El «Bolsonaro argentino» canceló su campaña nacional. Las encuestas le daban dos puntos, la mitad que cuando se lanzó.
El extravagante Alfredo Olmedo abandonó la candidatura presidencial con la que soñaba convertirse en el «Bolsonaro argentino» y anunció que competirá en la interna de Cambiemos para gobernador de Salta, a pesar de las críticas que venía sosteniendo contra el oficialismo.
Tras pasar buena parte del verano de campaña en Mar del Plata y de recorrida por los medios porteños, el salteño bajó el perfil en las últimas semanas y finalmente este viernes anunció que no irá por la presidencia. Lo hizo tras reunirse con el intendente de la Ciudad de Salta, Gustavo Sáenz, con quien irá a una interna para elegir al candidato a gobernador. En 2015 ya habían ido juntos.
«Asumimos el compromiso de seguir trabajando por los salteños, en el lugar que ustedes decidan que estemos. Construiremos JUNTOS el futuro de Salta», señaló por las redes sociales Sáenz, que viene de quedar involucrado en el escándalo de extorsión del fiscal Carlos Stornelli.
Sáenz y Olmedo integrarán un espacio que también comprende a Cambiemos, a pesar de que el hombre de la campera amarilla venía cuestionando fuerte al gobierno durante su campaña amarilla.
De hecho, Olmedo se refería sarcásticamente al oficialismo como «Continuemos» y confiaba en desplazarlo del ballotage para enfrentar a Cristina Kirchner.
Olmedo declinó su candidatura pese a que hasta hace un mes le aseguraba a los periodistas que sus encuestas le daban 13 puntos y era el tercero detrás de Macri y Cristina. Pero la realidad estaba lejos de ser esa.
Un sondeo en las últimas horas le daba una intención de voto de 2 por ciento, la mita de lo que medía cuando se lanzó.
La campaña del «Bolsonaro argentino» venía de un traspié tras otro. En enero, apenas unos días después de anunciarlo como su candidato a vice, el ex jefe de la Side Juan Bautista «Tata» Yofre anunció que no lo acompañaría.
Trascendió que el Tata no venía futuro en la campaña sobre todo por la falta de apoyo económico.
Tras eso, Olmedo había amagado con armar una fórmula con la defensora del terrorismo de Estado Cecilia Pando.
«Los dos defendemos la vida y rechazamos la política contra los militares, vamos a volver a tener un Estado de derecho en donde se aplique la ley de igual forma para todos», se entusiasmó la procesista. Pero tampoco esa opción funcionó.
Con su discurso «pro vida», Olmedo buscaba conseguir apoyo político y sobre todo económico de los sectores evangélicos que el año pasado tuvieron fuerte protagonismo durante la discusión por la Interrupción Voluntaria del Embarazo, cuando demostraron una poderosa capacidad política y de movilización. Pero el apoyo nunca se concretó y Olmedo vuelve a Salta.
Pero el apoyo nunca se concretó y Olmedo vuelve a Salta.