El malestar contra los desmedidos aumentos de tarifas y la política económica de Mauricio Macri se vio una vez más en esquinas de los distintos barrios porteños, donde los vecinos se juntaron a protestar. En el conurbano también hubo manifestaciones.
or tercer viernes consecutivo, las esquinas de las 15 comunas porteñas y otras en el conurbano bonaerense fueron el lugar para rechazar la última serie de tarifazos de servicios y transporte público con palmas, cacerolas y cantos.
«El país está destruido porque hablan de cambiar y no cambian nada, la gente no da más», lamentó un vecino en la esquina de Acoyte y Rivadavia, mientras que en Belgrano una jubilada completó: «Macri traicionó todas sus promesas de campaña.
Soy jubilada, no cobró la mínima, y el 60 por ciento de lo que cobró se me va en las tarifas y la comida». «¡Gobiernan para pocos!¡No voten más por odio!», se gritaba en otra esquina.
Porque el acceso a los servicios públicos es un derechos humano» porque «las tarifas no pueden aumentar más que nuestros salarios», reclamaba la convocatoria al «ruidazo» hecha en la Ciudad de Buenos Aires por el Observatorio del Derecho a la Ciudad , Argentina en Red y el Movimiento Comunero, que convocó a miles de vecinos de a pie a través de las redes.
«Macri se ha equivocado, ha traicionado todas las promesas electorales. Estamos muy mal no solo los jubilados y las jubiladas, sino todo el pueblo Argentino», señalaba una vecina en Belgrano, que lamenta el alto costo de vida que debía enfrentar con su jubilación y alertaba que en el barrio «muchos que votaron a Macri ahora están en la calle porque les afectó el bolsillo».
En ese tono, otra mujer seguía convocando al ruidazo: «Sería bueno que vengan más vecinos, porque todos somos perjudicados por estas políticas. Hay muchas injusticias que están sucediendo y un sector de la sociedad aún no lo quiere ver. Esto no es en contra de nadie, es a favor de nosotros mismos, que tenemos que luchar y salir a la calle.»
«El país está destruido porque hablan de cambiar y no cambian nada, la gente no da más», rechazaba un vecina de Caballito y lamentaba que su sueldo de encargado de edificio no le alcanzaba para «llegar al día 10 del mes. Pago cuatro de luz, dos de gas, con 15 mil pesos por mes no puedo».
El cierre de escuelas nocturnas, el aumento de los peajes, el endeudamiento del país. Las preocupaciones y reclamos se sumaban al rechazo a los tarifazos en los carteles de los vecinos. «Yo no lo voté, pero no hubiese imaginado esto que se hizo», confesaba incrédulo otro vecino.
«Basta Macri con los ajustes, con los tarifazos, con los derechos del trabajo. El pueblo trabajador tiene que salir a las calles», convocaba un joven con chaleco amarillo y rodeado por otros con la misma prenda popularizada en las protestas callejeras de Francia.
«Nuestro objetivo es que el Gobierno sepa que la gente está cansada de estas políticas de ajuste. La única manera es que nos autoconvocquemos y salgamos a las calles», completaba detrás de una bandera con el lema: «Chalecos Amarillos de Argentina».