Es en comparación con quienes sólo terminaron el secundario. Los graduados en estudios superiores también logran mejores aumentos salariales y sufren menos el trabajo en negro.

Hay gente que acumula todo tipo de títulos académicos y sin embargo no llega a fin de mes. También existen personas talentosas que, sin haber terminado el colegio, armaron negocios exitosos y ahora viven como reyes. Pero son excepciones.

En el común de los casos, quienes más se han formado consiguen ingresos mucho mejores que el resto.

Estadísticas oficiales recién difundidas sugieren que las noches sin dormir para leer, hacer trabajos prácticos y preparar exámenes tienen recompensa. En Capital los que completaron carreras terciarias y universitarias ganaron, en el último año, casi $ 100.000 más que quienes sólo tienen un título de educación media.

Datos de la Encuesta Trimestral de Ocupación e Ingresos muestran que en los últimos 12 meses los trabajadores porteños con estudios superiores terminados ganaron un total de $ 249.171, o $ 20.764 por mes.

Los ocupados que sólo acabaron el secundario, en cambio, acumularon sueldos por $ 150.987 en el año, $ 12.582 al mes.

Asi, en promedio, los porteños más formados hicieron valer sus títulos en el mercado laboral y consiguieron en el año embolsar $ 98.184 más. Unos 5.650 dólares.

Asimismo, si la comparación se hace respecto de los que no terminaron el secundario, la brecha crece a $ 137.000 anuales(casi 7.900 dólares) en favor de los que ostentan títulos terciarios y universitarios. Se debe a que las personas sin un diploma de educación media percibieron, de media, un ingreso anual de $ 112.170 por su ocupación principal. Es decir, poco más de $ 11.400 por mes.

En proporción, los números relevados por la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad, actualizados a marzo, muestran que la apuesta a la educación superior les permite a los graduados de ese nivel ganar 65% más que los secundarios y 122% más que el resto. Además, «los puestos de alta calificación (profesional y técnica) tienen un ingreso medio que supera en 88,7% al de los de baja calificación (operativa y no calificada): $ 23.407 y $ 12.404, respectivamente», destaca el informe.

Pero hay más. Con el tiempo, los profesionales también vienen mostrando una mejor capacidad de preservar el poder adquisitivo de esos mayores ingresos frente a la inflación. Entre el primer trimestre de 2016 y el primer trimestre de 2017, el salario medio de quienes más estudiaron pasó en la Ciudad de $ 17.111 a $ 23.445.

Se actualizó un 37%, dos puntos por encima del avance de los precios en el período (35%). Pero el sueldo de los graduados secundarios no corrió la misma suerte: sólo se ajustó un 30,7%, pasando de $ 10.601 a $ 13.851.

A nivel nacional, las últimas estadísticas publicadas por el Ministerio de Trabajo muestran un panorama similar. En el primer trimestre, los graduados terciarios y universitarios ganaron un 54% más que los secundarios. Además, entre los de mayor formación son muchos menos los que trabajan «en negro» (12,8% contra 31,3%) y los desempleados (3,7% contra 8,9%).

Todos estos datos se dan a conocer justo en una época en la que cientos de miles de alumnos del último año del secundario deben decidir si seguirán estudiando o no. Y el mensaje pareciera ser que, al menos para el bolsillo, formarse es una inversión muy rentable.

Para Mariano Otálora, director de la Escuela Argentina de Finanzas Personales, «adquirir conocimientos es siempre la mejor inversión de dinero, tiempo y energías que uno puede realizar«. «Se repaga sola a lo largo del tiempo -afirma-.

Su rendimiento es impresionante y no sólo por acceder a un mejor ingreso en el futuro. También te da una visión diferente, te aporta contactos, te permite pararte diferente en la vida. Es invertir en uno mismo. Quien tenga la oportunidad no debería dudarlo.»