Rosario sangra. Seis muertos en 24 horas. Nueve en lo que va de septiembre. La saga comenzó con el testigo protegido Carlos Argüelles que ayer liquidaron de dos tiros en la cabeza, luego se sumaron Damián Rodríguez, Luis Torren (había ingresado herido la semana pasada al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez), Matías Serrano, Federico Rampello y Elías Salinas, elevando a 156 la cifra de crímenes ligados al narcotráfico en lo que va del año. En tanto, los políticos continúan sus campañas indiferentes al clamor de la ciudadanía que exige, hace tiempo, más seguridad.
Hoy, el intendente Pablo Javkin en sus redes señaló que “la mayoría de los hechos de violencia que vivimos en las últimas horas tienen como factor común una organización desde la cárcel. La inteligencia criminal dentro de los penales, en las causas que toman los fiscales, es fundamental. Estos hechos se dan en el marco de una investigación de la justicia provincial y federal. Cuiden más a Rosario. No nos dejen solos cuando más lo necesitamos”. Sin embargo, luego se hizo tiempo para viajar a la ciudad de Santa Fe y seguir de campaña.
En tanto, en la ciudad se suceden a diario balaceras a frentes de domicilios, mensajes mafiosos y apretadas a comerciantes como en los tiempos de Chico Grande, como hace un siglo en la Rosario prostibularia. La muerte del testigo protegido Argüelles, ex integrante de la banda liderada por Esteban Alvarado, y que declaró en la causa como arrepentido; recibió dos tiros en la cabeza frente a su mujer e hijos en la puerta del taller mecánico que tenía en Garay al 3500.
Según informó a la prensa la Fiscal Regional María Eugenia Iribarren, Argüelles “era consciente del riesgo que corría, había rechazado ingresar al programa provincial de protección de testigos en dos oportunidades, pero se le brindó protección del Estado en la medida en que la víctima lo permitió”. Preocupada por la situación, la funcionaria del Ministerio Público de la Acusación agregó que “el asesinato de Argüelles estuvo planeado por el propio Alvarado desde la cárcel. Rosario está en una grave situación” y convocó a una mesa de diálogo “para trabajar a largo plazo y dejar de lado las mezquindades” previo a los comicios. El jefe narco Esteban Alvarado cumple condena en el penal federal de Marcos Paz y según la fiscal Iribarren “es posible” que se haya provocado el crimen del testigo protegido desde la cárcel.
Para el diputado del Frente Social y Popular y periodista Carlos Del Frade, autor del libro Geografía Narco apuntó que el asesinato de Carlos Argüelles “pone en crisis, una vez más, las redes de seguridad democrática en la provincia de Santa Fe. No se trata de más fuerzas de seguridad, si no de cómo garantizar que construyan el servicio público de darle tranquilidad a la vida cotidiana del pueblo. Basta de creer que solamente alcanza con el control del ejecutivo sobre la policía. Tiene que haber compromiso real y efectivo de por lo menos todos los espacios políticos con representación legislativa, eliminación de los nichos de corrupción y los nidos de armas, verdadero combate al lavado de dinero y presencia multiagencial virtuosa del estado en los barrios con trabajo, educación, cultural, alegría y deportes. Argüelles estaba convencido de que lo iban a matar. Tenía razón.” Sobre el líder de la banda narco Alvarado, Del Frade señaló que “este personaje tiene cabida en los principales medios de la provincia y dice lo suyo. Más allá de lo personal el problema es la acumulación de poder económico y de fuego de estos personajes en los últimos años y el drama instalado en los barrios. La sangre derramada en estas horas en el Gran Rosario es consecuencia de la impunidad del lavado de dinero y el silencio de muchos sectores grandes de la política”.
Por su parte, el ex jugador de Newell’s y actual defensor de Argentinos Juniors Miguel Torrén, sumó a su tercer hermano muerto en hechos de violencia. Ayer falleció Luis, quien había ingresado herido de tres disparos al HECA. Le habían disparado en la puerta de su casa de Puerto Argentino al 4200, en la zona sudoeste de la ciudad. Según el relato de los vecinos, dos personas en moto se acercaron y dispararon sin más. Los otros hermanos habían muerto en 2010 y en mayo del año pasado.
Además, luego de una balacera contra una vivienda de la zona suroeste de la ciudad, un pequeño de cuatro años fue herido en ambos brazos y quedó internado en el Hospital de Niños Zona Norte. Según la policía, anoche cerca de las 23, dos hombres que se movían en una moto pasaron por la casa ubicada en Bielsa al 6000, uno de ellos se bajó y disparó varias veces contra el frente de la vivienda. Rosario sangra y los políticos en campaña miran para otro lado.