Luego de 14 años escapando de la Justicia argentina, los jefes de la banda que secuestró al joven correntino Cristian Schaerer y a una hija del ex presidente paraguayo Raúl Cubas Grau cayeron en Portugal, como consecuencia de una investigación de INTERPOL.
Se trata de Rodolfo José Lohrman y José Horacio Maidana, quienes fueron detenidos en la ciudad de Aveiro, Portugal.
Lohrman y «Potrillo» Maidana fueron sindicados por la Justicia argentina como dos de los responsables del secuestro extorsivo de Schaerer, de 21 años, en Corrientes.
A pesar de haber cobrado un rescate de 277 mil dólares para su liberación, el joven permanece desaparecido desde entonces. Asimismo, se los señala por la organización del secuestro, un año antes, del empresario Claudio Stefanich en Villa Adelina, provincia de Buenos Aires.
También se les atribuyen varios crímenes en Paraguay, donde fueron acusados por los secuestros de Cecilia Cubas –hija del ex presidente paraguayo Raúl Cubas Grau–, de las empresarias gastronómicas María Elizeche y María Elena Vargas, así como de la muerte de un niño de 10 años a causa de una sobredosis de calmantes y la tentativa de homicidio de Juan Pedro Schaerer, el padre de Cristian.
EL OPERATIVO DE CAPTURA
La Policía Federal Argentina trabajó junto a las fuerzas de Alemania, Brasil y Portugal, en el marco de la cooperación internacional que promueve INTERPOL. Con la información recopilada durante la pesquisa, se libraron las alertas rojas en 2005 y se descubrió que Maidana residía en Portugal, apelando al falso nombre de «Jorge Miguel Tavares da Costa».
Bajo esa filiación, Maidana había efectuado envíos de dinero a su hermana a través de la empresa Western Unión. Desde entonces, se inició un intenso intercambio de datos con la policía portuguesa y se dio cuenta de un hecho que fue fundamental para el éxito de la investigación.
Se trataba de dos personas que habían sido arrestadas en la localidad de Aveiro por robo a mano armada. Los involucrados se habían identificado como un ciudadano guatemalteco de nombre José Luis Guevara Martínez y otro de origen búlgaro, Nikola Petkov.
Frente a la inverosimilitud y las contradicciones de los interrogatorios, se comprobó que los imputados evidenciaban una ostensible coincidencia fisonómica con Lohrman y Maidana, por lo que se procedió a comprarar sus huellas dactilares, lo que finalmente confirmó que se trataba de ellos.