PRONÓSTICO EXTENDIDO

Cristina Kirchner ante el Grupo de Puebla: «Este gobierno no es mío»

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n su tercera aparición pública del 2023, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner decidió obviar cualquier análisis de la gestión del Frente de Todos. Con reivindicaciones a los doce años de kirchnerismo, críticas a la gestión menemista y cuestionamientos al período único de Cambiemos, decidió orientar su discurso con el eje puesto en el pasado, aunque sin ofrecer todavía un horizonte posible. 

La ex mandataria se presentó este martes por la noche en el escenario del III Foro Mundial de Derechos Humanos junto a ex mandatarios «amigos», como los llamo, como un símbolo de que los tres períodos kirchneristas tienen una finalización clara: el año 2015. 

Sin menciones a la interna del Frente de Todos, la estrategia electoral e incluso alguna señalización a las políticas de Alberto Fernández, los 33 minutos que duró su discurso estuvieron enfrascados en un análisis histórico, bajo el prisma de que todo tiempo pasado fue mejor. 

Los tres momentos que operaron como anclas con el presente y tal vez con el futuro fueron las menciones a la causa Vialidad (donde fue condenada a 6 años de prisión e inhabilitación de ejercer cargos públicos en diciembre), el intento de asesinato del 1 de septiembre último y los pedidos del público que vitoreaban «Cristina presidenta«. Todo lo demás intentó poner en un contexto histórico lo que se hizo bien y por omisión, lo que no se debe en el futuro.

«Un 25 de mayo de 2003 vino a reconstruir el estado democrático constitucional. Un hombre con el 22% de los votos que venía de la tragedia de la dictadura y el modelo neoliberal. También hubo una reconstrucción de memoria, verdad y justicia», fue una de las tantas referencias al primer gobierno de Néstor Kirchner.

También refrescó que durante los tres periodos de gobierno con el sello K se pagó la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se recuperaron las AFJP e YPF, se llevaron adelante políticas sociales que todavía hoy duran y se ensamblaron satélites.

La construcción discursiva no es casual. En su anterior intervención en Río Negro, Cristina Kirchner había mostrado su descontento con la desobediencia de no alinear precios, tarifas y salarios que había pedido en diciembre del 2020.

Incluso llegó a desmontar una de las reivindicaciones más resonadas de la administración albertista: la generación de empleo. “Es cierto que hay crecimiento, que la economía está creciendo y se generan puestos de trabajo, pero son precarizados, de baja calidad y bajos salarios”, reconoció.

Esta puesta en consideración del pasado que desde su perspectiva fue virtuoso y el presente que no lo es puede operar de dos maneras: como reconocimiento de que sus gobiernos fueron aquellos y no el actual, y también como combustible para movilizar a los votantes defraudados por una inflación interanual que en febrero duplicó los números de Cambiemos. El subtexto sería: hay esperanza si repetimos la «década ganada».

Es por esos tres periodos entre 2003 y 2015 que la Vicepresidenta es, desde su análisis, acosada mediática y judicialmente: «No nos persiguen porque somos populistas, o de izquierda, de derecha, o de abajo o de arriba. Nos persiguen porque igualamos a las sociedades, por la justicia social, por el derecho de los trabajadores a participar activamente en el producto bruto de lo que producen«, dijo entre aplausos en el Centro Cultura Kirchner.

Los períodos históricos mencionados por la ex Jefa de Estado fueron al menos cinco: la dictadura militar, el menemismo, el gobierno de la Alianza (con un dardo contra Gerardo Morales, parte de aquella coalición), el kirchnerismo y el macrismo. La historia, al menos en su último discurso, pareció detenerse allí. 

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Sobre el final recordó dichos de Nicolás Dujovne (ex Ministro de Economía de Macri) sobre el «nivel de deuda bajísimo» que recibió Cambiemos y también de Horacio Rodríguez Larreta, quien manifestó que «había reservas en el Banco Central». cuando arribó el cambiemismo a la Casa Rosada. «¿Me quieren decir que hicieron que entregaron el país hecho percha?«, le cuestionó a la oposición. «¡El PBI se lo llevaron ellos con el FMI!«, exclamó girando la acusación que la coalición opositora le endilga a sus gobiernos por las causas y condenas por corrupción. 

GI/fl

Con todo, la última aparición de la figura central del oficialismo tuvo de todo: recopilación histórica, críticas a gestiones anteriores y posteriores, reivindicaciones y acusaciones de persecución. Hubo una supresión, sin embargo, manifiesta: la omisión de que el actual Gobierno la tiene como integrante.