Luego de la devaluación que registró el peso en los últimos días la consultora Ecolatina elevó su previsión de inflación al 24 por ciento para este año y recortó el pronóstico de crecimiento dejándolo “por debajo del 2 por ciento”.
“La reciente suba del dólar repercutirá en la economía local, tanto en el plano nominal (inflación) como en el real (PBI).
Por esto, corregimos la estimación de inflación para 2018 a la zona de 24 por ciento, siempre y cuando no haya nuevas sorpresas cambiarias”, indicó ayer en un informe semanal.
Luego de la devaluación que registró el peso en los últimos días la consultora Ecolatina elevó su previsión de inflación al 24 por ciento para este año y recortó el pronóstico de crecimiento dejándolo “por debajo del 2 por ciento”.
“La reciente suba del dólar repercutirá en la economía local, tanto en el plano nominal (inflación) como en el real (PBI).
Por esto, corregimos la estimación de inflación para 2018 a la zona de 24 por ciento, siempre y cuando no haya nuevas sorpresas cambiarias”, indicó ayer en un informe semanal.
La entidad fundada por el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, aseguró que el paquete de medidas fiscales (recorte del gasto público) y monetarias (suba de la tasa de interés) “logró revertir momentáneamente las presiones, de modo que el dólar finalizó más calmo”.
“Estimamos que el dólar se calmará en las próximas jornadas, aunque no puede afirmarse que lo hará exento de volatilidad.
El Poder Ejecutivo pareciera haber tomado definitivamente la decisión de frenar la corrida, llevando la tasa de interés a niveles elevados y enviando señales más claras que en los días previos”, agregó la consultora.
La corrida también tendrá como consecuencia un menor crecimiento debido a las medidas que se tomaron para intentar frenarla.
“Tanto el encarecimiento del crédito como la necesidad de intensificar la reducción del déficit –en buena medida vía moderación de la obra pública– afectará la actividad, que crecería por debajo del 2 por ciento, producto del arrastre estadístico”, comentó.
La consultora sostuvo que “ambos efectos serían transitorios: por un lado, estimamos que la tasa de interés tenderá a normalizarse una vez superadas las tensiones cambiarias y, por el otro, recordamos que la baja del déficit planteada solo responde a 2018, dado que la meta del próximo año se mantuvo sin cambios en -2,2 por ciento”.
“En conclusión, aunque el Gobierno efectivamente logre superar el temblor, las marchas y contramarchas de los primeros días tendrán sus costos, desnudando aún más la fuerte dependencia del esquema económico al influjo de capitales externos”, concluyo.