“Funcionarios y funcionarias que no funcionan” será una de las frases de la vicepresidenta Cristina Kirchner que trascenderán la gestión de Alberto Fernández.

Sin embargo, no es la primera vez que el propio gobierno pone en la mira a los ministros que llevan diez meses en el poder, de los cuales siete meses fueron de pandemia. En medio del debate y de un pedido para acelerar la administración, el Presidente monitoreará la gestión de manera online a través de un “mapa de control”.

La creación de nuevos ministerios, la incorporación de funcionarios con poca experiencia en la gestión y, sobre todo, la llegada del coronavirus en marzo y la emergencia sanitaria hizo que algunos ministerios luzcan ralentizados durante los primeros meses de gobierno de Fernández.

Las declaraciones de Cristina sobre el gabinete son compartidas por el propio presidente y hasta el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, debió pedir más acción semana atrás.

El jefe de Estado insiste con que no habrá cambios en su gobierno (ponen a la aparición de la vacuna como un punto de inflexión para hacer modificaciones e iniciar una nueva etapa) y hace un seguimiento a diario de sus funcionarios.

Cafiero tiene sobre su escritorio un “mapa interno de gestión”. En planillas de Excel figura, entre otras cosas, cuánta plata se le entregó a cada provincia en cada uno de los programas ministeriales. Pero esos papeles con los que el jefe de Gabinete llegaba a diario a la Quinta de Olivos cuando el Presidente mantenía su agenda allí y con las que ahora abre la puerta del despacho presidencial en la Casa Rosada, se volcaron en un mapa de control estatal con el que se monitorearán la gestión y la asignación de recursos del Estado en todo el país.

A partir de esta semana, Fernández y Cafiero podrán controlar en tiempo real y desde el celular cada detalle de la gestión a través de un tablero de mando.

“El Ministerio de Transporte puede estipular en la plataforma la cantidad de kilómetros que construirá en el año en el marco de las obras ferroviarias e ir midiendo tanto los avances físicos como presupuestarios”, explicaron desde el Gobierno nacional.

En el Mapa de Acción Estatal a cargo de la Jefatura de Gabinete ya se ingresaron 23 jurisdicciones, 350 acciones estatales, 328 obras que se distribuyen en toda la Argentina y 154 usuarios que contribuyen a la carga y a generar información de la gestión de manera unificada.

Control. Cafiero y Fernández podrán hacer el chequeo en el celular.
Control. Cafiero y Fernández podrán hacer el chequeo en el celular.
Durante la gestión de Mauricio Macri, se había creado un sistema de semáforo para evaluar a sus funcionarios con los colores rojo, amarillo y verde.

Esta vez, se decidió utilizar un software propio para crear el mapa que también pueda ser utilizado a futuro por otras gestiones. Antes de iniciar su desarrollo, se pidió un presupuesto a empresas tercerizadas y el costo era de $ 3 millones, monto que finalmente no se desembolsó ya que se terminó realizando desde el propio gobierno.

En el caso del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat este tablero de control contendrá, entre otras cosas, la cantidad de viviendas que planifica construir y la cantidad de créditos Procrear. Desde la plataforma se puede monitorear su avance real, distribución federal y ejecución en tiempo real.

La cartera a cargo de María Eugenia Bielsa es la que más críticas recibió por su baja ejecución presupuestaria que al 28 de octubre llega al 54,3%. En su totalidad el Gobierno lleva el 72,63% ejecutado.

Fernández quiere hacer de la entrega de viviendas una bandera de su gestión, ya que hay diez mil viviendas del plan Procrear comenzadas a construir en la gestión de Cristina Kirchner que quedaron paralizadas y sin entregarse durante el gobierno de Macri.

Meses atrás, Bielsa recibió el ultimátum para acelerar la finalización de la obra y entrega de casas. La excusa de tratarse de un ministerio recién creado ya no funciona.

De todos modos, la ejecución presupuestaria no es el eje central en el que se detiene el Gobierno para evaluar a sus ministros. El Ministerio de Trabajo comandado por Claudio Moroni tiene el 81% de ejecución y, de todos modos, suele estar en la mira.

Además de los gastos, es la coordinación interministerial, implementación de nuevos programas y atención de urgencias lo que miran Fernández y Cafiero para ajustar una gestión que necesita dar cada vez más respuestas.

“La formalidad de la gestión se valora cotidianamente en las reuniones de gabinete temático, se valora mucho la gestión coordinada de los ministros para implementar medidas de gestión conjuntas”, detalla un funcionario. Pone como ejemplo la organización de la AFIP con el ministerio de Desarrollo Productivo y el Banco Central para implementar el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y la Asignación de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP).

“Salud, Desarrollo Productivo, Ciencia y la banca pública lograron reconvertir sectores para abastecer la demanda de respiradores, camisolines y otros elementos con gestión cruzada y financiamiento”, agrega.

También hacen una evaluación positiva del accionar del Ministerio de Justicia (posee el 41,8% de ejecución). Más allá de la discusión pública por la reforma judicial que sobresale, reconoce la gestión de “Justicia y Salud controlaron el drama en las cárceles en el pico de la pandemia”. La Dirección Nacional del Servicio Penitenciario gastó el 77,9% de lo presupuestado.

Si hoy Fernández debe hacer un ranking de funcionarios, en el podio aparece alguien que no tiene el cargo de ministro. Se trata de la Secretaría de Acceso a la Salud, Carla Vizotti. Pero más allá de los cuestionamientos internos del Gabinete, desde el entorno de Cafiero valoran que “en pandemia este gabinete cumplió con mandar proyecto de ley de presupuesto 2021 en tiempo y forma siendo el primer presupuesto generado en forma remota”.