La fuga de capitales alcanzó en julio los 3351 millones de dólares, según informó ayer el Banco Central.
En un año en que la corrida cambiaria reflejó con mayor crudeza la incertidumbre que existe respecto de la situación económica y política del país, la salida de capitales acumuló en los primeros siete meses del año 20.028 millones de dólares, el doble que en igual lapso de 2017.
La fuga, que se computa como formación neta de activos externos del sector privado no financiero, estuvo compuesta por compra de billetes (2386 millones) y por transferencias de residentes (965 millones).
A esto se suman otros 748 millones de dólares en servicios, en su mayoría “por los consumos de residentes por viajes, pasajes y otros pagos al exterior por el uso de tarjetas”, advierte el organismo que conduce Luis Caputo.
Estos niveles de fuga extraordinarios explican la disparada del endeudamiento y la devaluación permanente, que el Gobierno no atina a cortar.
La cuenta capital y financiera cambiaria del sector privado no financiero registró egresos netos (salida) de 4415 millones de dólares en julio.
De acuerdo con el informe oficial, los principales factores que explican este resultado fueron la formación neta de activos externos del sector privado no financiero por 3351 millones, egresos netos por inversiones de no residentes por 914 millones y la salida neta por la operatoria de títulos valores de las entidades por unos 360 millones.
Respecto del flujo por turismo, el informe puntualiza que la pérdida fue de 748 millones de dólares, lo que representó una caída de 19,8 por ciento contra los 896 millones de igual mes del año pasado y un aumento de 6,4 por ciento sobre los 703 millones de junio.
En términos brutos, las compras de billetes de residentes totalizaron 3693 millones de dólares y fueron realizadas por unos 1.350.000 clientes, que implicó un aumento de 240.000 clientes respecto a lo observado en junio previo. Se trata de niveles entre los máximos históricos.
También se computaron caídas de los depósitos en dólares, que el organismo justifica en “repatriaciones de inversiones de no residentes por 440 millones de dólares, por formación de activos externos de (inversores) residentes por 328 millones y por egresos por operaciones en el (mercado) primario y secundario por 52 millones”.
Se registraron aumentos de depósitos en moneda extranjera por operaciones sin concepto informado por 385 millones de dólares y por suba de deuda financiera, equivalente a 237 millones de dólares.
Por su parte, el Tesoro registró pagos por vencimientos de Letes por 1900 millones de dólares, a lo que se sumaron cancelaciones de capital e intereses a tenedores de otros títulos y a organismos internacionales por 1100 millones.
“Los cobros de tenedores locales constituyeron uno de las principales explicaciones de aumento de los depósitos privados en moneda extranjera por 900 millones de dólares”, advierte el comunicado, lo que implica colocaciones de corto plazo hasta que los fondos se direccional a otra inversión.
La pérdida de divisas fue parcialmente compensada con 2254 millones de dólares en ingreso de fondos por colocación de nueva deuda del Tesoro.
En ese endeudamiento de julio, se destacó la ampliación de un título denominado en pesos por 1583 millones de dólares y la colocación de Letes por 671 millones.
El resultado fue que el stock de reservas del Central disminuyó en 3885 millones de dólares hasta los 57.996 millones con los que concluyó julio.