El dólar dio un salto de 22,5% en una semana y descalabró la trayectoria esperada de todas las variables de la economía, al punto tal que cuando este jueves el Indec dio a conocer el 2,2% de inflación de julio, ya no había nada por celebrar: la desinflación de cuatro meses consecutivos se terminó el lunes y en agosto los más cautos hablan de al menos 4% de inflación.
Otros no descartaban esta semana que llegara al 7%, pero la confirmación del congelamiento de las naftas por 90 días hace pensar que el guarismo no será tan alto.
En sí, los especialistas creen que en los próximos tres meses se concentrará una suba de precios de aproximadamente el 15% y que el pico se registrará en septiembre, cuando impacte de lleno la suba del dólar y no en agosto, que estadísticamente contiene 10 días con inflación descendente y el dólar calmo.
En consecuencia, para fin de año las primeras proyecciones hablan de al menos 50% de inflación interanual.
El Indec informó que la inflación en julio bajó al 2,2%, pero esperan que en agosto se dispare al 7%
Una de las estimaciones más elevadas la dio la consultora Elypsis en su último reporte: «La inflación acumulada de los últimos doce meses es de 54,4%, la más baja desde marzo. De no mediar una estabilización rápida y duradera del tipo de cambio, este promedio se acelerará en los próximos meses. Nuestra estimación de inflación fue revisada al alza. De mantenerse el escenario actual, sería 64,1% para 2019».
En tanto, para la consultora Analytica los precios subirán al 50% anual y para el fondo SBS la inflación cerrará entorno al 55% anual este año, misma estimación que maneja Gabriel Gómez Caamaño, economista de la consultora Ledesma.
«Estimamos 55% aproximadamente si no hay más fogonazos», dijo a LPO el economista al tiempo que explicó que no pueden diseñarse escenarios optimistas o pesimistas en este contexto porque «No hay con qué.
Es un derrotero de declaraciones y cuestiones políticas y su impacto, que son muy difíciles de modelar. Lo que sí es seguro, en este contexto, es que los ajustes del tipo de cambio nominal van rápido a los precios. Incluso, los de bienes no transables».
Por eso, sin nuevos sobresaltos del dólar, para el economista «probablemente lo peor sea agosto y septiembre y después la inflación empiece a desacelerar».
En coincidencia, Martin Vauthier, economista y director de EcoGo, explicóque: «La inflación hasta el viernes previo a las PASO nos daba entre el 2 y el 2,5% mensual. Eso obviamente quedó viejo con el salto del tipo de cambio y ahora es difícil pensar en un número de acá a diciembre porque estamos en una situación de volatilidad muy importante y siempre el traslado a precios va a depender de dónde se termine estabilizando el tipo de cambio y cuánto tarde en hacerlo porque no es lo mismo si se queda en estos niveles en los que pareció estacionarse el jueves y el viernes -entorno a los $57- que si volvemos a tener otra nueva ronda de inestabilidad.
También hay que tener en cuenta en estos episodios de volatilidad lo primero que se observa no es una suba de precios, sino su ausencia, lo que es muy dañino para la economía que los proveedores no pasen listas de precios y se paralicen las transacciones; luego sí se ve el traslado a precios. «
«Por todo esto es muy difícil ponerle números a la inflación, pero lo más probable es que agosto esté arriba del 4% afectando solo a dos tercios del mes, lo cual seguramente deje un arrastre para septiembre, lo que hará que ahí se vea un número alto; pero la magnitud del traslado va a depender esencialmente de cómo siga el dólar».
Consultados los especialistas respecto del impacto de la baja del IVA para los bienes de la canasta básica, no son muy optimistas. Frente a un alza del 22,5% en el precio del dólar que se traslada automáticamente al precio del trigo y rápidamente al resto de la cadena de valor, una reducción del costo de 9,5% en los bienes de la canasta básica, no consideran que logre amortiguar sustancialmente la suba de los precios. #Arma un buffer en el margen bruto del último eslabón de la cadena que puede contribuir a amortiguar el impacto. No mucho más. Tal vez sea más importante lo de los combustibles desde el punto de vista de retrasar impactos directos y de segunda ronda. Aunque no es gratis», advirtió Gómez Caamaño.
Por su parte, Camilo Tiscornia de C&T Asesores explicó a LPO que: «En agosto la inflación puede quedar entre el 4 y el 5% dependiendo del impacto de la baja del IVA, que si bien es cierto que tiene un efecto de una única vez porque bajaría los precios antes de que se termine el traslado a precios, no es un efecto menor. Aunque si se piensa en el mediano plazo, es cierto que el congelamiento de los combustibles es más efectivo porque le da previsibilidad en los costos a las empresas».
«Ya en septiembre, va a ser bastante pesado el número del Indec, seguramente arriba del 5% y todo dependiendo de que el dólar quede debajo de $60», agregó. «Cuánto más suba el dólar, peor va a ser».