Una menor tasa de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) que la prevista meses atrás, una inflación sustancialmente mayor a la proyectada por el gobierno nacional y un pedido de mayores recortes en el gasto público son datos y recomendaciones para la Argentina que surgen del último informe Perspectivas Económicas Mundiales, dado a conocer hoy en Washington por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El FMI espera que la inflación en el país termine el año en 19,2%, un porcentaje superior a la pauta de la administración de Mauricio Macri, que se ubica en el 15%, y en línea con la expectativa del consenso de los economistas que apuestan a una variación de los precios del orden del 20% en 2018.
Al respecto, el informe sostiene que «en unos pocos países, como la Argentina y Turquía, la inflación permanece por encima de los objetivos de los bancos centrales, requiriendo una la política monetaria ajustada que mantenga ancladas las expectativas», declaración que puede entenderse como un aval implícito a la gestión de la autoridad monetaria local.
Las proyecciones del Fondo contemplan una reducción de la tasa de inflación para el año próximo, que se ubicaría a fines de 2019 en 13,6%.
De cumplirse el pronóstico, el gobierno de Cambiemos terminaría su mandato sin lograr quebrar la variación de dos dígitos en los índices.
En cuanto al nivel de actividad, el organismo multilateral redujo en medio punto su última estimación de crecimiento para la Argentina.
En octubre pasado proyectaba un aumento de 2,5% que ahora pasa a ser de 2% – es decir un punto por debajo de las previsiones del gobierno argentino- como consecuencia «del efecto de la sequía sobre la producción agrícola, como así también por la necesidad de ajuste fiscal y monetario que es requerido para mejorar la sustentabilidad en las finanzas públicas y reducir la alta inflación».
De cara al futuro, el Fondo es optimista con respecto a la Argentina, ya que confía en una progresiva recuperación de la economía que tendería a crecer 3,3% en el mediano plazo.
Con relación a la situación de las cuentas públicas específicamente, el informe señala que las reformas aprobadas a fines de 2017 van el camino de la disciplina fiscal y ayudarán a reducir los grandes desequilibrios que se presentan en el sistema de jubilaciones, como así también permitirían comenzar una gradual reducción en los altos y distorsivos impuestos que afectan a la economía argentina.
No obstante, el Fondo advierte que «se necesitarán más recortes en el gasto primario para alcanzar los objetivos de déficit primario y abrir espacio para una mayor reducción de la carga tributaria».
Otro indicador importante es que el Fondo espera un agravamiento en el déficit de la cuenta corriente.
El organismo estima un desequilibrio equivalente a 5,1% del producto bruto interno para el año en curso, que subiría a 5,5% en 2019. De esta manera, aumentaría la vulnerabilidad externa del país.
Al respecto, el rojo en la balanza comercial argentina más que duplica el 2% del PBI de desequilibrio que presentan en promedio los países de Sudamérica.
Entre los datos positivos, el FMI proyecta, a tono con la mayor actividad económica esperada, una progresiva reducción de la tasa de desempleo que se reduciría en 0,4 puntos porcentuales en el año en curso, respecto del anterior, al ubicarse en 8%, y proyecta que seguirá descendiendo a 7,5% en 2019.
• Triste ranking
Pese a los esfuerzos del Banco Central por reducir los índices de precios, la Argentina seguiría ubicándose en 2018 entre los ocho países con más inflación en el mundo, como sucedió el año pasado, según surge de los datos publicados por el Fondo Monetario Internacional.
El FMI estima que hacia fines del corriente año la inflación en la Argentina se ubicaría en 19,2%, con una baja respecto del 24,8% correspondiente al año pasado.
Al ordenar de mayor a menor la inflación entre los sólo 19 países que tienen aumentos de dos dígitos en las series de precios al consumidor, surge que la Argentina conservaría la séptima posición.