En medio de su duro enfrentamiento con el Gobierno, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó hoy un crédito por USD 200 millones para la Argentina, mientras sigue la disputa por otros USD 500 millones que el presidente Mauricio Claver-Carone se niega a desembolsar.
Se trata de una línea total de US$1140 millones para proyectos de inversión, “con el objetivo de promover la descarbonización del sector energético en Argentina”, informó el organismo de crédito desde Washington.
De inmediato, para subrayar buenos modales, indicó: “El Grupo BID continúa comprometido con apoyar la agenda de desarrollo de Argentina con proyectos que tienen impacto directo en el desarrollo”, tras el duro discurso de Claver-Carone en el WSJ en el que afirmó que no habría más dinero para el país.
En un comunicado, el BID indicó que “como parte de la línea de crédito se aprobó una primera operación de US$200 millones del BID, la cual contará con un aporte adicional de 100 millones de euros de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) y otros 100 millones de euros del Banco Europeo de Inversiones (BEI)”.
“Esta primera operación tiene como objetivo contribuir a la descarbonización del sector eléctrico al disminuir sus emisiones de gases de efecto invernadero y al desarrollo humano, a través de la ampliación y modernización de los sistemas de transporte de energía eléctrica. Dentro de las inversiones a realizar se encuentran obras que permitirán el fortalecimiento y modernización de los sistemas de transmisión localizados en distintas provincias del país”, indicó la entidad desde la capital norteamericana.
En este contexto, el BID destacó que “continúa comprometido con apoyar la agenda de desarrollo de Argentina con proyectos que tienen impacto directo y medible en el desarrollo. Hoy, 27 de julio de 2022, el Directorio Ejecutivo del BID aprobó una operación por US$1.140 millones para la descarbonización del sector energético”.
“Desde el 1 de octubre de 2020 con la llegada de Mauricio Claver-Carone como presidente del BID, hasta la fecha, el BID ha desembolsado en total más de US$2.557 millones en operaciones de inversión (para sectores) en Argentina. Tanto 2020 como 2021 fueron años récord en desembolsos del BID con el país. El Directorio tiene previsto considerar la aprobación de tres operaciones más en la próxima semana que sumarán US$225 millones más a la cartera activa de operaciones”, precisó.
“A la fecha, la cartera de operaciones aprobadas para el país incluye 73 proyectos de inversión (sectoriales) activas por US$11.766 millones, el 55% ya desembolsado, y 34 cooperaciones técnicas no reembolsable (donaciones) por US$16,6 millones, con un 45% desembolsado.
El apoyo del BID a Argentina en 2022 continúa través de préstamos de inversión o sectoriales. Este año, el BID tiene previsto un programa de operaciones de inversión por US$2.370 millones con el país a ser sometidas a consideración de su Directorio Ejecutivo”.
“Sobre líneas de financiamiento adicionales, el BID continúa revisando el caso de los US$500 millones de instrumentos financieros específicos de rápido desembolso que dan al país fondos de libre disponibilidad. En concreto, se trata de un financiamiento especial para el desarrollo (programa SDL) por US$500 millones y, por otro lado, un préstamo basado en políticas (PBL) vinculado a cambio climático por US$300 millones”, indicó.
Luego de que el presidente del BID afirmara que no habría nuevos créditos para el país, el banco aclaró que continúa revisando los préstamos que reclama el Gobierno para fortalecer las reservas
“Estos fondos y líneas de financiamiento no están atados a proyectos de inversión o sectoriales y requieren garantizar prudentemente que se tenga un impacto mensurable en el desarrollo. Nuestro fin último como socios estratégicos de Argentina es lograr una reactivación económica sostenible e inclusiva”.
Detalles del crédito
“Se priorizarán obras que permitan la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, mediante el aumento de la capacidad para el trasporte de energía renovable, la reducción de pérdidas técnicas, y la eliminación de generación eléctrica a base de diésel. Asimismo, tales inversiones permitirán la mejora de la calidad y la confiablidad del servicio para la atención de nueva demanda derivada del crecimiento tendencial y de una mayor electrificación del consumo energético, habilitando un mayor desarrollo productivo en las provincias”, indicó.
