Acompañado de cientos de vecinos y militantes, el intendente de Resistencia, Jorge Capitanich, rindió homenaje a Eva Duarte Perón, en el marco del 67° aniversario del paso a la inmortalidad de la “abanderada de los humildes”.
“Evita es un emblema y un ejemplo de valentía y coraje de lucha por las convicciones, pero su legado, además, representa la manifestación más pura del amor que tiene un líder con el pueblo de su Nación”, señaló el jefe comunal.
Del acto, desarrollado en el monumento a Evita, en la Plaza 25 de Mayo, participaron cientos de militantes, pertenecientes al peronismo chaqueño, organizaciones políticas, sindicales, sociales y de diferentes sectores, así como dirigentes, agrupaciones justicialistas y del campo nacional y popular, etcétera. Además, se colocó una ofrenda floral en nombre del Municipio.
“Es de notoria importancia lo que significó Evita para la Argentina en diferentes términos, entre ellos, en materia de defensa de derechos con valentía y coraje. Fue una luchadora que defendió sus verdaderas convicciones, acompañando su compañero, el general Juan Domingo Perón”, destacó Capitanich.
El intendente rememoró la ida de Evita y destacó además su estrecha vinculación con el Chaco, participando activamente en el impulso de la ley 14.037 que dio origen el 8 de agosto de 1951 a la provincialización del territorio chaqueño.
“Marcó un cambio de paradigma en materia de políticas sociales y laborales en la historia de nuestro país. Luchó por la igualdad y la justicia social, erigiéndose como emblema de las mujeres: el voto femenino, la lucha por la igualdad de género y por el lugar de la mujer dentro del mundo de la política fueron algunas de sus insignias”, manifestó.
“Evita es la manifestación más pura del amor genuino que tiene una líder para con el pueblo de la Nación, que quedará siempre en el corazón de los argentinos”, dijo el intendente al remarcar que siete años le alcanzaron a para transformarse en una artífice ineludible de la historia argentina.
“En su corto pero fundamental paso por este mundo, con solo 33 años de vida, se convirtió en el arquetipo de la mística militante, activa impulsora y celosa guardiana de la revolución justicialista, esposa, amiga y compañera de Juan Domingo Perón.
Fundadora del Movimiento Peronista Femenino, supo ganarse el amor del pueblo calando muy hondo en el corazón de los humildes y la clase obrera, sus descamisados como los llamaba”, señaló Capitanich. Pero ello, le valió además “el rechazo y odio hasta la exasperación de los opositores, nucleados en la oligarquía, y que hasta ese momento eran dueños de privilegios”, dijo.