario. Prácticamente todas son deficitarias. Sin embargo, Arsat es de las pocas que obtienen utilidades.
El año pasado Mauricio Macri, actualmente aliado de Milei, dijo públicamente que no privatizaría Arsat porque esta empresa generaba ganancias.
Si Milei avanza en su acuerdo con Slim, sería un nuevo contrapunto con Macri que en los primeros días de la transición intentó controlar la petrolera estatal YPF pero finalmente el presidente electo optó designar como presidente y CEO a un hombre cercano a Paolo Rocca, dueño de Ternium.
Rocca fue uno de los grandes sponsors de la campaña de Milei, que ya anunció su intención de privatizar YPF de la que Slim tiene un nueve por ciento de las acciones. Por estas horas, en el equipo de Milei se analizan opciones para avanzar con esa privatización, que ya son palabras mayores porque tiene el 70% del megayacimiento de Vaca Muerta.
Entre esas opciones se habla de hacer crecer en una primera etapa el capital accionario privado y se menciona a Slim como uno de los posibles interesados.
La sintonía de Milei con Slim abre una brecha con Macri que, en el mundo de las telecomunicaciones, tiene más cercanía con Telecom, propiedad del Grupo Clarín y competidora de Claro en Argentina.
En ese sentido, se reveló que Milei se apresta a designar al titular del Enacom, el organismo regulador de las telecomunicaciones, un cargo que Macri busca retener para alguien de su confianza.
Fuente: (LPO)