La gira de Mauricio Macri por China no trajo los resultados esperados porque antes de avanzar en cualquier otra iniciativa el gigante asiático esperaba detalles del informe ambiental de las represas de Santa Cruz, que exigió la Corte Suprema para reactivar las obras acordadas por Cristina Kirchner y que la potencia asiática impuso continuar a la actual administración, antes de avanzar en los otros acuerdos.
Sin embargo, el pedido de Guelar no fue escuchado porque Macri quería participar del foro sobre conectividad internacional («Una Franja y una Ruta para la Cooperación Internacional») y aprovechar para empalar la visita de Estado prevista para este año, aunque no tuviera bien amarrados los convenios a tratar.
El resultado no pudo ser peor: los chinos sólo mostraron interés por la construcción de la planta de energía renovable Cuchari Solar, en Jujuy, un proyecto que el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, viene gestionando por su cuenta.
Una muestra de lo mal que salió la gira en términos concretos fue que el ministro de Finanzas Luis Caputo, presente en todas las fotos, tuvo que cancelar varias reuniones con empresas chinas, como Yellow River.
El «memorándum de entendimiento» para la reparación de la línea San Martín del Belgrano Cargas y las nuevas centrales nucleares no avanzarán, hasta tanto no se aclare cuando empezará a trabajar en Santa Cruz la UTE conformada por la china Gezhouba (CGGC), la kirchnerista Electroingeniería y la medocina Hidrocuyo.
El 21 de diciembre y por unanimidad, la Corte Suprema hizo lugar a un reclamo de ONGs ambientalistas y suspendió la obras hasta tanto la UTE no realizara un estudio de impacto ambiental, supervisado por el Gobierno y presentado ante el Congreso.
Los denunciantes advertían sobre el posible daño en el ecosistema regional, en particular en Lago Argentino, los glaciares Perito Moreno, Spegazzini y Upsala y el Parque Nacional Los Glaciares.
Juan José Aranguren contrató a la consultora Evsa para elaborar junto a los técnicos de la UTE el informe que, también por decisión del máximo tribunal, requiere la supervisión del ministro de Ambiente, Sergio Bergman.
Según se pudo saber, el trabajo aún está en su fase inicial. Recién el 30 de abril, Evsa entregó el trabajo, Aranguren debe tomarse su tiempo para ver cómo quedó y luego retocarlo junto a Sergio Bergman.
Apurados por el malhumor chino ayer mismo se reunieron técnicos de ambos Ministerios para avanzar el trabajo y acordaron tener todo listo para fines de junio.
Luego vendrá la discusión con el Congreso, donde el Gobierno no quiso negociar ningún tema este año y por lo tanto no le será tan fácil hacerlo en pleno clima electoral.
De hecho, Elisa Carrió, presidenta de la comisión de RelacionesEexteriores, le advirtió a Susana Malcorra que no podía seguir firmando acuerdos bilaterales sin pasar por el Congreso. La canciller sólo le envió tres, pero nunca se trataron.
Ocurre que hasta la semana pasada muchos funcionarios no tenían tan claro cuan interesado estaba Macri en salvar las represas, que durante todo el primer año de su mandato intentó dar de baja, hasta que China le dejó en claro que si lo hacía debería olvidarse de nuevos proyectos y hasta peligraba la exportación de soja. Tuvo que ceder.
«Mauricio siempre dijo que en la medida que el impacto ambiental de afirmativo, se avanzaría y sino no», intentó matizar en diálogo con uno de los funcionario que siguió la gestión ante la UTE estos meses y vio como desde el retorno de Macri los tiempos se aceleraron.
Es que en China no tienen la paciencia institucional que promueve el presidente y así lo supieron los gobernadores que acompañaron la comitiva, como Alberto Weretilneck (Río Negro), Sergio Uñac (San Juan) y Omar Gutiérrez (Neuquén), quienes se quedaron con las manos vacías y molestos prefirieron no seguir viaje a Japón ante la falta de certezas.
Ninguna de esas provincias figuró en los 21 acuerdos con China difundidos por el Gobierno como trofeo del paseo, la mayoría memorándum de entendimientos. Esperaban inversiones.