Apple Inc. no tendrá un puesto gigante en la gran feria CES en Las Vegas, pero sin duda su reciente advertencia sobre las ventas –y el país al que culpó– dará mucho que hablar en la feria.

Habitualmente, Apple opaca la CES debido a la expectativa que genera el siguiente producto del fabricante del iPhone, a los competidores que se apresuran a llegar antes al mercado y a centenares de fabricantes de accesorios que buscan ganar dinero en su plataforma.

Este año, el menor pronóstico de ingresos de Apple y la cuestión de si el debilitamiento de la economía china afectará a otras grandes compañías de electrónica competirán por la atención de los asistentes. La feria de electrónica de consumo es famosa en parte por vivir fuera de la realidad.

Es un lugar donde las compañías muestran primeros prototipos que tal vez nunca se conviertan en productos comerciales. Si bien algunos asisten al CES para ver grandes avances como la Xbox original en 2001, el teléfono Palm Pre en 2009 y los televisores 3D y 4K en años más recientes, las verdaderas noticias surgen de reuniones entre grandes compañías y proveedores de la siguiente gran novedad.

Muchos proveedores clave tienen sede en China y este año podría costarles más asegurarse contratos conforme crecen las tensiones comerciales y las compañías en EE.UU. buscan evitar los aranceles que impuso el Gobierno del presidente Donald Trump o hacer negocios con socios considerados una amenaza para la seguridad nacional.

“La salud de las economía china y estadounidense afectará la feria”, dijo Gary Shapiro, presidente y máximo responsable de la Asociación de Tecnología de Consumo (CTA, por sus sigla en inglés), que organiza la CES. De todos modos, dijo, “habrá conversaciones a puertas cerradas con compañías chinas sobre la relación entre compradores y vendedores”. La CTA ha organizado un panel dedicado a los aranceles y en la feria habrá un puesto para que los asistentes estadounidenses contacten al Representante Comercial de EE.UU. y a la Casa Blanca y expliquen cómo los aranceles han afectado su actividad.

El miércoles, Apple redujo su estimación de ingresos por primera vez en casi 20 años, lo que justificó con el debilitamiento de la demanda en China como consecuencia de la desaceleración de la economía del país y las crecientes tensiones comerciales con EE.UU.

Una pregunta importante es en qué medida los problemas de Apple pueden atribuirse a la economía de China o a la preferencia de los consumidores chinos por marcas locales.

La caída de la demanda de iPhones obedece al menos en parte a su elevado precio y al surgimiento de dispositivos rivales comparables y más baratos en el mercado más grande del mundo.

El iPhone XS Max, el actual aparato más caro de la línea iPhone, parte de los 9.599 yuanes (US$1.400) en China. Los principales modelos de Huawei Technologies Co. y Oppo cuestan entre 4.000 y 5.000 yuanes, alrededor de la mitad de un iPhone.

“Va a ser un problema enorme soslayado en el CES”, dijo Daniel Ives, un analista de Wedbush Securities.

“Han sido días sombríos para Apple y la industria tecnológica. Pienso que habrá muchas preguntas en relación con el futuro de la industria de los teléfonos inteligentes, sobre todo con lo que dijo Apple sobre la demanda en China”.