Así lo aseguran fabricantes, farmacéuticos y médicos. Dicen que los jóvenes cuidan poco su salud sexual. La suba de precios también explica el menor consumo. Reclaman que se hagan más campañas de concientización.
El pasado 13 de febrero se celebró el Día Mundial del Preservativo, jornada en la que, a través de diferentes actividades, se buscó concientizar sobre los beneficios que implica su utilización en materia de anticoncepción y de prevención de enfermedades.
No obstante, el uso del condón viene en retroceso en Córdoba (y en todo el país), lo que está encendiendo luces de alarma entre fabricantes, farmacéuticos y profesionales de la salud.
Días atrás, en una entrevista radial el dueño de la marca Tulipán, Felipe Kopelowicz, aseguró que la venta de preservativos en todo el país cayó fuertemente en 2018.: “Estamos preocupados por la falta de conciencia entre los jóvenes sobre la necesidad del uso de preservativos. El consumo cayó un siete por ciento en 2018, y viene bajando desde hace tres o cuatro años”, dijo el empresario.
Se estima que en Argentina se comercializan, anualmente, unos 150 millones de preservativos, por lo que una caída de siete puntos implica que el año pasado se han dejado de vender y, sobre todo, de usar más de 10 millones de unidades.
La baja en el consumo también la vienen advirtiendo las farmacias de todo el país.
“No tenemos medida la caída en la demanda, pero es muy importante. Es muy notoria desde hace ya dos años. Esto se relaciona con la falta de campañas de concientización que alienten su uso, y ahora se suma la cuestión económica en un contexto de crisis”, dijo Georgina Giraldi, vicepresidenta del Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Córdoba.
Una caja de preservativos de tres unidades cuesta hoy entre 70 y 150 pesos, dependiendo de la marca y del canal de venta (farmacias, quioscos, supermercados). A lo largo de 2018, los precios aumentaron alrededor de un 60 por ciento, incluso por encima del índice general de inflación, debido a que se trata de un producto muy atado al dólar.
La totalidad de los condones que se venden en el país se importan desde Malasia y desde Tailandia, y las marcas locales sólo los empaquetan y los distribuyen hacia los distintos puntos de venta.
“Entre el mayor costo y la falta de campañas públicas de concientización, los chicos están abandonando el uso del preservativo”, lamentó Giraldi.
Los referentes del tema coinciden en señalar que los jóvenes varones heterosexuales son los que más relajados están con el cuidado de su salud sexual, y entre los que más se advierte la baja en el uso de preservativos.
“Esta situación atraviesa todos los segmentos sociales, y se da en toda la provincia, ya que la caída en las ventas también se observa en el interior de Córdoba”, destacó la farmacéutica.
El principal consumidor de preservativos es el hombre adulto de mediana edad, de 30 a 50 años. En ese sentido, Giraldi identifica una suerte de corte generacional: los que más utilizan condones son aquellos que estuvieron criados en el cuidado frente al riesgo del sida. “En ese segmento, el preservativo se ha convertido en un hábito. Los más jóvenes, en lugar de preservativos, consumen Viagra”, dijo.
Más enfermedades
Según los farmacéuticos y los profesionales médicos, esta baja pronunciada en el uso del preservativo ya está teniendo consecuencias negativas sobre la salud de la población, lo que ya se advierte en un incremento en los casos reportados de enfermedades de transmisión sexual (ETS).
“Estamos alarmados, porque, en paralelo a la baja en la venta de preservativos, estamos recibiendo una mayor cantidad de recetas para la compra de penicilina con diagnóstico de sífilis”, aseguró la representante del Colegio de Farmacéuticos de Córdoba.
“Incluso –añadió Giraldi–, después de muchos años, han vuelto a aparecer recetas que prescriben ectoparasiticidas, como el Detebensil, para el tratamiento de la ladilla o de los piojos púbicos”.
Hasta los fabricantes dicen estar en alerta por la cuestión sanitaria. “Los jóvenes se toman ahora la cosa livianamente. Ya no tienen miedo a las infecciones o al sida, y se relajan al punto de que ya ni se preocupan”, expresó Kopelowicz.
