En los primeros nueve meses de este año -según el centro comunitario La Casa del Encuentro- se registraron 218 femicidios (uno cada 30 horas), la mayor parte ocasionados por parejas, ex parejas, vecinos o conocidos de la víctima. Sólo una fracción minúscula tenía medidas de protección judicial.
Ante este panorama, el Ministerio de Defensa avanza en el desarrollo de un sistema para prevenir situaciones de violencia de género en zonas sin cobertura de internet ni celular. Se trata de un dispositivo para la potencial víctima, una tobillera para el potencial agresor y una central de monitoreo.
Cuando el posible agresor viola la distancia perimetral, la posible víctima recibe una señal de alerta que le permite ponerse a resguardo.
Aunque ambos dispositivos están conectados mediante un protocolo punto a punto (sistema de enlace de datos que permite establecer una conexión directa), ni el emisor ni el receptor pueden acceder a la ubicación exacta del otro.
Esa información está en poder de la comisaría o municipalidad a cargo del seguimiento, que gracias a una señal bluetooth puede auxiliar a la víctima.
La idea surgió surgió en plena pandemia, cuando los casos de violencia de género se agravaron mientras muchas mujeres cumplían la cuarentena con sus agresores.
Al enterarse de dos femicidios en zonas remotas del sur, Mariana -esposa de Héctor Lacomi, del Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa- le planteó: “Vos que sos ingeniero, ¿qué se puede hacer con la tecnología para alertar a una mujer que está en peligro?”.
El innovador dispositivo «Mariana»
Poco después empezaron las primeras pruebas del “Dispositivo Mariana”: pequeño, resistente y fácil de transportar, para no victimizar a su portadora. A diferencia de los sistemas actuales, está vinculado a personas y no a domicilios.
El equipo avanza hacia la próxima etapa: el testeo de cinco prototipos, con vistas a la producción a escala en alguna dependencia estatal como Fabricaciones Militares.
“Es un proyecto pensado para salvar la vida de las personas, por lo cual necesitamos ir paso a paso y que todo sea validado y verificado por las autoridades”, reconoció Lacomi . Una vez que lo consigan, quedará un último desafío: que los funcionarios judiciales y la policía hagan su parte para evitar más crímenes.