José Manuel de la Sota falleció en un accidente automovilístico este sábado por la noche cuando se trasladaba hacia su casa en Río Cuarto y el auto en el que circulaba chocó contra un camión.
El accidente se produjo en la ruta 36, a la altura de Alto Fierro, que une a capital cordobesa con Río Cuarto. La noticia fue confirmada por el intendente de Alta Gracia, Facundo Torres. Apenas conocido el accidente su amigo, el gobernador Juan Schiaretti se dirigió al lugar.
De la Sota falleció de inmediato. Tenía 68 años muy bien llevados y pese a su edad, se lo seguía viendo como una de las figuras de pensamiento más de avanzada del peronismo.
Jovial y muy inteligente, jugaba por estos días con la idea de disputar una candidatura presidencial, con la idea de asumir un solo mandato y ser el presidente de «transición» que el país viene necesitando para ordenar su economía y el traumatizado sistema político.
Luego de dos intentos fallidos, De la Sota finalmente ganó la gobernación de Córdoba en 1998, terminando con años de hegemonía radical. Inició así uno de los ciclos políticos más exitosos de la Argentina, turnándose en el poder con su alter ego, el hoy gobernador Schiaretti, por casi 20 años. Se recelaban, competían y querían, formando una de las sociedades políticas más formidables que se recuerden. De la Sota era el creativo, el político nato y Schiaretti el hombre de la gestión.
Hombre de consensos, De la Sota era un entusiasta de los Pactos de la Moncloa, que creía debían aplicarse de alguna manera en la Argentina. Amigo íntimo de Felipe González y de viajes frecuentes a España, en estos últimos meses había retomado el diálogo con Cristina Kirchner, con quien estuvo enfrentado en buena parte de sus dos mandatos.
Luego de un largo matrimonio con la brava sanjuanina y dirigente peronista Olga Riutort, en los últimos años De la Sota rehizo su vida personal junto a Adriana Nazario, ex ministra de la Producción y con quien se mudó a Río Cuarto. La tragedia personal lo golpeó fuerte en 1987, cuando murió su hija Agustina de cinco años, ahogada en la pileta de su casa. Era la menor de sus tres hijas, Natalia y Candelaria.
Fue un actor central en la historia del peronismo desde la recuperación democrática. Tres veces gobernador, senador nacional y embajador de Brasil, su «patria chica», De la Sota estuvo muy cerca de ser el candidato de Eduardo Duhalde en 2003, pero sobre el final el entonces presidente prefirió a Néstor Kirchner. Desde entonces quedó en el peronismo la nostalgia de qué había sido del país si De la Sota hubiese sido el elegido.
En el 2015 selló una alianza con Sergio Massa y compitieron en unas primarias por la candidatura presidencial que terminó ganando el tigrense. Nunca dejaron de hablarse y mantenían una sólida amistad.
Protagonista de la renovación peronista junto a Antonio Cafiero y Carlos Grosso, luego supo plegarse al ciclo que condujo Carlos Menem, quien lo nombró embajador en Brasil.
Como era de esperar su repentino fallecimiento conmovió a todo el espectro político.