Los datos de la Organización Mundial de la Salud revelaron que un gran porcentaje padece algún desorden del sueño.
Según la Organización Mundial de la Salud, la falta de sueño representa uno de los problemas más habituales en las personas. y es que el 40% de la población duerme mal. ¿Qué significa eso? ¿En que nos afecta?
Dormir menos horas de lo recomendado impacta de manera directa en el cuerpo y conlleva trastornos fisiológicos y psíquicos, como el estrés o la ansiedad, además de impactar de manera negativa al día siguiente.
Los trastornos del sueño son cambios en el modo de dormir. Estos pueden afectar el estado de salud general, la seguridad y la calidad de vida de las personas. La falta de sueño, además, puede afectar la capacidad para conducir de manera segura y aumentar el riesgo de padecer otros problemas de salud.
“En la actualidad se calcula que el 40 por ciento de la población mundial duerme mal. Si bien esto no quiere decir que todos tengan un trastorno severo del sueño, sí tienen alguno de sus ingredientes. A modo de ejemplo, un trastorno puede ser no poder dormir de entrada o bien despertarse en la mitad del sueño y no poder volver a dormir”, explica Stela Estelles, médica neuróloga.
«A medida que pasan los años el sueño cambia, va disminuyendo, se hace superficial. En los niños el insomnio está dado en gran parte por el uso de la tecnología y hay otros que en su ADN ya tienen ciertas características de fragilidad del sueño. En este último caso, lo que debemos hacer es enseñarle a los niños a dormir”, agregó.
Lo que no hay que hacer
- Si la persona se despierta en la madrugada es recomendable no ingerir alimentos porque el organismo es muy primitivo y se acostumbra a comer siempre en el mismo horario
- Evitar las pantallas cuando se despiertan en el momento es importante porque de acuerdo al profesional, la persona va a inhibir el pico de melatonina porque el organismo va a pensar que es de día.
- Evitar comidas abundantes antes de ir a dormir.
- Establecer y respetar una rutina de sueño de modo a que el organismo se acostumbre a una rutina y a la higiene del sueño.
- Acudir a un profesional si conciliar o mantener el sueño se vuelve algo común.