El ministro de Defensa hará un acto el lunes para recibir los primeros 4 de los 12 Texan II que compró Macri a Trump.
En medio de las disputas comerciales entre la Argentina y Estados Unidos por el freno a la importación de biodiésel argentino, el presidente Mauricio Macri emitirá este lunes un gesto de distensión hacia la administración de Donald Trump: el ministro de Defensa, Oscar Aguad, recibirá en Córdoba los primeros cuatro de los 12 aviones militares Texan II que adquirió el gobierno a Washington.
Si bien la compra de las 4 aeronaves de ataque ligero Beechcraft T-C6+ Texan II por 88 millones de dólares ya estaba cerrada desde hace varios meses, en las últimas semanas se especuló en la Casa Rosada sobre la posibilidad de que las compras de armamentos, equipamientos y aeronaves a Estados Unidos se iba a frenar hasta tanto se destrabe el conflicto por la exportación de unos 1.500 millones de dólares de biodiésel argentino.
«Hay buena voluntad y queremos mostrar con gestos que las relaciones bilaterales se mantienen inalterables más allá de cualquier conflicto momentáneo», reveló a Infobae un alto funcionario del Ejecutivo que detalló que el lunes habrá un acto en Córdoba de la Fuerza Aérea con el ministro de Defensa donde se recibirán los primeros 4 aviones Texan II.
Esta compra de aviones también había estado trabada en los últimos meses por la falta de pagos de parte de la Argentina. Pero finalmente se solucionó el tema. De hecho, el Encargado de Negocios de la embajada norteamericana en Buenos Aires, Tom Cooney, dijo hace unos días «Enfrentamos un problema de pagos y lo solucionamos sentándonos sobre la mesa buscando una solución. Se pagó y hay un cronograma de pagos. Entonces estamos en un buen momento. Argentina no está comprando mucho equipamiento militar de Estados Unidos. No hay un presupuesto grande pero donde podamos ayudar estamos dispuestos a hacerlo».
Argentina adquirió los cuatro aviones ligeros Beechcraft T-6C + Texan II de entrenamiento y de ataque en virtud de un contrato por valor de USD 88,2 millones.
El contrato fue anunciado en agosto de 2016 y según anunció en su momento el jefe de Gabinete, Marcos Peña, de acuerdo con la Agencia de cooperación de Defensa y seguridad (DSCA), la propuesta de venta a Argentina «revitaliza la capacidad para entrenar a sus pilotos y cumplir las misiones de control de fronteras, especialmente a lo largo de la porosa frontera norte.
La Fuerza Aérea Argentina utilizará la mayor capacidad para desarrollar un cuerpo de pilotos profesional y como un elemento de disuasión a la actividad ilícita».
El acuerdo incluye el mantenimiento y la formación de pilotos, así como el apoyo interino de los contratistas para el mantenimiento. El contrato global por los 12 aviones finalmente está estimado 300 millones de dólares para reemplazar a la EMBRAER EMB-312 Tucanos de la Fuerza Aérea.
La intención de Washington es venderle también a la Argentina equipamiento militar relacionado con radares, armamento liviano y otros elementos.
Se sabe que el Ministerio de Defensa cuenta con un presupuesto acotado para ello, pero Macri ya habilitó para las partidas del año que viene un excedente de un 15% más del presupuesto de este año para el sector militar que será destinado expresamente al reequipamiento de las Fuerzas Armadas.
En medio de estas negociaciones por la compra de armamentos y aviones a Washington, los gobiernos de Macri y Trump están terciando por una solución al espinoso conflicto del biodiésel. Se supo que Estados Unidos le pidió a la Argentina la semana pasada una revisión de los aranceles de importación y de las retenciones a la soja. La solicitud se hizo por medio de una comitiva de funcionarios argentinos en Washington que dialogaron con el Departamento de Comercio estadounidense.
La intención de Estados Unidos es instrumentar una salida al 57% en promedio de los aranceles que fijó el Departamento de Comercio contra el biodiésel, dejándolo afuera del mercado. Argentina está esperando de parte de EEUU una respuesta a una oferta de autolimitación de las exportaciones. La propuesta argentina consiste en mantener los volúmenes de 2016, de 1,5 millones de toneladas, pero sin incrementarlos.
En el caso de no llegar a un acuerdo con Estados Unidos, la Argentina podría recalar en la OMC para dirimir el conflicto. Pero nadie quiere llegar tan lejos. «Hay buena comunicación. No hay drama ni rencor. Argentina está explicando su posición y los técnicos estudia lo que ocurrió con el aumento de las exportaciones. Ir a la OMC es el derecho de cualquier país. Pero tenemos una gran sociedad con la Argentina por lo que creemos que estamos muy lejos de ir a la OMC», dijo Cooney.
La llegada de los aviones norteamericanos el lunes próximo a Córdoba será toda una señal que tanto en la Casa Rosada como en Washington creen que descomprimirá la tensión y ayudará a crear un mejor clima para el conflicto de fondo por el biodiésel.