PRONÓSTICO EXTENDIDO

El Congreso le puso freno a Milei: Termina cediendo y no se tocarán retenciones, jubilaciones y el paquete fiscal del Proyecto omnibus

Compartir en mis redes:

Javier Milei resignó el corazón de la ley ómnibus. Entre el escándalo por el dictamen blue y sus propias limitaciones, encargó al ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo, que anuncie que se retira el paquete fiscal del proyecto, cuando ya no había chances de que incluso los opositores amigables lo acompañen con su voto en la Cámara de Diputados.

El bloque de Miguel Pichetto se había retirado de las negociaciones por las torpezas y las desprolijidades del oficialismo, mientras que en la UCR se contaban por 14 sobre 34 los diputados que no estaban dispuestos a votar por la afirmativa el despacho de mayoría sobre el que pidieron 170 modificaciones.

Si a eso se sumaba que hasta el PRO se negaba a darle apoyo en el recinto a la aplicación de retenciones, la aritmética ponía el primer expediente parlamentario del Presidente al borde del abismo. «Están 30 o 40 votos abajo para los artículos importantes, siendo optimistas»,indico un diputado macrista.

Con 41 legisladores propios, La Libertad Avanza debía sumar a los 37 del PRO, los 23 de Pichetto y los 34 de la UCR para llegar a la sesión con una holgura mínima. Sin embargo, siempre estuvo lejos de esos 135 diputados encolumnados y se precisan 129 para el quórum.

Para colmo, las incursiones tuiteras de Milei, sus declaraciones a la prensa o las filtraciones que lo irritan no hacían más que dinamitar las relaciones con los gobernadores y las bancadas legislativas que necesitaba para conseguir la media sanción de su iniciativa.

La cuenta era mucho más difícil en el Senado, donde el peronismo tiene 33 senadores y puede llegar a la mayoría de 37 con relativa facilidad frente a un proyecto que afecte intereses de los gobernadores.

Tampoco pasó desapercibido para la Casa Rosada que el riesgo que se corría, si agudizaba la confrontación y porfiaba con la idea de llevar el proyecto al recinto tal como venía, no solo era que le voltearan la suba de retenciones o la fórmula jubilatoria sino que se introdujera como modificación en recinto la coparticipación del impuesto PAIS, como dejó trascender el gobernador Martín Llaryora.

Las declaraciones de Pichetto advirtiendo que no se podía «gobernar así por cuatro años», luego de aconcejarle al Presidente que diseñe una «coalición de gobierno», también tallaron.

Un diputado PRO suscribió pero «con disidencias»: «Mauricio (Macri) era barato en diciembre, pero ahora le va a costar caro a Milei porque, encima, el otro es rencoroso», graficó.

Como sea, es una incógnita la magnitud del impacto de la derrota que significa para los libertarios haber desistido del paquete fiscal, después de una sucesión de tropiezos durante la negociación con la oposición. Se verá si el primer mandatario efectivamente revisa su decisión de haberle cedido la conducción del cuerpo a Martín Menem y coloca a un referente afín al gobierno, al mismo tiempo que desplaza a Oscar Zago de la jefatura del bloque, o no. Ante las consultas de este portal, en los pasillos del Congreso respondieron que existe una división interna en La Libertad Avanza: de un lado los «libertarios puros» y del otro lado los que se sumaron a la aventura de Milei pero con la piel curtida en otros partidos, como el Demócrata Progresista, el PRO o alguna vertiente del radicalismo. Por el momento no llegó la sangre al río, pero se escuchan rumores sobre planteos acerca de la forma de manejar la construcción parlamentaria del bloque, el reparto de las comisiones y el debate interno.

Bajo ese candor oficialista, se fueron apilando las condiciones para este fracaso inaugural del mandato de Milei. Otro legislador experimentado señalaba hoy que «las mayorías se trabajan y las negociaciones se planifican».

En ese sentido, imputaba responsabilidad tanto a Menem como al ministro del Interior, Guillermo Francos, por ser uno de los participantes de un elenco que apareció en escena sin conseguir resultados. «Vos tenés que tener una lista con el nombre de los diputados que votan a favor y los que están en contra e ir a buscar a los que votan en contra para preguntar por qué, ver qué pasa, qué piden y trabajarlos», decía con elegancia, y agregaba: «cuando vas a negociar, tenés que tener punteado qué cedés, qué pedís, cuánto apretás, cuánto aflojás y hasta dónde vas».

El experimento libertario fue, con este proyecto, improvisado. Primero, los emisarios del Poder Ejecutivo tomaban nota pero no podían garantizar el cumplimiento de las demandas porque no tenían espalda. Luego, Milei envió al asesor Santiago Caputo y un junior de Federico Sturzenegger, el ideólogo sin cargo, para el mismo paso de comedia pero con un dejo de soberbia de parte de los interlocutores empoderados. Finalmente, terminaron proponiendo como escenario de las deliberaciones un departamento en Recoleta con Sturzenegger para modificar un dictamen que, según el testimonio de diputados opositores, se había firmado en blanco.

Fuente. (LPO)

Por esa razón, desde el macrismo reclamaban esta noche que, de ahora en más, por lo menos «unifiquen personería», en relación a qué actores se designan para el diálogo con la oposición. Hasta acá, la cadena de acontecimientos no solo enfureció a los aliados que habían prestado su colaboración, con distinto énfasis pero efectividades conducentes, desde el radicalismo hasta el PRO. Lo peor de ese trayecto tortuoso para un trámite parlamentario que se pretendía refundacional fue que se desgastaron los negociadores, según comentaron a este medio en diferentes oficinas del Congreso.

Al cierre de esta nota, en ninguna bancada se animaban a decir cómo seguiría la historia de la ley ómnibus. De todas formas, la diputada Pamela Verasay tuiteó que «el anuncio del ministro @TotoCaputoAR es una buena señal ante los planteos de los gobernadores de JxC. El ajuste no podía pasar ni por los jubilados, ni por el sector productivo ni de las provincias».

En la misma red social, su par Julia Strada, miembro de Unión por la Patria, alertaba que a pesar de «la derrota», seguían en pie «cuatro cuestiones peligrosas».

Al respecto, enumeró las facultades delegasas en 9 materias, la privatización de 40 empresas, la liquidación de los activos de los jubilados y «el libre juego para negociar deuda sin pauta».