«Mi pareja estaba acostado, boca abajo. Estaba despierto. Agarré la pesa y me subí encima de él. Le di entre 7 y 9 veces en la cabeza y después lo ahorqué con un cable«.
Con estas palabras, Gilda Acosta, la mujer que el miércoles pasado confesó el crimen de su pareja, empezó su relató ante la fiscal de la causa y dio detalles de cómo se produjo el asesinato en la noche del lunes.
Acosta se había presentado el miércoles en un destacamento de la Policía Bonaerense para confesar el crimen de su pareja, Richar Escobar de 27 años, y para contar que había escondido el cuerpo en un ropero de su casa y lo había tapado con cemento. Cuando los efectivos fueron a la vivienda se encontraron con el escenario que había descripto la mujer.
Inmediatamente quedó detenida. También había expresado que lo mató cuando se enteró de que el hombre supuestamente había abusado sexualmente de su hijo de 13 años.
La confesión que realizó en la comisaría no tiene valor en la justicia. Las declaraciones que tiene validez jurídica son aquellas que se hacen en tribunales.
La expectativa estaba puesta en si la mujer, luego de una reunión con su abogado, reafirmaría sus dichos. Finalmente lo hizo. Acosta mantuvo sus palabras y volvió a decir que fue ella quien asesinó a su novio.
«El nivel de detalles que aportó del momento del crimen permitiría pensar que efectivamente fue ella quién lo mató o al menos que estuvo en la escena. Relata hechos que sólo alguien que lo vivió podría precisarlos«, señaló uno de los investigadores.
La mujer comenzó la indagatoria contando que el hecho se produjo el lunes cerca de las 23. Contó que Escobar estaba tirado en la cama, boca abajo y que ella se acercó a recriminarle que su hijo de 13 le había contado que lo había violado: «Ahí empezamos a discutir. Me decía que yo era vieja y gorda. Siempre me decía cosas así. Entonces agarré una pesa de 10 kilos de la habitación de al lado y me subí encima de él. Le pegué en la cabeza. Unas 7 o 9 veces. Después agarré un cable blanco de un ventilador y lo ahorqué. Lo hice por qué él abusó de mi hijo de 13 y también porque yo sufría violencia».
Según fuentes judiciales, la violencia a la que se refiere la mujer no pudo ser acreditada aún. No existen denuncias realizadas y hasta el momento ningún vecino o allegado a la pareja contó haber escuchado gritos o haber visto marcas en el cuerpo de la detenida.
Lo mismo sucede con el tema de la violación, tampoco hay denuncias. Aunque para corroborar o descartar ese hecho se le tomará declaración al menor en Cámara Gesell en los próximos días.
La autopsia confirmó que Escobar murió a causa de un estrangulamiento a lazo, asfixiado por cinco vueltas de un cable blanco en su cuello que todavía estaba presente.
Los forenses también observaron 7 golpes en la cabeza con un disco. Además, en el informe se señala que las manos estaban atadas con un trapo y el cuerpo totalmente cubierto por cemento.
«Si bien el modo en que lo mató requiere de mucha fuerza. Acosta es una persona de baja estatura pero de contextura importante. Por distintas medidas que se realizaron creemos que es posible que ella haya sido la asesina como declara.
Al menos comprobamos que tiene la fuerza necesaria como para hacerlo«, cuentan desde la justicia.
Acosta sólo cambio un detalle entre las dos declaraciones. En la primera había dicho que Escobar estaba durmiendo al momento del crimen.
Sin embargo, en sede judicial dijo que en realidad estaba despierto. Esto puede obedecer a una recomendación que le haya hecho su abogado en la reunión que mantuvo antes de la indagatoria.
Hay un aspecto que llamó mucha la atención a los investigadores. Luego de contar con lujo de detalles cómo fue el asesinato, la mujer dice que no se acuerda que pasó después. No recuerda qué hizo con el cuerpo, ni como lo llevó dentro del armario ni como lo cubrió con cemento.
«Eso es llamativo. Pasa de contar con mucho detalle a tener una laguna al momento de explicar el ocultamiento del cadáver y más curioso aún es que vuelve a contar con minuciosidad lo que hizo al día siguiente del crimen», señaló una fuente judicial con acceso al expediente.
Distintos vecinos dieron su testimonio sobre los movimientos que hubo en la casa entre el lunes y el miércoles. Eduardo, que vive en la casa que está justo atrás de la que compartían Acosta y Escobar, señaló que el mismo lunes vio en la puerta un auto de alta gama y dos personas que entraron y salieron del domicilio. Un movimiento inusual que llamó mucho la atención.
La semana que viene será fundamental para la investigación. La fiscal Marcela Juan, que desde el miércoles trabaja intensamente en la causa, seguirá tomando testimoniales a personas allegadas tanto a la víctima como al victimario.
Además, en la escena se recolectaron distintos rastros que están siendo analizados en el laboratorio y en los próximos días se conocerán los resultados.
Todas estas pruebas serán importantes para develar una gran duda que tiene la investigación: si la mujer actuó sola o acompañada tanto para cometer el crimen como para esconder el cuerpo.