El viernes 21 de septiembre, cuatro días antes de ser eyectado de la poltrona principal del Banco Central, Luis Caputo sumó una nueva denuncia judicial.
Fue realizada por el fiscal Federico Delgado por una una investigación que comenzó el 4 de septiembre pasado a partir de un artículo publicado en el diario porteño Página 12, dos días antes.
La nota en cuestión advertía, en base a una investigación propia, que el Banco Central estaba subastando dólares en cantidad a precios bajos en relación a la cotización de mercado.
Operaciones, además, que no lograron frenar la corrida cambiaria acelerando la crisis de la economía macrista. La investigación judicial avanza en probar que esas ventas de dólares concretadas en la gestión Caputo constituyen delitos de tráfico de influencias, negociaciones incompatibles y defraudación con la administración pública.
El Fondo Monetario Internacional le bajó el pulgar a Caputo, no porque estaba preocupado por la eventualidad de una causa penal por malversación de recursos públicos, sino porque con esas intervenciones en el mercado estaba utilizando sus dólares para otro fin que el comprometido.
El FMI entregó millones de dólares para garantizar el pago de los intereses y capital de la deuda, o sea, para asegurar a los acreedores que cobrarán; no lo hizo para financiar la fuga de capitales ni para que un mesadinerista se entretenga jugando a ver quién gana la pulseada cambiaria con sus amigos del mercado financiero.
Caputo cerró así su tránsito por la función pública dejando de herencia un endeudamiento externo inmenso. Su último acto fue la dilapidación de reservas por 15 mil millones de dólares en el tiempo record de menos de tres meses.
Ahora el “patriota de la city” podrá regresar a la paz de su hogar, como le reclamaba su familia porque su mujer se sintió incómoda por el reclamo desesperado que le hizo a su marido un empresario en el restaurante Trattoria Olivetti, y a seguir engrosando su patrimonio, ciclo que no interrumpió mientras fue funcionario (lo aumentó 50 por ciento de 2015 a 2017, sin contabilizar lo que va de este año).
Además de regresar a la actividad privada tendrá que empezar a dar respuestas en Tribunales en varias causas que tiene abierta. La última está siendo tramitada en el juzgado donde interviene el fiscal Delgado.
Tras su partida del gobierno, se verá si logra mantener la protección judicial como la que tuvo hasta ahora en Comodoro Py.
Subastas
En la presentación judicial se apunta que, luego de recibir la información reclamada al Banco Central, por lo menos dos operaciones de subastas de dólares informadas en la nota periodística motivaron la investigación:
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El miércoles 29 de agosto de 2018, el BCRA subastó 300 millones de dólares a un precio promedio de 31,60 (pesos).
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El jueves 30 de agosto de ese año, el BCRA subastó 330 millones de dólares a un promedio de 38,70 (pesos).
“En ambos casos, el tipo de cambio mayorista cerró por encima de esos valores y, por ende, el precio minorista más aún”, observa el fiscal Delgado.
Con la información remitida por el Banco Central, Delgado indica que se “permite tener por acreditados los requisitos necesarios para efectuar una denuncia en los términos del artículo 176 del CPPN”.
Señala entonces que “corresponde judicializar la presente investigación preliminar, a efectos de determinar si estos hechos constituyen los delitos de tráfico de influencias, negociaciones incompatibles, defraudación con la administración pública (artículo 174 inciso 5, 256 y 265 del Código Penal de la Nación) y que se identifique a sus responsables”.
La denuncia sorteada cayó en el Juzgado Federal N° 9 a cargo de Luis Osvaldo Rodríguez. Es el juez que dejó firme el sobreseimiento a Caputo y a su esposa, Ximena Ruiz Hanglin, en una acusación por el presunto delito de compra de dólares a futuro al final del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, a través del fondo de inversión Axis (empresa de Caputo), y su posterior venta luego de haber asumido como funcionario en el gobierno de Mauricio Macri.
La resolución de Rodríguez quedó firme al no haber apelado su decisión el fiscal de la causa, Carlos Stornelli.
Quebranto
En la investigación preliminar N°60.047/18 s/ averiguación de delito se deja constancia de que personal de la fiscalía “compulsó la página web del Banco Central de la República Argentina, ocasión en que se pudo obtener una impresión de la cotización mayorista que registró el dólar dentro del período solicitado a la institución”.
Para el artículo “La gran liquidación” realicé el cálculo de estimar el resultado de las dos operaciones que la investigación de Delgado tomó como base para el inicio de la investigación judicial.
Detallé que en la subasta por 330 millones de dólares, “el precio promedio de la entrega de esos billetes verdes fue de 38,7102 pesos por unidad, con un precio mínimo adjudicado de 37,0300 pesos”.
Preguntaba qué entidad financiera tuvo la fortuna de haber comprado dólares de las reservas internacionales a ese precio, señalando que esa operación no fue asilada.
Es un dato interesente para ser revelado, que la investigación judicial puede obtener si las nuevas autoridades del Banco Central exhiben predisposición de transparencia y brindan esa información.
Precisaba, además, que “un día antes, cuando el Banco Central vendió 300 millones de dólares a 31,6396 pesos promedio, el tipo de cambio mayorista cerró a 34,00”.
