El cuerpo, maniatado y acuchillado, estaba en la vivienda de uno de los cuatro detenidos, que habría confesado el crimen. Los móviles se desconocen, pero el dramático caso devuelve la causa de los Cuadernos y la situación de los arrepentidos a la lupa pública.

a desaparición de Fabián Gutiérrez, el exsecretario de Cristina Fernández de Kirchner, terminó este sábado 4 de julio convirtiéndose en un asesinato conmocionante: el cuerpo de Gutiérrez fue hallado, maniatado, acuchillado y con huellas de golpes en el baño de una de las casas de los cuatro detenidos que tiene la investigación que encabeza el juez Carlos Narvarte. E

l cuerpo fue encontrado en una casa del la calle Jorge Newbery al 200, en las afueras de la ciudad. El terrible episodio, cuyos móviles todavía se desconocen, genera un problema mayúsculo para los gobiernos nacional y provincial, y fue confirmadopor fuentes del Juzgado que interviene en la causa. 

La causa de los Cuadernos de la corrupción, que encabezó el juez Claudio Bonadio, gana con el asesinato de Gutiérrez dramática actualidad y pone de nuevo la lupa en la difícil situación que viven muchos de los arrepentidos en esa investigación. En la casa de la calle Cañadón Seco donde estaba el cuerpo de Gutiérrez.

Este sábado se había informado de la detención de cuatro personas en Calafate, un joven de apellido Zaeta, nieto de un reconocido escribano de El Calafate, que en su momento fue concejal del Frente de la Victoria en esa ciudad. Dos de los sujetos son de apellido Gómez y el otro Monzón.

Al mismo tiempo, se habían hecho en las últimas horas varios allanamientos en procura de esclarecer el caso. «Estamos trabajando y la Policía de Santa Cruz sigue abocada a pleno a la búsqueda de Gutiérrez», dijo temprano este sábado 4 de julio el juez Narvarte, remarcando que «la hipótesis es que hubo un hecho ilícito», porque en casa del exsecretario de CFK se hallaron signos de violencia y manchas de sangre.

Como ya se indicó este viernes 3 de julio, el teléfono de Gutiérrez había aparecido  tirado en una obra en construcción, y en su camioneta constataron que había un vidrio roto, también un espejo destrozado y una campera que también tenía manchas de sangre.