El canciller Jorge Faurie fijó la posición del gobierno de Mauricio Macri respecto a la situación en Bolivia y afirmó que «no» hubo un golpe de Estado contra Evo Morales, al tiempo que destacó el rol de las Fuerzas Armadas bolivianas.
«No están los elementos para describir esto como un golpe de Estado», afirmó sin vacilar el ministro de Relaciones Exteriores, a contramano de lo que plantearon algunos dirigentes importantes del oficialismo como Mario Negri y también a la posición que asumió el presidente electo, Alberto Fernández.
Faurie buscó justificar su posición afirmando que la renuncia de Morales se concretó tras un «diálogo con las Fuerzas Armadas», lo que en rigor fue un ultimátum público de los altos mandos militares y la decisión de no acatar las órdenes del hasta ese momento presidente.
El canciller, además, destacó el papel de los militares. «Las Fuerzas Armadas no asumieron el poder en Bolivia, están simplemente haciendo algunas medidas de diálogo con distintas fuerzas políticas y esto va a conducir a que mañana pueda sesionar la Asamblea Legislativa», indicó.
«Creemos que es muy importante el rol de las Fuerzas Armadas para garantizar la continuidad de la vida institucional de Bolivia y no asumir o tener un rol más protagónico del que le marcan las leyes», agregó.
El jefe de la diplomacia argentina además negó que el ex presidente de Bolivia haya pedido asilo político o pretendido viajar a Argentina, como trascendió el domingo.
«En ningún momento hemos recibido ningún pedido de asilo de Evo Morales. Tampoco hubo pedido de sobrevuelos», afirmó en una conferencia de prensa.
Más allá de la negativa, Faurie abrió las puertas a aceptar un pedido de Morales en ese sentido, tal cual ya lo hizo el gobierno de México. «Es una tradición que tiene el Estado argentino, así como otros países. Cuando alguien solicita resguardarse porque teme por su vida, nosotros inmediatamente lo recibimos y después se determina la condición en la que permanece», explicó.
Faurie aclaró que el gobierno de Macri condena «con toda firmeza la violencia que se ha ejercido contra el domicilio del ex presidente Morales en Cochabamba» así como otros ataques, aunque en el transcurso de la conferencia habló de «inquietud social» y «protesta popular» para referirse a los episodios que desembocaron en la renuncia de Morales.
El funcionario también responsabilizó a Morales por la crisis al recordar que el ex presidente no aceptó los resultados del referéndum donde la ciudadanía rechazó una nueva reelección y también lo culpó por el «fraude» en las elecciones del mes pasado. «Hay hechos precedentes que crearon condiciones para la protesta social», repitió.
Quien sigue sin referirse al tema es Mauricio Macri. El presidente apenas se limitó a decir que «todos estamos preocupados por lo que pasa en Bolivia» mientras ingresaba a la Casa Rosada y fue consultado por un periodista.