El autor de las dos llamadas que pusieron en alerta la Hospital Perrando durante la semana pasada es un interno del Servicio Penitenciario Federal, U7, que cumple condena a cadena perpetua por el asesinato de su padre.
Tras las tareas investigativas del cuerpo de Delitos Informáticos, la Policía del Chaco logró dar con la identidad del autor de los dos llamados que pusieron en alerta al sistema de salud del Hospital Perrando, durante la semana pasada, a raíz de falsas amenazas de bombas.
Las mismas se habrían originado en un teléfono fijo ubicado en su lugar de detención y por el cual los internos puede realizar llamadas al exterior para comunicarse con sus familiares, defensores y con autoridades judiciales a través del sistema de tarjetas.
Se ve que esta vez, fueron utilizadas solo con el objeto de amedrentar a la sociedad y llevar sozobra a todos los trabajadores y personas que se sirven del sistema de salud publica provincial
En este sentido, los resultados arrojaron que la persona responsable de las amenazas se llama Diego Armando Ibañez y se encuentra detenido con condena firme a cadena perpetua por asesinar su padre.
Además, según informó la misma Policía, el telefono utilizado para las llamadas es un número prepago de la empresa Telecom que se encuentra instalado para uso exclusivo de los internos en el Sector A del servicio de asistencia médica de la unidad penitenciaria, una especie de sala de internacion que se encuentra dentro de dicho establecimiento.
El sospechoso
El 23 de agosto del 2018, Diego Armando Ibáñez cobró relevancia mediática cuando denunció a seis penitenciarios por supuestas torturas y hasta abuso sexual.
A los dos días, los acusados: un oficial, dos suboficiales y tres agentes fueron detenidos por orden del fiscal especial penal de Derechos Humanos, Daniel Turraca pero luego fueron liberados por la Jueza de Garantías María de las Mercedes Pereyra. Los exámenes médicos concluyeron en que no hubo ningún tipo de abuso sexual.
Fue alojado en el Centro de Detención Transitorio de Barranqueras mediante habeas corpus presentado ante el juez de Ejecución Penal, Jorge Raúl Lataza Gandini.
Luego de varios días, trasladaron al homicida Diego Armando Ibáñez a la comisaría ubicada en Villa San Martín, el mismo barrio donde en 2013 -tras una pelea- había asesinado a su padre de una puñalada en el pecho y por el que fue condenado a perpetua. En esa dependencia policial atacó a personal y una mujer policía resultó herida.
Tras el ese violento hecho, pedía a las autoridades que lo trasladen a la Isla del Cerrito, lo logró pero nuevamente agredió a los custodios, amenazaba con matarse y matar a sus compañeros.
A las pocas horas fue llevado a la Comisaría Octava, allí atacó a su propia madre y la acusó de que “ella fue quien lo mandó a matar a su padre”, intentó agredirla.
El juez de ejecución penal Nº1, a cargo de la causa, finalmente le quitó las salidas transitorias por su pésima conducta.
De la comisaría Octava, el asesino Ibáñez fue trasladado a la Comisaría 1ª de Resistencia, donde otra vez protagonizó incidentes, lo que colmó la paciencia del Juez de Ejecución Penal, quien avanzó en la solicitud de un cupo en la Unidad Penal Federal U7, a donde fue llevado.
Desde fines del año pasado nada se supo de este peligroso interno, hasta que volvió a protagonizar hechos que lo ponen en el centro de las investigaciones, está vez acusándolo de haber sido el autor de los llamado que hablaba de la presencia de un artefacto explosivo en la Guardia del Hospital Perrando.