PRONÓSTICO EXTENDIDO

El PRO retiró sus fiscales de mesa en La Matanza y deja sin fiscaización a La Libertad Avanza en medio de un escándalo

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La Matanza se convirtió en el epicentro de un conflicto interno en la alianza entre el PRO y La Libertad Avanza. El partido de Mauricio Macri retiró a sus fiscales del distrito y puso en evidencia una batalla por la territorialidad y los recursos de campaña.

La campaña para la elección nacional legislativa de este domingo 26 de octubre se mueve en La Matanza como un tablero donde cada ficha parece destinada a chocar. La Libertad Avanza (LLA), que perdió por más de 13 puntos en la elección bonaerense del pasado 7 septiembre, encara estos días de fiscalización con la presión de controlar cada mesa de votación. No se trata solo de votos: se trata de autoridad y control territorial.

Este miércoles se conoció que el PRO retiró a sus fiscales del distrito más poblado de la provincia de Buenos Aires. Una decisión que, aunque pueda parecer mínima, deja al descubierto grietas internas en el bastión del peronismo.

El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.

El conflicto surgió a raíz de una disputa entre el diputado y exministro de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología durante la presidencia de Mauricio Macri, Alejandro Finocchiaro, y Luis “Lucho” Ontiveros.

Ontiveros es un dirigente de origen peronista, cercano al armador bonaerense de LLA, Sebastián Pareja, y ocupa el tercer lugar en la lista libertaria para legisladores nacionales.

El referente de La Libertad Avanza en La Matanza, Luis
El referente de La Libertad Avanza en La Matanza, Luis «Lucho» Ontiveros

Consultado por PERFIL, un referente del PRO en La Matanza explicó: “No es que Finocchiaro haya retirado a los fiscales porque, en realidad, no se los aceptaron”. Una frase breve que abre la puerta a una versión del conflicto más amplia: poder y tensiones personales.

Desde La Libertad Avanza respondieron a PERFIL con precisión quirúrgica: “El jueves pasado hubo una reunión con todo el equipo de campaña, con los referentes del PRO y de La Libertad Avanza, y no hubo ningún problema. Un importante dirigente del PRO incluso dijo que en la elección del 7 de septiembre ‘nunca había tenido un domingo tan tranquilo’”. La calma aparente contrasta con los ruidos de pasillo que recorrían la provincia desde hacía días.

La fuente del PRO, sin embargo, volvió a la carga con una explicación logística, pero también financiera: “O sea, él (Finocchiaro) propuso 1.000 fiscales para colaborar con la elección, pero hay un quilombo grande, porque Ontiveros juntó guita de empresarios y la guita no aparece”. Cada cifra se convierte en un instrumento de presión, más que en una herramienta de coordinación.

LLA relativizó los problemas: “Acá lo que existe es un problema personal entre Finocchiaro y Ontiveros. Finocchiaro siente, y con toda la razón, que está perdiendo territorialidad en La Matanza, porque el PRO, con toda la furia, alcanzan a poner 800 o 1.000 fiscales en todo el distrito”. La lógica es simple: no es un conflicto de fiscalización, es un conflicto de poder.

Desde el PRO afirmaron que el problema se trata de los fondos de campaña y el pago a los fiscales: “Lógicamente no podés poner a disposición un montón de gente si no sabes si van a cobrar o no”.

El PRO, en su relato, enfatizó el rol de Ontiveros: “Además, en los últimos días, lo que vino pasando fue que este tipo (Ontiveros) decidió correr a la gente que Patricia Bullrich había aportado para la campaña y para la fiscalización”.

Y agregaron: “También corrió a Leila Gianni y a su gente, desestimó el ofrecimiento de Finocchiaro de los primeros 800 y después de los 1.000 fiscales para el domingo. Así que Finocchiaro dijo ‘bueno, listo, no vamos a colaborar’”. La frase cierra una teoría de la culpa que apunta a la coordinación financiera desordenada y a los intereses personales y no tanto a la estrategia electoral.

Consultado sobre si La Libertad Avanza podría fiscalizar por sí sola todo el distrito, el interlocutor del PRO advirtió: “Eso habría que preguntarle a Ontiveros. Él y toda su banda dicen que sí, pero bueno, la elección de septiembre del 7 de septiembre salió para el culo».

Y lanzó una previsión tajante: “Para nosotros va a haber de volver una catástrofe ahí”.

