PRONÓSTICO EXTENDIDO

El post-macrismo | Cornejo y Morales empiezan a disputarse la conducción nacional de la UCR

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Alfredo Cornejo y Gerardo Morales saben que sea cual sea la suerte de Mauricio Macri el domingo, al día siguiente iniciaran una guerra fría para definir quién presidirá el Comité nacional de la Unión Cívica Radical los próximos dos años.



El gobernador de Mendoza tiene mandato hasta diciembre y aspira a reelegir, envalentonado por la aplastante victoria de su sucesor Rodolfo Suárez, la mejor elección radical del año. 

Morales fue reelecto en Jujuy con menos holgura, pero está dispuesto a volver a conducir el partido si los delegados del Comité se lo piden y, sobre todo, si lo cree necesario para su futuro.

Es que el escenario político que empiece la semana próxima será clave en esa pelea, porque además de confirmar la victoria de Alberto Fernández, vaticinada en todas las encuestas, Morales y Cornejo están ansiosos por conocer en ese caso que tan belicoso será con la oposición. 

Si vislumbran años complicados, evaluarán si es conveniente exponer a gobernadores de la UCR (el otro es el correntino Gustavo Valdés) en peleas contra la Casa Rosada que puedan repercutir en el reparto de fondos a sus provincias, siempre con un margen de discrecionalidad por el Gobierno de turno. Morales, además, espera una reacción del kirchnerismo por su enfrentamiento con la encarcelada Milagro Sala. 



Cornejo, que la semana próxima viajará con Suárez a China a promocionar turismo en su provincia, también aspira a presidir en diciembre el bloque de Diputados de Juntos por el Cambio, o como se llame. Si vuelve el peronismo a la Rosada, su intención es sostener una oposición unida, con el PRO, la Coalición Cívica y los partidos provinciales que no comulguen con Alberto.

Cornejo además quiere presidir el bloque de diputados de la UCR pero Mario Negri cuenta los votos para retener la conducción. Morales promueve la continuidad de Naidenoff en el Senado. 

Con los resultados de las primarias, partiría de un piso de 110 bancas, el 40% del recinto; y una situación similar habría en el Senado, donde orillarían los 30 votos.

El peronismo podría alcanzar una mayoría propia con un puñado menor de aliados, pero si el resto de los recintos se mantienen unidos no podría descuidarse. 

El cordobés Mario Negri sigue con intenciones de presidir Cambiemos en la Cámara baja y trabaja para lograrlo. Viaja a las provincias a convencer a quienes serán sus nuevos compañeros y está dispuesto a batirse en una votación con Cornejo si insiste en sustituirlo.  

El mendocino confía en darle pelea con un piso de votos aportado por los mendocinos, los cordobeses que resisten a Negri y los porteños cercanos a su socio Enrique «Coti» Nosiglia. Lo que falta lo buscaría con rosca pura en la última quincena de noviembre, cuando haya regresado de China. 

Pero en su entorno aclaran que evitarán que la sangre llegue al río. «Primero hay que definir una estrategia del partido y luego los cargos del Comité y el Congreso», enumeran.

En el Senado, Morales promueve la continuidad de Luis Naidenoff como jefe y Cornejo intentará retener en una vicepresidencia a Pamela Verasay. No hay muchas más figuras pidiendo pista. 

Otro botín serán los representantes del Consejo de la Magistratura y de los organismos de control, que el PRO podrá pelearle porque si no gana el domingo tendrá el partido político de la oposición con mayor presencia legislativa. Hasta podría pedir la presidencia de los interbloques y cerrar los debates parlamentarios. 

La rosca amarilla es más lenta pero llega y si Macri abandona la quinta de Olivos intervendrá a través de Marcos Peña.

Las plazas del «SíSepuede», justamente, fueron pensadas por el jefe de Gabinete para marcarle la cancha a María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta en la interna que se vendría si el domingo no hay una sorpresa y, junto a los radicales, vuelve a discutir cómo ser oposición en Argentina. Tarea nada sencilla.