España se vistió de Argentina en la final del Mundial y fue demoledora en el partido decisivo en Beijing para ganar por un contundente 95-75 y conseguir su segundo título.
El seleccionado de Sergio Scariolo dominó en todo el desarrollo del partido a los de Hernández y, con una férrea defensa en la zona pintada, que maniató a Luis Scola (8 puntos, todos en el segundo tiempo), pudo manejar la final a su antojo, pese a los esfuerzos de la Argentina por descontar.
Ricky Rubio, MVP del torneo, fue el máximo anotador del campeón con 20 puntos, seguido de Sergi Lull (15) y Marc Gasol (14). Por el lado de Argentina, Gabriel Deck tuvo una sobresaliente tarea con 24 tantos y Nicolás Laprovíttola también acompañó con 17 unidades.
Los ibéricos llegaron a tomar una distancia de 17 puntos (31-14) promediando el segundo cuarto gracias al buen ingreso de Rudy Fernández (dos triples) y el trabajo en la pintura de los hermanos Juancho y Willy Hernangómez.
A la Argentina le costó mucho dominar los rebotes de ataque, España le tomó diez en el espacio aéreo y encima, Scola no pudo sumar puntos en la primera mitad.
Pero Argentina nunca se rindió y fue achicando la brecha (13-14). Primero con ocho puntos seguidos de Nicolás Brussino y más tarde, con el ingreso de Laprovíttola (9 en la primera mitad).
En el complemento, los de Scariolo reafirmaron su dominio con un Marc Gasol intratable por momentos.
El pivote se combinaba con Ricky Rubio en ataque para hacerle la vida imposible a la Argentina. Fue todo rojo el tercer cuarto: 66-47.
Argentina intentó vender cara la derrota en la final, pero nunca pudo imponer su ritmo de juego. Con la holgura de la ventaja cosechada a lo largo de los cuartos anteriores, España cerró mejor el partido y festejó su segundo título en la historia.
Nada más para acotar, solamente felicitar a España por su nivel y aplaudir de pie a los jugadores argentinos que nos hicieron emocionar en China.