PRONÓSTICO EXTENDIDO

Detalles secretos y poco contados de la operación y la salud del juez federal Claudio Bonadio

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A comienzos del año, en enero, el juez federal Claudio Bonadio comenzó a tener problemas de visión en su ojo derecho y decidió consultar a un médico. Le indicaron que se haga una serie de estudios y luego de ver los resultados le diagnosticaron una “lesión ocupante en la región occipital izquierda”. Se trataba de un tumor pegado al cerebro.







La recomendación de los médicos fue operar y separar el tumor del cerebro para ser analizado. El juez lo mantuvo en secreto durante cerca de cuatros meses. Solo algunos familiares y amigos íntimos estaban al tanto de la situación.

Antes de operarlo le hicieron un examen neuropsicológico para analizar sus capacidades cognitivas. El psiquiatra indicó que tenía una “disminución en su rendimiento debido a dificultades de tipo atencionales que impactan en el desempeño relacionado con su memoria”.

Un abogado pícaro podría intentar recusarlo por este informe. Los especialistas consultados por esta definición afirman que este tipo de diagnósticos suele ser normal en personas de avanzada edad.

Operación. El sábado 4 de mayo se realizó la exéresis del tumor. Se lo extrajeron. Para llegar hasta esa zona del cerebro, se le rapó la cabeza y se le abrió una parte del cráneo.

Allí, los doctores Andrés Cervio y Santiago Condomi Alcorta trabajaron con un microscopio, un cavitador ultrasónico y un neuronavegador, según el informe médico al que tuvo acceso la revista Noticias.

Apenas se extrajo el tumor, se hizo un estudio anatomopatológico intraquirúrgico que arrojó como resultado que el juez Bonadio tiene un glioblastoma multiforme. La muestra fue enviada de inmediato al laboratorio y el informe final, en el que se definirá qué tipo de glioblastoma tiene el juez, podría estar en unos diez días.

Con esa información sobre la mesa se podrá indicar qué tipo de medicación deberá tomar. En su informe preliminar, los doctores escribieron que el tumor estaba pegado a la hoz del cerebro, una membrana que separa al hemisferio derecho del izquierdo, y según los especialistas, cuando los tumores se anclan en esa zona, los diagnósticos suelen ser malos.

El examen anatomopatológico final estará a cargo del servicio de Anatomía Patológica del Instituto FLENI que dirige el doctor Gustavo Sevlever.

Luego de la operación, por protocolo médico, Bonadio fue enviado a una sala de terapia intensiva y un día después pasó a una habitación común. Ya desde ahí comenzó a enviar mensajes de WhatsApp a los empleados del juzgado, donde Mónica, su secretaria privada, estaba muy preocupada por su salud.

Ella también pasó esa semana por el médico y durante unos días se la vio caminar por Comodoro Py con un holter cardíaco en su pecho.







El miércoles 8, los médicos decidieron dar de alta a Bonadio. Había llegado al hospital el viernes 3 por la noche en un celoso operativo de seguridad que se mantuvo durante la mañana del sábado. Su hijo Mariano estuvo con él en todo momento. El jueves 9 por la mañana, su Peugeot 3008 estaba estacionado en la puerta de la casa del juez. Bonadio se internó con el nombre Claudio Pasquinetti, su apellido materno.

Antecedentes

Esta no es la única operación que tuvo el juez. Hace tres años le sacaron unos pólipos del colon. En su historial médico registra, además, una diabetes de tipo 2, hipertensión, colesterol alto y sedentarismo. Cuando le preguntaron si consumía bebidas alcohólicas respondió que tomaba media botella de vino todos los días y ocasionalmente un vaso de whisky.

Entre los antecedentes familiares refirió que su padre falleció de cáncer de pulmón y una tía de cáncer de mama. Su madre tuvo diabetes.

Las fuentes oficiales, durante los primeros días de esta noticia, decidieron ocultar la información y afirmar que sólo se trataba de un cuadro de estrés. También se dijo que era un quiste. El propio juez, cuando le preguntaban sobre el asunto, intentó bajarle el tono.

Al pedir licencia, Bonadio sabía el nivel de complejidad de la operación que lo esperaba, pero quería mantenerlo oculto por motivos más políticos que personales. Es el juez más relevante de los últimos años, no solo por su cruzada personal contra la ex presidenta Cristina Kirchner, sino porque además está al frente de la causa de los cuadernos del chofer Oscar Centeno en la que investiga a ex funcionarios de primera línea y a los empresarios más poderosos del país.

En este contexto, su salud se vuelve un tema de interés público porque, en Argentina, la capacidad de investigación de la Justicia depende más de la salud de las personas que de la fortaleza de las instituciones.

Fuente: (Por Rodis Recalt, para Revista Noticias)