Paradójica postura tomó la diputada nacional de Cambiemos Graciela Ocaña al cuestionar las movilizaciones en apoyo a la vicepresidenta, Cristina Kirchner, al apuntar contra supuestos «empleados públicos» entre los manifestantes.
Solo basta repasar la carrera política de «La Hormiguita» -disponible en Wikipedia para quien quiera hacerlo de primera mano- para observar que lleva más de dos décadas viviendo del Estado.
«Quisiera saber cuántos de todos los que están ahí son empleados públicos en cualquier de los organismos que La Cámpora maneja«, lanzó la hoy legisladora de Juntos por el Cambio al criticar a las multitudes que se apostaron a lo largo de toda la semana en la esquina de Juncal y Uruguay, frente al departamento del barrio porteño de Recoleta donde vive la titular del Senado.
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Ocaña criticó las movilizaciones por Cristina Kirchner: «Quiero saber cuántos son empleados públicos»
Aunque hoy camine por la vereda opuesta, Ocaña ingresó a la política con el peronismo. Una de sus primeras «huidas» fue abandonar el menemismo.
Unida al Frente Grande, cuyo referente era «Chacho» Álvarez, fue electa diputada en 1999. Desde entonces, como legisladora o funcionaria, siempre se garantizó su sustento con dinero del Estado.
Por el año 2002 pegó un nuevo salto tras la debacle de la Alianza, de la que formó parte, hacia el ARI de Elisa Carrió. Nuevamente fue electa diputada nacional.
Pero para 2004 dio un nuevo giro y se integró al gobierno de Néstor Kirchner al frente del PAMI. Años después fue denunciada por su sucesor por administración fraudulenta. También por cobrar vacaciones no gozadas pese a que ya había dejado el cargo.
Su historia dentro del kirchnerismo tuvo un último capítulo cuando ocupó el Ministerio de Salud durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, a quien ahora denosta. Estuvo cerca de 2 años en el cargo hasta que renunció en 2009, en medio de la pandemia de gripe H1N1.
Ocaña fue nuevamente imputada, esta vez por enriquecimiento ilícito, lavado de dinero, y por presentar pruebas falsas en una causa que impulsó contra el dirigente Mariano Recalde.
En 2011 fue otra vez elegida como diputada. Desde entonces y hasta, y como lo hacía anteriormente, cobra sus ingresos del Estado dado que fue otras veces electa en el Congreso Nacional o la Legislatura porteña. La única diferencia es que desde entonces no lo hace dentro del peronismo, sino desde la vereda contraria, y la mayor parte de esos años cerca de Elisa Carrió y Juntos por el Cambio.