Desde LLA coincidieron que en la elección del 7 de septiembre fue conflictiva: “En la elección de septiembre también salieron a hacer quilombo (el PRO) y no tuvimos problemas de fiscalización en La Matanza. Ahora volverá a pasar lo mismo. En toda la provincia se buscó ordenar la fiscalización entre las dos fuerzas y no hubo ningún inconveniente. Lo de Finocchiaro es una cuestión personal con Ontiveros, claramente”.

La misma fuente libertaria agregó: “Pero te vuelvo a decir, no va a haber problemas para fiscalizar ni en ese distrito ni en ningún otro”. La tranquilidad declarativa, sin embargo, no borra la tensión detrás de escena.

El conflicto escaló a principios de esta semana con la intervención de Finocchiaro en la asignación de escuelas: “Después de la reunión del jueves pasado, hubo una reunión local en La Matanza, en la que participaron todos los dirigentes, coordinadores y referentes de los dos partidos. Salimos todos contentos. Pero el lunes Finocchiaro se puso a llamar a los fiscales de Ontiveros y eso cayó mal”. La acción de un día alteró semanas de armonía cuidadosamente construida.

La fuente libertaria admitió que “la reacción de Ontiveros fue desmedida porque, en un día, ¿a cuántas personas podés llamar? ¿Diez, veinte? Al lado de los 3.000 fiscales que tenemos, no es nada”.

El operador violeta también admitió: “Intercedí para que la situación no pase a mayores y Finocchiaro me respondió que ‘a Ontiveros lo voy a cagar a trompadas’”. Una amenaza que revela más la tensión del ego que la de la estrategia electoral.

Otro punto de conflicto fue la distribución de escuelas: “Finocchiaro quería tener más escuelas que las que se le había otorgado. Una cantidad mínima: siete escuelas, pero de Ramos Mejía. Nosotros en esa localidad tenemos una concejal electa, con lo cual no podemos decirle a esa concejal ‘correte’ y poner fiscales de Finocchiaro por un mero capricho”, relataron desde LLA.

Así y todo, desde el partido de Javier Milei aseguraron que “igualmente se le asignaron las siete escuelas que él pedía, pero en otras localidades. Corrimos gente propia para darle el gusto porque, insisto, tenemos 3.000 fiscales y nos alcanza para fiscalizar solos, pero para mantener la armonía se le cedieron las siete escuelas de más que él pedía”. La política, como siempre, es un juego de geometría y paciencia.

Sin embargo, Finocchiaro no habría quedado satisfecho: “Esto no le alcanzó porque el tema es personal. Finocchiaro me dijo que a Ontiveros ‘lo va a destruir’. Mi respuesta fue que lo haga políticamente, pero que no corresponde llevar las cosas al plano personal”, reveló a este medio el contacto libertario.

El valor económico de los fiscales que un partido coloca

El trasfondo económico tampoco es menor. La fuente de LLA contactada por PERFIL posee amplia experiencia en campañas y procesos electorales y explicó la situación de la siguiente manera: “La cantidad de fiscales que un partido pone influye en la capacidad de recaudar fondos para la campaña”.

La razón, según el dirigente libertario, es que “si vos te juntas con un empresario para pedirle guita, el empresario te pregunta ‘¿para qué es?’, entonces vos le decís ‘es para pagarle a los fiscales’. El empresario pregunta entonces cuántos fiscales tenés, y no es lo mismo responder 800 que 3.000, como tenemos nosotros”. Cada fiscal se traduce, literalmente, en recursos y poder de maniobra.

Incluso surgió un matiz simbólico y casi racial: “Finocchiaro tiene poder de fuego, por eso todos los medios ahora están hablando de esto. Pero es todo una operaciónporque el tipo piensa que Ontiveros ‘es un negro peronista’, mientras que él es un exministro y se cree rubio y de ojos celestes”, reveló de manera cruda el interlocutor liberal. La política, a veces, se mezcla con percepciones de jerarquía que no figuran en los manuales de campaña.

Pese a los cruces, LLA asegura que la fiscalización está cubierta: “Nosotros tenemos la capacidad de fiscalizar en toda La Matanza sin la necesidad del apoyo del PRO. Esto ya lo vi en el balotaje del 2023: el PRO dijo que habían puesto 20.000 fiscales, cuando en realidad pusieron, como máximo, 5.000. Se lo dije a Macri en persona. Yo no voy a salir a decir nada, pero no hagan esas cosas porque rompen la unidad”.

