La última aventura electoral de Luis Barrionuevo en Catamarca terminó en un escándalo, con quema de urnas incluidas. Cuando todos creían que no había manera de regresar de semejante papelón, el gastronómico no se resigna y vuelve a la carga.

Ahora «Bandeja» se cuelga de la figura del exministro de Economía, Roberto Lavagna, para un nuevo intento.

De hecho la capital provincial amaneció colmada de afiches con las caras de ambos y una leyenda breve: «EL SABE, EL PUEDE!!!» (sic).

Ya sin la promesa de dejar de robar dos años, que lo catapultó al estrellato mediático por largo tiempo, el líder gastronómico intenta capitalizar el hecho de ser el principal armador gremial del economista para competir por la gobernación catamarqueña.

Mientras lo vende en la interna de la CGT, mandó a sus aliados a armar mesas político sindicales «Lavagna Presidente 2019» con el peculiar logo de las zandalias con medias.

De hecho dará el puntapié inicial a su «pata porteña» con un cónclave en la sede de la Federación de Químicos, Festoqypra, de uno de sus alfiles, Rubén Salas.

Hasta ahora no consiguió el apoyo explícito de ningún pope cegetista, aunque son varios los que miran con entusiasmo la chance de una postulación del exministro, que ya se mueve como candidato.

Una de las principales reticencias en el arco gremial es que Lavagna insiste en no ir a las PASO por temor a una derrota tempranera. Son muchos los que creen que con miedo de superar unas primarias es imposible que tenga el coraje suficiente para ser presidente.