Después de la represión de las últimas dos movilizaciones, habrá una mayor convocatoria para la de esta semana, que se realizará mientras la Cámara de Diputados trate el veto presidencial.
Las dos últimas semanas dejaron brutales imágenes que recorrieron las redes sociales y algunos medios de comunicación, en las que se observó a las fuerzas de seguridad reprimiendo a jubilados y otras personas que habían ido a apoyar las protestas en contra del veto del presidente Javier Milei a la reforma de la fórmula previsional.
Este miércoles, mientras la Cámara de Diputados trate el veto del libertario, habrá una movilización convocada para las 13 horas frente al Congreso que se espera que sea masiva ya que, además de la columna de jubilados, habrá movimientos sociales, sindicatos y partidos políticos.
La trama de la reforma previsional se remonta a junio pasado, cuando con 160 votos afirmativos, 72 negativos y ocho abstenciones se aprobó en la Cámara Baja un proyecto que mantenía el aumento de jubilaciones por índice inflación, pero que sumaba un porcentaje de lo perdido por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de enero y contemplaba un plus en caso de que los salarios crezcan por encima de la inflación. Un rato después de la aprobación de ese proyecto, que por cuestiones lógicas no contó con el apoyo del oficialismo, la Oficina del Presidente publicó un comunicado en el que se advertía que el jefe de Estado vetaría «cualquier ley que atente contra el equilibrio fiscal».
El 22 de agosto último, el Senado confirmó la media sanción de Diputados y convirtió en ley el proyecto, aunque casi a la medianoche Milei confirmó el veto, que vino acompañado de represión a los jubilados que salieron a las calles a protestar contra la medida.
La primera gran represión a la ya típica marcha de jubilados de los miércoles fue el 28 de agosto; la respuesta de las fuerzas de seguridad se repitió el 4 de septiembre último.
Las imágenes tuvieron tal impacto que, con el correr de los días desde el miércoles, se fue gestando una gran movilización pautada para este miércoles, mientras diputados debatan por la aprobación o el rechazo del veto presidencial. El pedido de sesión fue hecho por diputados de distintos bloques, entre ellos de la Unión Cívica Radical (UCR) y Encuentro Federal, cuyos legisladores en alguna ocasión votaron alineados con el oficialismo, para las 10 de la mañana. Si bien el titular de Diputados, Martín Menem, aún no hizo la convocatoria formal, fuentes de la cámara explicaron que es su obligación convocar a la sesión especial, por lo que sucederá esta semana.
Mientras adentro del Congreso los legisladores nacionales definan el futuro de los adultos mayores, en las calles se replicará la marcha de jubilados, pero con más apoyo: a la ya típica columna de adultos mayores y algunos dirigentes de izquierda, se sumarán el Frente Sindical, la Corriente Federal de Trabajadores, las dos CTA y la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), que tenían una actividad programada para el jueves pero se pospuso con el objetivo de dar fuerza a la marcha del miércoles.
Entonces, si bien la Confederación General del Trabajo (CGT) no se movilizará como central obrera, sí lo harán varios gremios importantes, como Camioneros o La Bancaria, que en un comunicado expresó la necesidad de marchar «para exigirle al gobierno nacional jubilaciones dignas y rechazar todas las políticas de ajuste implementadas». La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), anunció un paro el miércoles, día en el que se sumará a la movilización. El martes, además, sectores combativos darán una conferencia de prensa en la Plaza del Congreso.
Adentro del Congreso, una resolución abierta
Para casos de veto presidencial, el reglamento del parlamento es claro: «Si ambas cámaras cuentan con dos tercios de los votos para imponer su criterio inicial, la ley se promulga, aunque el presidente no esté de acuerdo.
Si no lo consiguen, se mantiene el veto del presidente y el proyecto no puede volver a tratarse en las sesiones de ese año». Aunque los 160 votos afirmativos de junio fueron ampliamente superiores a los 129 que se necesitan para la mayoría simple, no serían suficientes para el rechazo con dos tercios.
No obstante, hay cinco votos nuevos asegurados, ya que los diputados del Frente de Izquierda y de Trabajadores – Unidad (FITU) se habían abstenido con el objetivo de defender su dictamen y ahora rechazarán el veto, tal como explicó el legislador Christian Castillo : «De nuestra parte, obviamente, vamos a rechazar el veto. Cuando se votó teníamos confirmado que salía». Ante la seguridad de que se aprobaba el proyecto, definieron abstenerse para expresar su «desagrado con que era muy poca plata lo que se les daba a los jubilados y con la propia fórmula elegida de calculo».
Además, respecto a la movilización que habrá en la puerta del Congreso, que fue una constante en 2024 durante el tratamiento de leyes buscan perjudicar a la clase trabajadora y a los jubilados, Castillo opinó: «Espero que sea importante y pueda convencer a diputados y diputadas que están dudosos de la importancia que tiene el rechazo al veto, un atributo monárquico totalmente regresivo y autoritario que está impulsando Milei para negarle el aumento a los jubilados«.