Sergio Massa y Máximo Kirchner centraron la atención en la jura de los 130 diputados electos, asumieron como presidente de la Cámara y jefe del bloque Todos y se dividieron las principales autoridades por los próximos años.
Como anticipó LPO, la secretaría administrativa será para el diputado Rodrigo «Rodra» Rodríguez, diputado de La Cámpora hasta diciembre. Su antecesora, Florencia Romano, bajará un escalón para ser prosecretaria administrativa que muchos consideran un gesto a Emilio Monzó para que sus diputados aporten a la causa.
Massa se conformó con el secretario parlamentario, que será Eduardo Cergnul, apoderado del Frente Renovador. La prosecretaria parlamentaria seguirá siendo Marta Luchetta, una histórica empleada de carrera que ocupa ese cargo desde 2002 y tiene el respaldo de todos los bloques.
«Vengo a construir políticas de Estado a que nos animemos a saltar discusiones estériles o fáciles, y abordar temas que no tienen que ver con un gobierno o dos, sino con la Argentina y su futuro. Es clave que haya federalismo, que haya una mirada desconcentrada y descentralizada», pidió el tigrense a podo de asumir.
Los kirchneristas juraron por Néstor y Cristina. Una lilita pidió por Carrió y la primera diputada musulmana se llevó su Corán. Massa y Máximo, los más aplaudidos.
Y dijo que se pondrá al servicio de un gobierno que eligió el 27 de octubre la gran mayoría de los argentinos, pero también de todos y cada uno de los diputados de esta Casa. Vengo a ponerme al servicio de sus sueños, de sus proyectos, de sus ideas», agregó.
«Trabajemos todos juntos para recuperar el prestigio del Congreso, para ponerlo al servicio de las universidades, de los ciudadanos, de las minorías, de nuestra voz, de nuestro respaldo para sentirse representados», concluyó su presentación.
Máximo y Massa llegaron cerca de las 13 horas y una vez en sus bancas el radical Gonzalo del Cerro abrió la sesión preparatoria, que tuvo a cargo por ser el diputado de mayor edad. El tigrense juró al unísono con a varios de sus compañeros de lista como Andrés «Cuervo» Larroque y con Graciela Camaño, que integrará una bancada opositora clave para el quórum. Fue el más aplaudido desde los balcones, que volvieron a estar copados con familiares y militantes.
Máximo juró sólo y lo hizo con una frase del Indio Solari. «En este día y en cada día», dijo al poner su palma sobre la biblia que reposó sobre el estrado casi la sesión.
Sólo pidió correrla la cordobesa del PRO Soher El Sukaria, la primera musulmana que tendrá el Congreso. Se trajo su Corán, pero no hizo menciones religiosas. «Juro por cada argentino y por el pueblo de Córdoba», dijo.
Hubo muchas menciones a Néstor y Cristina Kirchner, como la de la bonaerense Florencia Lampreabe, el santafesino Marcos Cleri, Lucila Masín y la porteña Paula Penacca, mientras que el chubutense Santiago Igon recordó a «Santiago» y «Rafael», en referencia a Maldonado y Nahuel, fallecidos durante revueltas policiales en su provincia.
En Juntos para el Cambio hubo fiebre institucionalista. La lilita bonaerense Mónica Frade juró por «Carrió» y «la república», la porteña Dolores Martínez pidió un «Estado abierto e igual».
El radical Emiliano Yacobitti pidió por «la educación pública y gratuita siempre» y Victoria Donda juró su tercer mandato por las víctimas de femicidios y pidió «que sea ley» el aborto, la única que se refirió al polémica debate.
Proclamado como jefe del bloque Todos, que tendrá 120 miembros y será el más numeroso, Máximo apeló a su historia personal para proponer como presidente a Massa.
«Lo conozco hace 15 años y compartimos muchos momentos de intimidad que había en aquellas épocas», recordó, en clara alusión a los partidos de fútbol que Néstor Kirchner organizaba en la quinta de Olivos.
«Las prácticas políticas no separaron pero un plan económico nos volvió a juntar», rememoró y contó lo que en Diputados todos comentaban por lo bajo: que en 2016 y 2017 era habitual que hablaran entre las sesiones pese a estar en espacios políticos diferentes. Más de uno se sorprendía.
«En muchas de esas sesiones fuimos en posiciones diferentes, pero nunca perdimos la capacidad de diálogo», recordó. «Máximo lo conoce hace 15 años y yo desde que tenía 17», bromeó Camaño, se deshizo en elogios pero aclaró que ya no está «en el mismo sector».
El otro bloque clave para el quórum será el del mendocino José Luis Ramón y se presentó como el garante de la antigrieta. «El 50 por ciento de los trabajadores está en negro, todo aquel que tenga una jubilación está en línea se la pobreza. Representamos al sector muy grande que no quiere estar en una pelea entre perros y gatos».
«No estamos atado a ningún prejuicio. Venimos a debatir y a enriquecer. Hay que terminar con la grieta y la mejor forma es que funcionen los poderes. No vamos a negar nuestro pasado. Pero en la medida que todos nos hagamos cargo de nuestro pasado», respondió Mario Negri, reelecto jefe del interbloque Juntos por el Cambio.
Su bloque eligió como vicepresidente primero al macrista Álvaro González y tercero al radical Alfredo Cornejo, mientras que la secretaría de coordinación operativa quedará para dirimir entre algún opositor. El vice segundo será José Luis Gioja.
«Quiero hacer un reclamo: no hay ninguna mujer entre las autoridades», protestó Camaño. Massa reiteró su propuesta para que en las comisiones haya paridad de género plena.
Su reunión del lunes con las autoridades de Juntos por el Cambio fue fructífera: lo habilitaron a repartir los lugares en las comisiones, en proporción a la representación de cada fuerza política. El poroteo empieza la semana que viene.