La diputada provincial recibió un fuerte ataque por parte de un ciudadano que, en lugar de discutir políticamente, optó por insultarla por la posición política y condición de mujer de Celeste Segovia.
A través de la red social Facebook, la legisladora escrachó al tipo, de nombre Sebastián Franco. En el posteo de la red, Segovia dijo: «esto se llama violencia de género, hoy me tocó a mi. No permitamos que esto de naturalice. Nadie tiene derecho a la ofensa ni al maltrato».
Le aviso a este sujeto que no conozco que procederé a realizar la denuncia penal correspondiente. Trabajo mucho por la cuestión de género y siempre pido que denuncien. Por eso debo dar el ejemplo. Si ese es el vocabulario en redes hacia una mujer no quiero imaginarme lo que debe ser en persona. Parece que este señor nació de un repollo», agregó.
Además, compartió imágenes de quien sería el acosador y los mensajes que el hombre le envío de forma privada.
ANTECEDENTES
El supuesto agresor, responderia al nombre de Sebastián Franco, de 35 años, fue denunciado penalmente por la Diputada en la Comisaría de la Mujer, el sábado por la tarde, en la que se aportó los mensajes recibidos desde su cuenta de Facebook, y otros elementos que podrían servir a la investigación.
Por los antecedentes colectados por la funcionaria, ella no fue la primera ni la única víctima de Franco, ya que en varias oportunidades fue denunciado por sus padres y a su hermana, a los que no sólo habría amenazado de muerte, sino que también habría sometido a golpes de puño.
Según consta en dos denuncias penales radicadas en la Comisaría Tercera de Resistencia, el 3 de agosto de 2013 fue un día de furia para Sebastián Franco. Desde la madrugada, atormentó a su padre, que entonces tenía 58 años, y a su hermana, de 33, amenazando no sólo a ellos sino a todos los integrantes de sus familias.
Don Franco, dijo a la Policía que llevaba años atemorizado por la conducta agresiva de su hijo Sebastián que, presuntamente bajo los efectos de drogas y/o alcohol, lo insultaba permanentemente y agredía físicamente, además de proferirle amenazas de muerte insistentemente.
Ese día, irrumpió en la vivienda que compartían en la calle Molina, en Resistencia, gritando y golpeando todo a su paso, insultándolo para generar una reacción. Y dijo haber intentado infructuosamente entablar un diálogo con él, pero el nivel de violencia de éste era tal que de inmediato comenzó a propinarle golpes de puño.
Por esto, el hombre, que confesó temer por su vida y la del resto de los integrantes de la familia, había pedido que la Justicia tomara las medidas pertinentes para evitar que él, que entonces tenía 32 años, regresara a la vivienda.
En la misma denuncia, el padre de Sebastián dijo tener conocimiento de que éste también había golpeado a su hermana en su propia casa, y que pudo haber ocurrido una desgracia aún mayor si no mediara la intervención de su marido. Efectivamente, incluso el mismo 3 de agosto, ella, un año mayor que él, denunció un hecho similar.
La mujer dijo que en reiteradas oportunidades había sufrido insultos, amenazas y agresiones físicas de parte de su hermano que entraba a su casa a cualquier hora, gritando, provocando alguna reacción para justificar su violencia. Y en todo momento amenazaba con matar a toda la familia.