Alberto Fernández está convencido de que una mejora de la economía para el último trimestre del año le permitirá lanzar su campaña por la reelección, pero en su entorno le aconsejan que tenga un armado político propio.
El presidente cree que para septiembre y octubre la inflación bajará a la mitad respecto de los últimos dos meses en las que no bajó de los seis puntos. Y que eso sumado a la mejora en el resto de los indicadores le dará aire para volver a anunciar su intención de reelección.
El propio Alberto insinuó la semana pasada desde Europa que buscará otro mandato pero se desdijo luego de que el peronismo hiciera un silencio espeso. Quedó otra vez en evidencia que el presidente no tiene una estructura propia, que es lo que le exige su entorno para soñar con un segundo mandato en medio del asedio del kirchnerismo.
En todos los municipios hay peronistas que odian a La Cámpora, pero Alberto no lo capitaliza», dijeron en el albertismo. Dentro de quienes le piden a Alberto que tenga un armado propio, hay figuras que ya analizan un escenario de división con Cristina Kirchner y una elección de cuartos, con Unidad Ciudadana jugando en contra del «centro» que quiere representar Alberto.
Pero también hay quienes rescatan que en los últimos días se acumularon gestos de distensión con el kirchnerismo. Primero Máximo Kirchner agradeció al presidente por «acompañar» la actualización del salario mínimo. Luego Gabriel Katopodis pidió que Cristina participe de las decisiones del presidente. Y finalmente Eduardo «Wado» de Pedro compartió un acto a los abrazos con Martín Guzmán y Gustavo Melella, el único gobernador que se prendió al clamor por la reelección de Alberto.
Dentro de quienes le piden a Alberto que tenga un armado propio, hay figuras que ya analizan un escenario de división con Cristina Kirchner y una elección de cuartos, con Unidad Ciudadana jugando en contra del centro que quiere representar Alberto.
De todos modos en el albertismo hay voces que piden mostrar los dientes y creen que pueden simular el control de la calle a través de los movimientos sociales que les garantizan la movilización de 300 mil personas como el pasado 1 de mayo. Para eso ya no pueden contar con marchas masivas de la CGT, que expresa su apoyo a Alberto a través de los medios.
«La calle la perdimos cuando nos robaron el atril», se sinceró el número uno de uno de los gremios más importantes. Gerardo Martínez, de la Uocra, prepara un acto con 20 mil personas para apoyar al presidente aunque dijo que los sindicatos se quieren movilizar para exigir un plan antiinflacionario. Un apoyo híbrido como el que recibió el Gobierno el Día del Trabajador.
En el albertismo igualmente reconocen que no son momentos de hacer actos masivos con una inflación de seis puntos porque la gente no lo va a perdonar.