Desde el Estado, también existe una preocupación por la baja en el uso del preservativo. “La propia Organización Panamericana de la Salud advierte que está en baja su uso, a pesar de que aumentó el número de puntos públicos de expendio de preservativos gratuitos en todo el país, Córdoba incluida”, dijo Diosnel Bouchet, jefe del programa provincial sobre VIH-Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual.
Según el especialista, el año pasado se dispusieron 3,5 millones de preservativos en toda la provincia de Córdoba. “Pero no sabemos a ciencia cierta cuántos se utilizan efectivamente. Hay lugares en los que están disponibles, pero la gente no los demanda”, explicó.
Bouchet también confirmó un incremento en los casos de sífilis en Córdoba y de otras ETS, y lo vinculó directamente con la merma en el uso del condón.
También dijo que están en aumento los reportes de sífilis congénita (transmisión vertical de madre a hijo), lo que amerita un abordaje urgente de la problemática.
“Estamos ante un problema que se da en Córdoba, pero también en el resto del país. Incluso, en países de Europa”, señaló el especialista.
Necesidad de campañas
Frente a la baja en el consumo, tanto las empresas como los profesionales de la salud ponen el acento en la necesidad de incrementar –y de sostener en el tiempo– campañas de concientización sobre la importancia del uso.
“Es notable: cuando sale una campaña del Estado, inmediatamente crece la venta. Incluso, cuando alguna marca realiza una acción publicitaria por los medios masivos, la demanda aumenta. Pero asimismo, cuando el tema deja de estar en el candelero, las ventas caen casi de un día para el otro”, indicó Giraldi.
Desde el Estado, Bouchet afirmó que se vienen llevando a cabo campañas, pero es necesario trabajar más con los públicos que más lo necesitan y que menos lo usan. “Tenemos en proyecto sacar el preservativo a la calle, llevar las bocas de entrega a las plazas, a los baños públicos, a las canchas de fútbol, a los recitales, a los saunas. Hay que sociabilizar el preservativo acercándolo a la gente”, dijo.
El profesional también pidió pensar las campañas públicas sobre este tema en el marco de la aplicación del programa nacional de Educación Sexual Integral (ESI), y mencionó que en las estrategias es necesario incluir a la mujer. “Hay que lograr que negocie con el varón su uso, y que ambos lo conecten con el placer”, explicó.
Condones estatales
Diosnel Bouchet, jefe del programa provincial sobre VIH-Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual, insistió en varias oportunidades en que los preservativos que entrega el Estado de manera gratuita “son de buena calidad”.
Más caros. Los condones aumentaron por encima de la inflación. (La Voz)
“Hay gente que no usa el preservativo que está disponible en los centros de salud porque piensa que no sirve, que es de mala calidad. Y eso no es así. Todos están testeados, e incluso vienen con gel, para su mejor uso”.
“Si se rompe, como cualquier otro de marca, tiene que ver con su mal uso o con ciertas prácticas sexuales”, indicó.
Bouchet dijo que hay que lograr que el uso del preservativo se convierta en un hábito saludable. “Incluso, hay que utilizarlo para la práctica de sexo oral, ya que se trata de una puerta de entrada muy efectiva para las ETS”.
Métodos anticonceptivos
De todos los métodos disponibles en el mercado, el único que, además de la anticoncepción, ayuda a prevenir enfermedades de transmisión sexual es el preservativo.
Preservativos. Cuesta entre $ 70 y $ 150 la caja de tres unidades. En el último año aumentó 60%. La marca líder del mercado nacional es Prime, seguida por M, Tulipán y Punticrem. Hay modelos con tachas, con sabores, de colores y luminosos.
Femenino. Hace algunos años salió al mercado un preservativo femenino, pero no tuvo aceptación. Era incómodo y difícil de colocar.
Pastillas anticonceptivas. Tienen un costo de $ 150 a $ 700, dependiendo de la marca y del laboratorio. Su consumo está en crecimiento.
Pastilla del día después. La demanda viene en alza. Cuesta entre $ 130 a $ 150. Debería utilizarse, como máximo, dos veces al año y para situaciones particulares. Pero hay mujeres que la toman hasta dos o tres veces al mes.
Parches anticonceptivos. Crece su uso. Son cómodos y efectivos. Se adhieren en alguna parte del cuerpo, y van liberando hormonas que inhiben la ovulación. Cuestan $ 450.