La zona en la que se identificó ese evento anómalo es a 430 kilómetros de la costa, con un radio de 125 kilómetros y en una zona donde se encuentra un talud continental, que es una inclinación en el fondo del mar que puede hacer que las profundidades varíen entre los 200 y los 3.000 metros.

Según el informe obtenido por la Armada, la anomalía fue detectada 30 millas al norte de la última posición que se conoció del submarino y en la misma línea de dirección que el submarino seguía en su viaje a Mar del Plata.

Hasta el momento el ARA San Juan no fue encontrado. No hay rastros que certifiquen el lugar donde se podría haber hundido o explotado. La búsqueda se intensificó en las últimas horas en un radio más pequeño, lo que permite delimitar el plan de rescate.

El vocero de la Armada descartó la posibilidad de que la explosión haya sido producida como consecuencia de un ataque militar y explicó que «una explosión en inmersión, en algo confinado como es un submarino, normalmente se habla académicamente de una implosión. No es una explosión en la que terminan flotando cosas en la superficie. De todas maneras, tampoco lo estamos descartando».

Por otra parte, en Comodoro Rivadavia, la marina norteamericana y argentina trabajan en el equipamiento del Sophie Siem, el buque remolcador que llevará el minisubmarino que se maneja a control remoto y puede sumergirse a 600 metros para rescatar hasta 16 personas.

Ese buque saldría en las próximas horas hacia la zona donde es buscado el submarino.

Fuente: (Infobae)