Horacio Rodríguez Larreta adjudicó el ataque al micro de Boca de este sábado a los allanamientos que la policía porteña realizó el viernes a referentes de la barra brava de River, que incluyeron la incautación de 10 millones de pesos y 300 entradas.
«Nadie tiene la ingenuidad de no creer que esto está vinculado al episodio del día anterior. Esas 300 personas que no pudieron entrar fueron los protagonistas de los desmanes y de las pedradas al micro», dijo sin vueltas el jefe de Gobierno, en una breve conferencia de prensa segundos después que la Conmebol suspendiera la final de la Copa Libertadores de América, por segundo día consecutivo.
Larreta planteó un desafío a Rodolfo D’Onofrio, presidente de River. «Queremos determinar quién le dio esas entradas, porque alguien se las dio. Vamos a ir a fondo contra la mafia de las barras bravas», anticipó.
En efecto, este viernes una investigación de la Policía de la Ciudad terminó con el allanamiento de domicilio vinculados a la barra de River en los que se le secuestraron diez millones de pesos y unas 300 entradas. Se les aplicó además derecho de admisión y por eso en el Monumental repleto se pudo ver este sábado un hueco, en la zona que suele ocupar la barra. Lo notable es que con ese antecedente no hayan previsto medidas de contención ante eventuales represalias y haya fallado la inteligencia.
La relación de D´Onofrio con Macri es muy mala, pese a que el presidente de River integró a la conducción de club al hermano del vicejefe porteño Diego Santilli.
Un experimentado dirigente del fútbol confirmó que por estas horas «la relación de Rodolfo con la Casa Rosada está muy tensa».
El propio secretario de Seguridad porteño, Marcelo D´Alessandro, reveló este sábado en radio Mitre otro dato que compromete a las autoridades de River: «El viernes a la noche se encontraron a 18 personas queriendo pasar la noche en el club, alguien los dejó pasar».
Fuentes al tanto de las tensiones agregaron a este medio que lo ocurrido revela que «el modelo d’ Onofrio de hacerse el que no tienen vínculos con la hinchada, tampoco funciona, porque si ellos tienen acceso a entradas y el mismo poder de siempre es porque no los sacó del club».
Un experimentado dirigente del fútbol confirmo que el vínculo de D´Onofrio con el macrismo «está muy tenso». El presidente de River, que ya no oculta sus aspiraciones políticas y tiene una pésima relación con Macri.
El expendio de tickets siempre está a cargo del club local, pero lo cierto es que Daniel Angelici, presidente de Boca, es cercano al gobierno porteño y a Martín Ocampo, ministro de Justicia y Seguridad y a cargo del operativo de seguridad de la final.
Además, su influencia sobre la justicia porteña es hegemónica. Es decir, en el gobierno de la Ciudad tampoco tienen mucho margen para desentenderse del papelón.
Por no mencionar a la propia Casa Rosada. El presidente Macri fue presidente de Boca y Angelici es uno de sus colaboradores de mayor cercanía y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, participó del operativo -que estuvo a cargo de la Ciudad- con el aporte de efectivos de Gendarmería y Prefectura.
De hecho, los incidentes ocurrieron en el tramo del tercer anillo de seguridad que estaba a cargo de Prefectura. El propio Larreta reconoció que en ese punto clave falló el accionar de las fuerzas, que ni atinaron a armar un anillo de contención de los hinchas.
Larreta ratificó que hubo «colaboración» de fuerzas federales, pero de manera escueta dijo que el operativo estuvo a su cargo, por lo que se atribuyó la responsabilidad final de las fallas.
Esto sin embargo no atenúa el papelón internacional que sufre Macri por no poder garantizar la seguridad en la misma ciudad que en cuatro días recibirá a los principales líderes del mundo para el G20, que se realizará en Costa Salguero, no muy lejos de los incidentes de este sábado.
Por no mencionar que la Agencia Federal de Inteligencia está a cargo de otro amigo del presidente, Gustavo Arribas, que también proviene del fútbol.
De todos modos, esta mañana el jefe de seguridad del club de la rivera, Juan Tagliaferro, aseguró que el recorrido para ingresar al Estadio de River siempre es el mismo y fue la primera vez que se encuentran con simpatizantes rivales dispuestos a apedrearlos, lo que viene a indicar que si hubo un accionar premeditado de la barra, falló la inteligencia, la justicia y la policía.
«River tiene una organización mafiosa adentro y no sería difícil hacerles inteligencia -porque los barras son muy bocones- y detenerlos por asociación ilícita. Si siguen activos es porque los clubes son cómplices», afirmó a LPO otra de las fuentes consultadas.
No sería difícil hacer un trabajo de inteligencia sobre los barras y detenerlos por asociación ilícita, si siguen activos es porque hay complicidad de los clubes.
Larreta anunció además que seguirá en contacto con los presidentes de los clubes, que el martes se reunirán en la sede de la Conmebol para fijar una nueva fecha de la postergada final.
No sería la semana próxima, porque se realiza el G20 en Buenos Aires, y ya se especula con el 8 de diciembre como fecha estimativa. No puede demorarse mucho más porque el 22 de diciembre el ganador debe disputar el mundial de clubes en Emiratos Árabes Unidos.
Angelici recién hizo su aparición pública segundos después de terminada la conferencia del jefe de Gobierno, desde el Hotel Medero y junto a Guillermo Barros Schelotto, técnico de Boca y principal impulsor de la suspensión del partido esta tarde.
«No estábamos en igualdad de condiciones ni ayer ni hoy», simplificó el entrenador.
El presidente de Boca reconoció que los jugadores y el DT lo presionaron para exigir otra suspensión del encuentro, aun cuando ayer se había comprometido que se disputara, en un escrito firmado junto a D’Onofrio y al presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, encargado de anunciar por TV que la final no empezaría.
Lo decidió después de recibir una presentación de Boca con el parte médico de Pablo Pérez, el capitán, que sufrió una lesión en el ojo causada por uno de los vidrios que estallaron en el micro.
«Yo firmé que el partido se disputaba si había igualdad de condiciones, pero debo defender los intereses de Boca por encima de lo que piense», explicó Angelici.