Tras aprobar un nuevo tramo del préstamo, el directorio del Fondo Monetario reclamó que en 2019 sigan subiendo las tarifas, se contengan las presiones por aumentos de salarios, se reformen la seguridad social y las leyes laborales y se espere una recuperación lenta.
La próxima semana ingresarán al Banco Central los 7600 millones de dólares correspondientes al tercer desembolso del acuerdo con el FMI. El Directorio Ejecutivo del organismo habilitó la transferencia de los fondos que permitirán, al menos de manera transitoria, contener la caída permanente en el nivel de reservas.
Cuando se concrete la operación, habrán ingresado alrededor de 28.090 millones de dólares del FMI.
Así, en apenas seis meses el gobierno habrá recibido una suma equivalente a la mitad del préstamo. La llegada de los dólares está condicionada al cumplimiento del estricto programa de ajuste fiscal y monetario cuya implementación ha sido acompañada por la profundización de una recesión con alta inflación y aumento del desempleo.
El Fondo espera que «la economía empiece a recuperarse en el segundo semestre de 2019». El recetario del organismo para un año electoral sugiere «resistir las presiones para mantener los subsidios a la energía e incrementar los salarios». El documento elaborado por el Staff que fue difundido hoy insiste con la necesidad de avanzar en una reforma integral del sistema de la seguridad social así como introducir cambios en la regulación laboral.
«La implementación continua y firme del plan de estabilización será esencial para tranquilizar a los inversores nacionales e internacionales, afianzar el regreso de Argentina a la estabilidad macroeconómica y mejorar el nivel de vida de todos los argentinos de manera duradera», afirmó David Lipton, subdirector gerente del FMI y hombre fuerte en la estructura de poder como representante de Estados Unidos.
Con la titular del organismo Christine Lagarde de gira por Africa, los directores del Fondo votaron por la mañana a favor de enviarle al gobierno de Mauricio Macri el tercer tramo del préstamo condicionado.
Los miembros del Directorio Ejecutivo ofrecieron su beneplácito tras aprobar la segunda revisión del acuerdo Stand-By elaborada por el staff durante su última visita al país a comienzos de noviembre.
«A pesar de la complicada situación económica y la difícil historia del FMI en Argentina, la oposición social al programa sigue siendo moderada», sostiene el informe de los técnicos del organismo al señalar que «aunque no todas las facciones políticas expresaron su apoyo al programa parece existir un consenso extendido de que la asistencia financiera del FMI es un elemento esencial para recuperar la confianza del mercado y allanar el camino para una nueva temporada de reformas estructurales».
La reforma del sistema de la seguridad social, una nueva carta orgánica del Banco Central y la flexibilización laboral encabezan la agenda del Fondo.
El documento destaca que «una recesión más profunda o la persistencia de la inflación pueden generar una oposición más contundente para las políticas que sustentan el programa y obstaculizar su implementación». Desde la perspectiva del organismo multilateral las tensiones cambiarias no están asociadas al desmantelamiento de los mecanismos de administración del mercado cambiario y financiero.
Para los técnicos del Fondo, la incertidumbre está «asociada con el ciclo electoral de 2019 que puede disparar nuevas rondas de turbulencia del mercado financiero y presiones en la cuenta capital».
A pesar de la profundización de la crisis que muestran las estadísticas oficiales, Lipton afirmó que «empezamos a ver señales de que el rediseño del programa de reformas económicas, incluido el nuevo esquema de política monetaria, está dando resultados.
El peso se ha estabilizado y, aunque se mantiene elevada, la inflación ha comenzado a bajar a medida que se desvanece el impacto de la depreciación». No obstante, para el número dos del FMI «permanece vulnerable a los giros en el sentimiento del mercado». Las autoridades del Fondo también ofrecieron su visto bueno a los informes sobre las líneas de crédito con Gabón, República de Africa Central y Georgia.
El monto total de los préstamos acordados con esos tres países asciende hasta los 1043 millones de dólares. A largo de todo el trienio que se extienden esos programas el Fondo desembolsará una cifra equivalente al 13,7 por ciento de los dólares que Argentina recibirá en apenas un día.
«La capacidad de Argentina para pagarle al FMI es adecuada aunque está sujeta a grandes riesgos. La exposición es elevada», admite la revisión del acuerdo.
Los 7600 millones de dólares que ofrecerán una tregua transitoria para la caída de las reservas llegarán después de Navidad. Pero la disponibilidad de divisas del BCRA volverá a caer ya que esos dólares serán destinados a financiar los pagos de intereses y la fuga de capitales.
Hasta ahora el abundante financiamiento del Fondo permitió que el ministro Nicolás Dujovne y el banquero central Guido Sandleris enfrenten los vencimientos de la deuda pero no logró despejar el escenario de fragilidad financiera y cambiaria.
La virtual clausura del mercado internacional de crédito expresada en la escalada del riesgo país, que marcó los 782 puntos, obligó a la Casa Rosada a suspender todos las inversiones en infraestructura que pretendía canalizar a través del esquema de Participación Público Privada.
Con esas iniciativas viales, energéticas, educativas o ferroviarias que fueron descartadas ayer, el Palacio de Hacienda proponía amortiguar el impacto del ajuste fiscal sobre la obra pública.
La decisión fue bien recibida por las autoridades del FMI que, a diferencia de otros organismos internacionales, no muestran el mismo entusiasmo con las promocionadas PPP.