Un ex oficial de la Policía Bonaerense mató a dos uniformados de la Federal en medio de un confuso episodio registrado en las inmediaciones de una panadería de la localidad bonaerense de Isidro Casanova, donde se produjo un intercambio de disparos por motivos que aún intentan establecerse.
Los oficiales abatidos cumplían roles uno en Drogas Peligrosas, además de ser dueño de una panadería y en Custodios Especiales, siendo hasta ayer custodia presidencial, el otro. El agresor habría sido exonerado de la fuerza provincial, hoy dueño de un lubricentro, fue identificado como Marcos Fernández.
El hecho se produjo anoche en las inmediaciones de una panadería ubicada en Cristianía y Pedro Larré, de Barrio Atalaya, en el partido de La Matanza, cuando los tres efectivos habrían comenzado una discusión, que terminó en una balacera.
A causa de los disparos, los dos efectivos de la Federal fueron acribillados por su par bonaerense, que luego fue aprehendido por un oficial de la Metropolitana y se encuentra detenido, a la espera de que se le tome declaración.
Los agentes fallecidos se encontraban dentro de una camioneta Volkswagen Amarok a la salida del comercio, que sería de uno de ellos, cuando apareció el otro policía para entablar una discusión.
La Justicia investiga una causa por amenazas que involucran al detenido y al propietario de la panadería, mientras que considera que el segundo oficial no tenía relación con el agresor.
En ese sentido, la Fiscalía de Homicidios de La Matanza, a cargo de Jorge Yametti, estableció una hipótesis que apunta a que uno de los federales declaró en contra de su par bonaerense en una causa por amenazas a un vecino.
Después de perpetrarse el hecho, mientras los peritos realizaban las tareas correspondientes, se produjeron algunos incidentes entre familiares de las víctimas y vecinos de la zona, que acusaron a la fuerza de seguridad local por encubrir al agresor.
Incluso, uno de los vecinos advirtió en declaraciones televisivas que Fernández “tenía un montón de denuncias” por su carácter violento con la gente del barrio. El único testigo del hecho fue el hijo de una de las víctimas, al que los investigadores no indagaron ayer porque se encontraba en estado de shock y al que interrogarían hoy.