En La Matanza cada movimiento se observa con lupa. Los aliados de ayer pueden convertirse en rivales mañana y cada número, cada escuela y cada fiscal tienen el poder de reconfigurar alianzas. Un tablero de ajedrez.

La política en su versión más cruda.La campaña para la elección nacional legislativa de este domingo 26 de octubre se mueve en La Matanza como un tablero donde cada ficha parece destinada a chocar. La Libertad Avanza (LLA), que perdió por más de 13 puntos en la elección bonaerense del pasado 7 septiembre, encara estos días de fiscalización con la presión de controlar cada mesa de votación. No se trata solo de votos: se trata de autoridad y control territorial.

Este miércoles se conoció que el PRO retiró a sus fiscales del distrito más poblado de la provincia de Buenos Aires. Una decisión que, aunque pueda parecer mínima, deja al descubierto grietas internas en el bastión del peronismo.

El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.

El conflicto surgió a raíz de una disputa entre el diputado y exministro de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología durante la presidencia de Mauricio Macri, Alejandro Finocchiaro, y Luis “Lucho” Ontiveros.

Ontiveros es un dirigente de origen peronista, cercano al armador bonaerense de LLA, Sebastián Pareja, y ocupa el tercer lugar en la lista libertaria para legisladores nacionales.

El referente de La Libertad Avanza en La Matanza, Luis
El referente de La Libertad Avanza en La Matanza, Luis «Lucho» Ontiveros

Consultado por PERFIL, un referente del PRO en La Matanza explicó: “No es que Finocchiaro haya retirado a los fiscales porque, en realidad, no se los aceptaron”. Una frase breve que abre la puerta a una versión del conflicto más amplia: poder y tensiones personales.

Desde La Libertad Avanza respondieron a PERFIL con precisión quirúrgica: “El jueves pasado hubo una reunión con todo el equipo de campaña, con los referentes del PRO y de La Libertad Avanza, y no hubo ningún problema. Un importante dirigente del PRO incluso dijo que en la elección del 7 de septiembre ‘nunca había tenido un domingo tan tranquilo’”. La calma aparente contrasta con los ruidos de pasillo que recorrían la provincia desde hacía días.

La fuente del PRO, sin embargo, volvió a la carga con una explicación logística, pero también financiera: “O sea, él (Finocchiaro) propuso 1.000 fiscales para colaborar con la elección, pero hay un quilombo grande, porque Ontiveros juntó guita de empresarios y la guita no aparece”. Cada cifra se convierte en un instrumento de presión, más que en una herramienta de coordinación.

LLA relativizó los problemas: “Acá lo que existe es un problema personal entre Finocchiaro y Ontiveros. Finocchiaro siente, y con toda la razón, que está perdiendo territorialidad en La Matanza, porque el PRO, con toda la furia, alcanzan a poner 800 o 1.000 fiscales en todo el distrito”. La lógica es simple: no es un conflicto de fiscalización, es un conflicto de poder.

El diputado del PRO, Alejandro Finocchiaro
El diputado del PRO, Alejandro Finocchiaro

Desde el PRO afirmaron que el problema se trata de los fondos de campaña y el pago a los fiscales: “Lógicamente no podés poner a disposición un montón de gente si no sabes si van a cobrar o no”.

El PRO, en su relato, enfatizó el rol de Ontiveros: “Además, en los últimos días, lo que vino pasando fue que este tipo (Ontiveros) decidió correr a la gente que Patricia Bullrich había aportado para la campaña y para la fiscalización”.

Y agregaron: “También corrió a Leila Gianni y a su gente, desestimó el ofrecimiento de Finocchiaro de los primeros 800 y después de los 1.000 fiscales para el domingo. Así que Finocchiaro dijo ‘bueno, listo, no vamos a colaborar’”. La frase cierra una teoría de la culpa que apunta a la coordinación financiera desordenada y a los intereses personales y no tanto a la estrategia electoral.

Consultado sobre si La Libertad Avanza podría fiscalizar por sí sola todo el distrito, el interlocutor del PRO advirtió: “Eso habría que preguntarle a Ontiveros. Él y toda su banda dicen que sí, pero bueno, la elección de septiembre del 7 de septiembre salió para el culo».

Y lanzó una previsión tajante: “Para nosotros va a haber de volver una catástrofe ahí”.

Desde LLA coincidieron que en la elección del 7 de septiembre fue conflictiva: “En la elección de septiembre también salieron a hacer quilombo (el PRO) y no tuvimos problemas de fiscalización en La Matanza. Ahora volverá a pasar lo mismo. En toda la provincia se buscó ordenar la fiscalización entre las dos fuerzas y no hubo ningún inconveniente. Lo de Finocchiaro es una cuestión personal con Ontiveros, claramente”.

