En una semana difícil para el Gobierno en la Cámara de Diputados, Roberto Lavagna tuvo un gesto de viernes: sin motivo a la vista, sugirió en un hilo de twtiter que el interbloque que integran sus diputados podrían colaborar para que sea ley la reforma judicial de Alberto Fernández.
Su advertencia, a modo de análisis, refleja un acercamiento entre el presidente y su ex rival en las últimas elecciones, que viene complicándole la mayoría de las leyes emblemáticas con sus diputados afines, pese a que figuras cercanas integran el Gabinete como su hijo Marco Lavagna, titular del Indec. El martes expondrá por primera vez en la Comisión de Población y Desarrollo Humano de la Cámara baja.
«El interbloque de diputados que integra #ConsensoFederal podrá tener o no una posición unificada en el vital tema de la reforma judicial, si bien la mayoría ya se ha expedido públicamente en contra», apuntó el economista, aunque aclaró que «en lo personal» su posición es que se necesitan acuerdos más amplios.
«En lo personal, quiero dejar clara mi posición. Gobernar requiere: 1) marcar el rumbo en forma DURADERA, 2) tener sentido de la OPORTUNIDAD y 3) lograr los máximos grados de CONSENSO posibles. Nada de eso cumple el caótico mercado de reparto posiciones judiciales, donde estamos», sostuvo.
«Las posiciones en el Interbloque no deben llamar la atención: responden a realidades provinciales distintas (Salta, Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires), a diferentes momentos de elección (2027, 2019) y a orígenes políticos diversos (Justicialismo, Socialismo, acuerdos provinciales)», abrió el paraguas.
Y volvió a abrir el paraguas para que alguno de los suyos no piense igual. «No sólo no es extraño; es POSITIVO que tengan posturas propias. Mal ejemplo sería que el sector que en la campaña presidencial del 2019 defendió los CONSENSOS, trabajó en soledad frente a los grandes de ambos lados de la GRIETA, forzara posiciones únicas».
Consenso Federal, en los papeles, son tres diputados y fueron los primeros en pronunciarse en contra de la reforma: Graciela Camaño, Jorge Sarghini y Alejandro «Topo» Rodríguez, quienes el miércoles tampoco se conectaron a colaborar con la sesión remota.
Sí lo hicieron Eduardo «Bali» Bucca y Andrés Zottos, ambos parte de la campaña presidencial del economista, el primero como candidato a gobernador de la provincia y el segundo coequiper de su compañero de fórmula, Juan Manuel Urtubey.
Si bien dejaron trascender la necesidad de un consenso amplio para aprobar la reforma, en la Rosada siguen poniendo fichas en ellos para llegar a la mayoría simple que permita sancionar la ley o devolverla con cambios al Senado para su ratificación.
De todos modos, los federales creen que si al menos una parte de Cambiemos no respalda un texto consensuado, el clima de la sesión será demasiado difícil. Después del choque del martes, no parece fácil lograrlo.
Aunque Lavagna no fue específico, pareció aludir a la dupla Bucca-Zottos, porque tanto los dos socialistas santafesinos como los cuatro cordobeses anticiparon en los medios de sus provincias que ni siquiera contribuirán con el quórum.
Su aporte sería clave. El Frente de Todos tiene 119 votos si garantiza el retorno de José Ignacio de Mendiguren del BICE (debería volver de su licencia) y llega cómodo a los 120 con Alma Sapag. Unidad Federal, el bloque de José Luis Ramón, podría garantizar 7 de sus 8 miembros, por la rebelión anticipada de la tucumana Beatriz Ávila.
Aún no confirmó su apoyo el santacruceño Antonio Carambia, quien se desmarcó del oficialismo con algunos artículos polémicos de la moratoria. «Estamos estudiando el tema con nuestros asesores», le dijo a LPO. El martes ayudó con el quórum.
Tras el escándalo del frustrado protocolo, Alberto Fernández recibió a Massa y Máximo Kirchner, y si bien no trascendieron detalles de la reunión, se supo que el presidente empujaría las sesiones en predios grandes para proyectos picantes, como la reforma judicial. Sólo restan detalles de cómo garantizar la votación de quienes no pueden estar por cuestiones de fuerza mayor.
El presupuesto, el impuesto a la riqueza que impulsa Máximo Kirchner y el nuevo índice de actualización del sistema jubilatorio, serían algunos proyectos a tratar cara a cara.
Para todos, el oficialismo necesita ayuda para el quórum. Lavagna empezó a dar gestos de que, esta vez, podría ayudar.