Además, precisó que “como parte del diseño de cada una de las intervenciones se considerarán medidas para aumentar la resiliencia y mejorar la adaptación al impacto climático. Adicionalmente, el programa destinará fondos para reforestación de árboles y especies nativas, en áreas a ser acordadas con las autoridades forestales de cada provincia. La operación además apoyará el desarrollo de una política de género y diversidad para el Fondo Fiduciario para el Transporte Eléctrico Federal, junto a un plan de acción con medidas específicas para las obras de transmisión con el objetivo de alcanzar una mayor participación de las mujeres en el sector (actualmente menor al 20%), y mitigar la violencia basada en género durante todas las etapas del proyecto”.
El préstamo del BID de US$200 millones tiene un plazo de amortización de 25 años, un período de gracia de 5,5 años y medio, se detalló.
Al mismo tiempo, el Gobierno presiona para que el banco le gire un préstamo de USD 500 millones que en mayo ya estaba listo para desembolsarse por su carácter inmediato (SBL) que tenía todas las condiciones para ser aprobado por un comité de la entidad (OPC).
“Carone lo empezó a demorar y ahí quedó”, comentó a Infobae desde Washington una fuente ligada al conflicto, que no descarta que la cuestión se haya tratado entre el gobierno norteamericano y la ministra de Economía, Silvina Batakis, en el viaje de la funcionaria en Washington. De hecho, Batakis sí dialogó sobre este conflicto ayer con el representante argentino ante el BID, Guillermo Francos, tras su encuentro con inversores en la embajada argentina en la capital norteamericana.
Guillermo Francos
Francos, quien se quejó en el board de las declaraciones de Claver-Carone al argumentar que “se trata de un funcionario que debe responder a un directorio y no debe hacer declaraciones personales sobre un país miembro”, logró la semana pasada el apoyo del resto de los países latinoamericanos que forman parte del BID para reclamar por este crédito retrasado por 500 millones.
Se trata de los países agrupados en el Grulac: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana. Haití. Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.
Las claves del conflicto
La presión de estas naciones busca que el crédito finalmente se apruebe antes de fin de mes, ya que luego el directorio entra en receso por las vacaciones del verano boreal y recién volverá a sesionar en septiembre, mientras el Gobierno necesita en forma desesperada cada dólar para fortalecer las alicaídas reservas del Banco Central.
La semana pasada, ante el board, Claver-Carone habría criticado al FMI y al Banco Mundial por ser demasiado “blandos” con la Argentina al no imponerle casi condicionalidades en sus créditos y afirmó, como lo indicó luego en el WSJ, que él no seguiría la misma conducta para preservar el patrimonio del BID. “Los criticó a ambos; está en guerra con todos”, señaló la fuente desde Washington, que señaló que el BID nunca tomó una postura más agresiva que el FMI o la entidad que ahora preside David Malpass, ya que suele acompañarlos, sobre todo si un país tiene un programa on track con el Fondo, como ocurre con la Argentina.
El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone (d); enfrentado por la Argentina con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva (c), y el jefe del Banco Mundial (BM), David Malpass. EFE/ARCHIVO
Este año, el banco que preside Claver-Carone, en el que la Argentina tiene un 11% del poder de voto, aprobó créditos para el país por USD 500 millones y y desembolsó USD 320 millones de préstamos anteriores.
Mientras que Batakis se pudo reunir en Washington con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, y con el vicepresidente de operaciones del Banco Mundial, Axel Von Trotsenburg, quien le confirmó la aprobación de un crédito por USD 200 millones, no fue recibida por ningún funcionario de importancia del BID.
El entorno del presidente del BID responsabiliza al secretario de Asuntos Estratégicos de la Argentina, Gustavo Béliz, de “filtrar” una serie de documentos para armar la investigación en contra del funcionario cubano norteamericano por supuestas irregularidades en su gestión, lo que ha merecido la contratación de una firma auditora externa al banco ante la cual ya declararon más de 50 importantes empleados.
Béliz, quien aspiraba a quedarse con esa poderosa silla pero no reunió el consenso necesario frente a este presidente designado por Donald Trump, afirma que se enteró después que otros países de la denuncia impulsada por el staff de la entidad en contra de Claver-Carone, el primer funcionario no latinoamericano en liderar el BID en 63 años de historia. de hecho, el presidente Alberto Fernández terminó de encender la hoguera cuando pidió en la reciente Cumbre de las Américas que el banco volviera a ser conducido por un miembro de la región.
Para destrabar todo este conflicto, la Argentina espera un gesto concreto de la administración Biden, que todavía no se pronunció al respecto, más allá de algún gesto retórico amable e informal.