PRONÓSTICO EXTENDIDO

La batalla del cargador

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Apple, el principal obstáculo, dice que la uniformidad frenaría la innovación

Desde hace años, el Parlamento Europeo reclama una legislación que obligue a los fabricantes de teléfonos móviles a adoptar un modelo único para los cargadores. En 2014 se aprobó una regulación en la que ya reclamaba el desarrollo de un cargador único, y también daba a la Comisión competencias para impulsar este objetivo, pero esa legislación está a punto de caducar. El lunes hubo un nuevo debate sobre este tema en la sesión plenaria del Parlamento Europeo en Estrasburgo en la que la mayoría de los oradores se quejaron de que hasta ahora el ejecutivo comunitario solo se ha dedicado a «alentar» a la industria a «avanzar» hacia esa definición del cargador único, lo que les parecía insuficiente. En esta nueva iniciativa, los eurodiputados insisten en reclamar un cargador único para todos los modelos de móvil, tabletas, libros electrónicos y dispositivos portátiles.

Sin embargo, la cuestión sigue siendo tan compleja que después del debate, los eurodiputados ni siquiera han sido capaces de fijar una fecha para votar una resolución sobre el asunto. Parece fácil porque visto desde el punto de vista de la inmensa mayoría de los consumidores, no se imagina quién se podría oponer. Pero en realidad, todos los consumidores lo saben: el gigante de la manzana, el creador del teléfono inteligente. En el periodo de consulta sobre el impacto de esta medida, Apple había enviado un informe a la Comisión en el que decía que la marca «es sinónimo de innovación y las regulaciones que impulsarían la uniformidad del tipo de conector integrado en todos los teléfonos congelarían el desarrollo de nuevas tecnologías en lugar de alentarla». Además, «la propuesta es mala para el medio ambiente e innecesariamente perjudiciales para los clientes».

Todo lo contrario es lo que opina la Organización Medioambiental Europea de Ciudadanos por la Estandarización (EECOS), que ha enviado otro informe para denunciar que los acuerdos voluntarios entre fabricantes alentados por la Comisión «han demostrado ser ineficaces» para el objetivo buscado. «En el caso de los cargadores de teléfonos móviles, un mercado fragmentado se traduce en importantes efectos perjudiciales, incluido un aumento de los desechos electrónicos y del uso de plástico, la frustración del consumidor y las barreras a la competencia en la fabricación de cargadores».