La misma fuente libertaria agregó: “Pero te vuelvo a decir, no va a haber problemas para fiscalizar ni en ese distrito ni en ningún otro”. La tranquilidad declarativa, sin embargo, no borra la tensión detrás de escena.

El conflicto escaló a principios de esta semana con la intervención de Finocchiaro en la asignación de escuelas: “Después de la reunión del jueves pasado, hubo una reunión local en La Matanza, en la que participaron todos los dirigentes, coordinadores y referentes de los dos partidos. Salimos todos contentos. Pero el lunes Finocchiaro se puso a llamar a los fiscales de Ontiveros y eso cayó mal”. La acción de un día alteró semanas de armonía cuidadosamente construida.

La fuente libertaria admitió que “la reacción de Ontiveros fue desmedida porque, en un día, ¿a cuántas personas podés llamar? ¿Diez, veinte? Al lado de los 3.000 fiscales que tenemos, no es nada”.

El operador violeta también admitió: “Intercedí para que la situación no pase a mayores y Finocchiaro me respondió que ‘a Ontiveros lo voy a cagar a trompadas’”. Una amenaza que revela más la tensión del ego que la de la estrategia electoral.

Otro punto de conflicto fue la distribución de escuelas: “Finocchiaro quería tener más escuelas que las que se le había otorgado. Una cantidad mínima: siete escuelas, pero de Ramos Mejía. Nosotros en esa localidad tenemos una concejal electa, con lo cual no podemos decirle a esa concejal ‘correte’ y poner fiscales de Finocchiaro por un mero capricho”, relataron desde LLA.

Así y todo, desde el partido de Javier Milei aseguraron que “igualmente se le asignaron las siete escuelas que él pedía, pero en otras localidades. Corrimos gente propia para darle el gusto porque, insisto, tenemos 3.000 fiscales y nos alcanza para fiscalizar solos, pero para mantener la armonía se le cedieron las siete escuelas de más que él pedía”. La política, como siempre, es un juego de geometría y paciencia.

Sin embargo, Finocchiaro no habría quedado satisfecho: “Esto no le alcanzó porque el tema es personal. Finocchiaro me dijo que a Ontiveros ‘lo va a destruir’. Mi respuesta fue que lo haga políticamente, pero que no corresponde llevar las cosas al plano personal”, reveló a este medio el contacto libertario.

El valor económico de los fiscales que un partido coloca

El trasfondo económico tampoco es menor. La fuente de LLA contactada por PERFIL posee amplia experiencia en campañas y procesos electorales y explicó la situación de la siguiente manera: “La cantidad de fiscales que un partido pone influye en la capacidad de recaudar fondos para la campaña”.

La razón, según el dirigente libertario, es que “si vos te juntas con un empresario para pedirle guita, el empresario te pregunta ‘¿para qué es?’, entonces vos le decís ‘es para pagarle a los fiscales’. El empresario pregunta entonces cuántos fiscales tenés, y no es lo mismo responder 800 que 3.000, como tenemos nosotros”. Cada fiscal se traduce, literalmente, en recursos y poder de maniobra.

Incluso surgió un matiz simbólico y casi racial: “Finocchiaro tiene poder de fuego, por eso todos los medios ahora están hablando de esto. Pero es todo una operaciónporque el tipo piensa que Ontiveros ‘es un negro peronista’, mientras que él es un exministro y se cree rubio y de ojos celestes”, reveló de manera cruda el interlocutor liberal. La política, a veces, se mezcla con percepciones de jerarquía que no figuran en los manuales de campaña.

Pese a los cruces, LLA asegura que la fiscalización está cubierta: “Nosotros tenemos la capacidad de fiscalizar en toda La Matanza sin la necesidad del apoyo del PRO. Esto ya lo vi en el balotaje del 2023: el PRO dijo que habían puesto 20.000 fiscales, cuando en realidad pusieron, como máximo, 5.000. Se lo dije a Macri en persona. Yo no voy a salir a decir nada, pero no hagan esas cosas porque rompen la unidad”.

En La Matanza cada movimiento se observa con lupa. Los aliados de ayer pueden convertirse en rivales mañana y cada número, cada escuela y cada fiscal tienen el poder de reconfigurar alianzas. Un tablero de ajedrez. La política en su versión más cruda.

Fuente. (Perfil.com)