El cálculo sencillo de esa intervención de la gestión de Caputo fue un quebranto de 708 millones de pesos. Las ventas de dólares por medio de subastas, mecanismo consensuado en el primer acuerdo con el FMI que no duró ni tres meses, tuvo un balance desfavorable para las cuentas públicas.
El monto de las pérdidas fue estimado relevando día a día las subastas, el precio promedio adjudicado y el cierre del dólar mayorista. Los quebrantos más abultados se concentraron en agosto, cuando se intensificó la corrida cambiaria y la participación en la plaza cambiaria de la mesa de dinero del Banco Central, donde Caputo estaba presente durante casi toda la jornada financiera, como se mencionaba en las varias crónicas laudatorias a su gestión.
La carrera
La campaña del jugador de la Champions League en el equipo macrista comenzó como secretario de Finanzas, luego fue ascendido a ministro de esa área para culminar como presidente del Banco Central.
En la carrera de funcionario público, Caputo tiene para mostrar las siguientes marcas:
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Fue el encargado de la capitulación ante los fondos buitre, aceptando las condiciones impuestas por el juez Thomas Griesa y convalidando pagar todos los gastos por el litigio en los que incurrió el líder de los buitres Paul Singer durante los diez años que duró el juicio.
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Fue el responsable de conducir un ciclo de endeudamiento público externo intenso, que supera el desplegado durante la dictadura militar.
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Entregó a doce grandes bancos internacionales comisiones por 63,1 millones de dólares por la colocación de deuda.
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El especialista Javier Llorens calculó que, con el rápido pase de manos en cada una de las ocho emisiones de bonos de Caputo por un total de 43.687 millones de dólares, de abril de 2016 a enero de 2018, esos bancos se alzaron con 550 millones adicionales.
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En total, sumando las comisiones indirectas y las ganancias obtenidas por haber conseguido los bonos a una paridad más baja que la obtenida con la posterior venta en el mercado, los bancos recaudaron unos 610 millones de dólares gracias a los servicios de Caputo.
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Emitió el descabellado bono a 100 años por 2750 millones de dólares, a una tasa efectiva de 7,9 por ciento anual. Ese título fue entregado a un grupo de bancos elegido a dedo para su distribución (HSBC, Citi, Santander y Nomura), que cobró 3,3 millones de dólares en comisiones directas.
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De los 148 fondos de inversión que compraron el bono a 100 años se encuentra Noctua Asset Managment LLC, radicado en Delaware, plaza de opacidad financiera, que es una firma offshore de Caputo. Noctua se alzó con 5 millones del total de la venta directa de esos papeles de deuda.
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Esa firma offshore de Caputo quedó al descubierto con la filtración conocida como Paradise Papers, información que ocultó en sus declaraciones juradas.
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También ocultó que fue manager de Alto Global Fund, firma offshore radicada en las Islas Caimán.
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Noctua está asociada a Axis Sociedad Gerente de Fondos de Inversión, según los documentos que la firma presentó a la SEC (comisión de valores de Estados Unidos). Axis era manejada por Caputo antes de saltar a la función pública y cobró de la Anses 540 mil pesos por comisiones en la colocación de Lebac.
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Caputo fue el primero que afirmó, ante los financistas de Wall Street que le cerraron el grifo de dólares en marzo pasado, que era políticamente imposible acudir a préstamos del FMI, para pasar a ser el promotor en el gobierno de abrazarse en forma desesperada al FMI.
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Defendió su patrimonio personal durante la gestión pública, al vender su posición de Lebac para pasarse a dólares, justo antes de la fuerte devaluación. La información documentada indica que, en noviembre de 2017, Caputo tenía Lebac por 8,5 millones de pesos y que en enero no las renovó, cuando el dólar cotizaba a 19 pesos y poco después comenzó la corrida que lo terminó dispararon arriba de 40 pesos en estos días.
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Además de liquidar dólares de las reservas a precio ganga, sumó quebrantos para las finanzas del Banco Central al operar en el mercado a futuro del dólar durante agosto y septiembre.
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Empezó a desarmar la Bomba Lebac para alimentar una nueva: Bomba Leliq. Subió la tasa de interés hasta el 60 por ciento anual, que arrojó a la actividad productiva hacia el colapso.
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Finalmente, dilapidó 15 mil millones de dólares de reservas del BC en menos de tres meses.
Messi
El recorrido de Caputo en la gestión pública no permite atribuirle dotes de Messi de las finanzas, si se entienden a favor de las cuentas públicas; no así si la evaluación corresponde a las cuentas de sus amigos financistas o a las propias. En cargos clave del área económica estuvo un broker de la city, que por un milagro no precisado se lo considera un genio de las finanzas y hasta un “patriota” en relatos periodísticos que parecen escritos por él.
Tuvo que ser el FMI que lo tiró por la popa del barco macrista al primo hermano de Nicolás Caputo, “hermano del alma” del presidente Macri. Lo señaló como responsables de administrar el Banco Central sin “claridad, transparencia e información apropiada para los operadores de mercado”, según la definición que entregó la directora gerente del Fondo Monetario, Christine Lagarde, en un reportaje al diario británico Financial Times hace dos semanas.
De la carrera por la administración macrista, Caputo, ex ejecutivo del Deutsche Bank y JP Morgan, no sólo dejará como legado la capitulación ante los fondos buitre, pérdidas millonarias para el Banco Central, sino que será recordado por siempre como el responsable de la emisión de la deuda eterna con un bono al plazo insólito de 100 años